Francisco Ramírez nació en Madrid hacia 1445, fue el segundo hijo del regidor de Madrid Juan Ramírez de Oreña y de Catalina Ramírez de Cobreces, de origen montañés (San Vicente de la Barquera).
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Sirvió durante veintisiete años a los Reyes Católicos, desde la guerra de Sucesión, después del fallecimiento del rey Enrique IV en 1474, hasta su muerte.
Francisco Ramírez de Madrid
Estuvo en la corte de Enrique IV gracias a la recomendación de su suegro, el escribano Juan Alfonso de Oviedo. No se tienen documentos sobre la vida de Ramírez hasta 1473, ya que, como era el segundón de la familia, los padres no se ocuparon demasiado de su futuro. En 1473 se casa con la madrileña Isabel de Oviedo, hija de Juan Alonso y de María Álvarez de Hoz. Al morir su suegro en 1480 y tras la muerte de su mujer en 1484, recibe un importante patrimonio en Madrid como heredero de Juan Alfonso de Oviedo.
En 1474, tras el deceso de Enrique IV y la coronación de la reina Isabel, Ramírez continúa en la corte convirtiéndose en servidor de los nuevos soberanos Isabel y Fernando. Supo conservar su posición con el cambio de reinado. Participó en la guerra de Sucesión luchando contra el bando de Juana, y demostró su valía militar en las batallas de Zamora y de Toro. En 1476, como consecuencia del triunfo de la banda isabelina en Toro y de su valiosa contribución, reconocida por los Reyes, Ramírez fue nombrado secretario real, miembro del Consejo, regidor de Toledo y alcaide del alcázar, de las atarazanas y de la puerta de las Torres de la ciudad de Sevilla.
Colaboró con los Reyes en la pacificación del reino hasta 1482 y durante esos años acumuló una inmensa propiedad en Madrid. Aprovechando su posición como regidor de la villa, adquirió casas y terrenos en el centro de Madrid hasta llegar a ser la persona más rica de la ciudad: la zona del paseo del Prado hasta el final de la calle Delicias y la pradera de San Isidro entre los puentes de Toledo y de Segovia, entre otras propiedades. En la guerra de Granada, donde pudo demostrar su capacidad militar como artillero ganando importantes batallas junto con el rey Fernando, consigue amasar un patrimonio nada desdeñable que le permitió establecer dos maestrazgos, el de Bornos y el de Rivas.
El mejor artillero del siglo XV
Fue nombrado capitán general de artillería durante la campaña de Granada, de donde proviene el sobrenombre del Artillero. Intervino en las expugnaciones de Cambil y Alhabar en 1485, en la toma de Málaga y en la defensa de Salobreña. Los castillos gemelos de Cambil y Alhabar fueron conquistados por Ramírez en septiembre de 1485 tras cercarlos y bombardearlos durante doce días. Supo colocar la artillería al lado de los castillos con el propósito de que las bombas cayeran justo en lugares estratégicamente dañinos para el enemigo.
Organizó todas las maniobras, desde allanar el camino para el transporte de las piezas artilleras hasta la logística para el peonaje (conjunto de soldados de infantería) y las bestias de carga. Écija fue el origen de la estrategia, ya que era donde tenía depositada la artillería en un almacén de su propiedad. Movilizó a seis mil hombres para acometer su obra.
Los Reyes le hicieron donación del cortijo de Bornos (Cambil, Jaén) como premio por sus servicios el 2 de octubre de 1485. La toma de Málaga fue histórica por tratarse de la fortaleza más difícil de conquistar. La ciudad-fortaleza era la segunda capital del reino de Granada. Situada en la zona oeste, contaba con el puerto más importante de comunicación con el norte de África. La artillería de Francisco Ramírez fue trasladada por vía marítima y colocada en la entrada de Málaga.
Una vez allí, su trabajo meticuloso y su habilidad técnica y militar asombrará a todo el mundo. Pudo destruir una de las cuatro torres que protegían el puente sobre el río Guadalmedina. Colocó explosivos debajo de la torre para derrumbarla e inutilizar el puente de acceso principal a la ciudad de Málaga. Fue una obra de ingeniería militar nunca vista hasta entonces. Fernando, en agradecimiento por ese servicio tan señalado, armó caballero a Ramírez el 4 de septiembre de 1487. La toma de Málaga habría costado mucho más tiempo y sacrificio, pero gracias a la artillería de Ramírez se consiguió antes de lo previsto y sin que supusiera un gran desgaste.
El momento más apurado de su carrera militar fue en agosto de 1490, cuando Boabdil se dirige a Salobreña después de tomar Alhendín. Ramírez estuvo cercado durante quince días sin recibir refuerzos y viéndose obligado a proveerse por mar. Al final la llegada de Fernando, que le nombrará alcaide de Salobreña, le salvó.
En 1491, por deseo de la reina Isabel, Ramírez se casa en segundas nupcias con Beatriz Galindo (la Latina), hija del difunto comendador Juan López de Gricio y criada de la reina. Como dote Ramírez recibe de la reina medio millón de maravedíes. La boda se celebró el 20 de diciembre de 1491 en Granada. La guerra ya estaba finalizada prácticamente: solo faltaban los trámites oficiales de las capitulaciones, lo que iba a suceder menos de dos semanas más tarde de su boda.
El ambiente festivo reinaba entre las personalidades que rodeaban a los Reyes Católicos a finales de 1491. Tras la guerra de Granada sus propiedades y participaciones adquiridas por repartimientos del reino granadino fueron Almuñécar, Motril, Restábal, Deifontes, Málaga, Vélez Málaga, Santa Fe, Montefrío y Granada, además de casas y tierras. Asimismo recibió numerosos nombramientos para diversos cargos y oficios. El papa Sixto IV en 1483 e Inocencio VIII en 1488 concedieron varias mercedes a Ramírez por su contribución y hazañas en la guerra contra los moros. A partir de 1494 ya reside de forma permanente en Madrid, donde tenía su familia, salvo en 1496, año en que tuvo que acudir a localidades ubicadas en la frontera de Navarra para su defensa por orden de Fernando. En ese tiempo fue nombrado despensero de la casa del príncipe Juan.
A comienzos del siglo xvi, el 18 de marzo de 1501, fallece en una batalla en sierra Bermeja, adonde acudió por orden real para sofocar el levantamiento de los mudéjares. Alonso de Aguilar y otros ochenta hombres perecieron allí. Su cadáver no fue encontrado, motivo por el que su mausoleo permanece vacío. Como gran militar que era, murió en el campo de batalla y fue uno de los héroes más destacados del reinado de los Reyes Católicos.
La reina Isabel otorgó a su hijo Fernando (o Fernán), de 8 años, la tenencia de Salobreña, las escribanías de rentas de la Orden de Santiago y de Madrid y la regiduría de Madrid; a su otro hijo, Nuflo Ramírez, la contaduría mayor de Alcántara y la escribanía de la ceca de Segovia. Todo ello bajo la tutela de su madre Beatriz Galindo hasta la mayoría de edad.
Autor: Yutaka Suzuki para revistadehistoria.es
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Bibliografía:
Yutaka Suzuki. Personajes del siglo xv, Orígenes del Imperio español. ISBN 9788460690399. 2015
Parte de foto portada: De CARLOS TEIXIDOR CADENAS – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=27148311
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