Uno de los temas en común de los amantes del deporte y la estadística durante estos últimos días del 2010 es el buscar llegar a un acuerdo sobre quién ha sido el mejor deportista español de la última década. A bote pronto surgen toda una serie de nombres, entre los que destacan: Pau Gasol, Jorge Lorenzo, Fernando Alonso, Rafa Nadal, Xavi Hernández, Gemma Mengual y algunos más, que han estado manchados por el dopaje, caso de Alberto Contador (inocente hasta que se demuestre lo contrario) o que la estela del fútbol les ha borrado del panorama deportivo como los superolímpicos David Cal y Gervasio Defer.
Todos ellos han marcado, y seguirán haciéndolo, un antes y un después en el deporte español. Sería muy difícil ir descartando uno a uno, cada uno de ellos ha demostrado una regularidad en su especialidad que le ha llevado a ser el mejor. Sin embargo, siguiendo criterios de importancia durante estos 10 años, de superación de barreras, complejos y consecución de títulos, yo me quedo con 3, Pau Gasol, Rafa Nadal y Fernando Alonso.
Estos tres han conseguido que se hable de su deporte en el país, incluso algunos han cambiado las costumbres de muchos españoles por sus proezas, han abierto los polarizados infrmativos que se debaten en el aburrimiento de ZP-Rajoy o Barça y Madrid. Los 3 han sacado de la apatía a muchos y se han convertido en los mejores en su disciplina, todas ellas muy diferentes entre sí.
Yo me mojo. Pese a lo previsible de mi elección, voy a buscar criterios objetivos para valorar quien ha sido el mejor deportista español de la década. Quizás entre la terna que he seleccionado se encuentran 2 de los mejores de toda la historia. Un verdadero ejemplo a seguir por los jóvenes que practican el deporte.
En tercer lugar situaría a Fernando Alonso. El asturiano ha conseguido con sus éxitos y fracasos que se hable de un deporte que vivía en la clandestinidad de las televisiones públicas. Aficionados que blandían su marca hablando de la conveniencia de situar a César en la final de la Champions en lugar de a Casillas, ahora hablan de neumáticos de seco y de mojado, del número de reportajes necesarios y de la idoneidad de las ordenes de equipo. Todo esto, con la ayuda de una ayuda mediática ha conseguido Fernando Alonso. Además, el asturiano ha sido el primer campeón del mundo de Fórmula 1. Título que ha alcanzado en dos ocasiones con una de las escuderías de la llamada ‘clase media’, Renault. Un auténtico devorador de records, pero el único, del trio de los seleccionados que no ha conseguido aunar las voluntades del público, que lo adora y lo odia a partes iguales. Así son los genios.
En el número 2 sitúo a un auténtico número 1, Rafa Nadal. Esta es, quizás, la elección más delicada. Entre el balear y Pau Gasol es muy complicado elegir. Ambos han dado tanto al deporte y han hecho tanto que tal vez me decanto por el catalán porque es el más regular de los dos y el único que ha estado en el candelero los 10 años.
Rafa Nadal puede ser uno de los 3 tenistas más importantes de la historia. Es el mejor de España, el más joven en conseguir los 4 títulos del Grand Slam, el único que puede ganar los 4 de forma consecutiva (en enero espera Australia) y el número 1, sólo con la discusión de Federer. El balear es un señor en la pista y fuera de ella, ha conseguido que su Némesis tenistica (una figura fundamental para agigantar las gestas), Roger Federer sea más respetado que odiado por los admiradores del bravo tenista español. Nadal ha sabido variar su juego a la misma velocidad que su potente smash y que su solicitada imagen. La fuerza por la técnica, la evolución de un gran tenista dispuesto a pegarle un gran mordisco a todo trofeo que se le ponga por delante.
Y en el número 1… Pau Gasol. El gigante de Santboi ha quemado etapas, ha conseguido todos sus objetivos y ha abierto puertas a sus compatriotas hacía Europa. La misma puerta que un día Fernando Martín se encontró entreabierta, Gasol la ha derribado de un puntapié. Su irrupción ha significado que los miembros de una excelente generación como Raül López, José Manuel Calderón, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández, Jorge Garbajosa, Sergio Rodríguez o su propio hermano, Marc Gasol hayan llegado a la mejor liga del mundo.
Pese a que el baloncesto es un deporte de equipo, Gasol se ha demostrado como dominante. El catalán ha aprovechado sus 2,16 y ha crecido año a año un paso más, creándose metas para derribarlas y ser cada vez mejor. Apareció de puntillas en la generación que ganó el Mundial Junior, llegó al Barça, puso patas arriba la liga ACB, fue elegido en la posición más alta hasta la fecha para un europeo en el draft de la NBA, número 3, se convirtió en el jugador franquicia de los Grizzlies, el primer español en jugar un play-off, rookie del año, primer jugador en el fin de semana de las estrellas, primer español en jugar el partido del fin de semana de las estrellas, 3 veces finalista de la NBA, 2 anillos de campeón de la NBA, campeón de Europa, campeón del Mundo, subcampeón Olímpico… Todo esto lo ha conseguido, además de formar una de las 5 parejas más determinantes de la historia del baloncesto junto a Kobe Bryant en los Lakers, según la prensa americana. Todo un currículo brillante que, a mi criterio lo sitúan como el mejor deportista español de la década.
En un ghetto como es el basket americano, Gasol le ha quitado las telarañas a los prejuicios y ha colaborado para que desde USA miren al baloncesto europeo de otro modo, como ya lo hicieran Kukoc, Divac, Nowitzky o Drazen Petrovic, otros ex NBA europeos. 2,16 de humanidad que le permiten colaborar en cientos de actos solidarios para los que cede su imagen y en los que demuestra que con sacrificio y determinación se consiguen los objetivos marcados. El estudiante de Santboi que un día se coló en el vestuario del exigente Aito, es el mejor deportista español de la década, y, junto a Nadal, el mejor de todos los tiempos.