El medio-amigo
Mira, yo he nacido antes que ti y me he hecho apenas la mitad de un amigo. ¿Cómo es que tu te has hecho ya cien? Ve y ponlos a prueba a fin de saber si entre todos ellos habrá uno que sea realmente un amigo perfecto. Y el hijo le dijo: cómo deberé ponerlos a prueba? El padre le dijo: pon en una bolsa un ternero cortado en trozos, de manera que la bolsa se vea bañada en sangre. Cuando llegues a la casa de un amigo dile: amigo mío por accidente he matado a un hombre, te ruego entiérralo en algún lugar escondido; nadie sospechará de ti y así me podrás salvar. El hijo hizo como el padre le había ordenado.El primer amigo que encontró le dijo: llévate contigo ese muerto sobre tu espalda! Ya que has hecho mal, sufre las consecuencias! No entrarás en mi casa! Hizo lo mismo con varios amigos y todos le respondieron de la misma manera. Llegando de nuevo a su padre le contó lo que había hecho y lo que le había pasado. El padre le dijo: te cabe lo que dijo el filósofo: los amigos son muchos cuando uno los cuenta, son raros cuando uno está necesitado. Ve a encontrar el medio amigo que yo tengo y fíjate lo que te dice. Fue y mostrándole la bolsa le dijo lo mismo que le había dicho a los demás.
El medio-amigo le dijo: entra en la casa, no es este un secreto que los vecinos deben propagar. Entonces hizo salir a su mujer con toda su familia y cavó una tumba. Cuando vio el hijo que todo estaba terminado, le contó toda la historia y le agradeció. Luego volvió a su padre y le contó lo que había pasado. Entonces le dijo el padre: es a propósito de un amigo de este género que el filósofo ha dicho: El verdadero amigo es aquel que te ayuda cuando todo el mundo te abandona.
De libro Disciplina Clericalis, de Pedro Alfonso de Huesca (1062 - c.1140)
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