Se está acabando el año y nos encontramos, como cada final de diciembre, en la época de revisar todo lo realizado en los últimos 12 meses, tirón de orejas por lo que no se ha conseguido y planteamiento de buenos propósitos. También son las fechas de mayor consumo (nos lo vienen recordando desde hace semanas con la publicidad y los adornos navideños por todas partes) y es bastante probable que al empezar enero te encuentres con alguna que otra cosa más a la que tendrás que dar un lugar (en tu casa y en tu vida) y dedicar una parte de tu tiempo.
Antes de que llenes tu casa de regalos, piensa si necesitas todo lo que tienes y si todo lo que tienes se enfoca a lo que realmente quieres.
Puede que sea un buen momento para…
- revisar lo que quieres conseguir y lo que te lo está impidiendo…
- hacer balance de tus cosas y ver si van acorde con lo que quieres, con tus sueños, con tus metas o anhelos o son un obstáculo para los mismos…
- soltar lastre y sacar de tu vida lo que vienes arrastrando desde hace años y nunca te decides a tirar…
- dejar espacio en tu vida para los nuevos proyectos, para empezar a soñar y perseguir tus sueños…
Puede que sea el mejor momento para empezar a ser minimalista.
Reduce y respira
Hace unos meses, tras las vacaciones de verano, me paraba a pensar sobre las cosas que me sirven para volver a la rutina de forma natural, entre las que destacaba la de “soltar lastre”. También te contaba en otro artículo cómo estoy superando el miedo a hacer muchas cosas y todos los proyectos que me traigo entre manos.
Este año he sido mamá de nuevo, he lanzado mi propio proyecto de autoempleo y he creado un programa paso a paso para todas aquellas personas que quieren empezar a Vivir Más Natural, y veo que tengo que dejar espacio en mi vida para que todo lo nuevo tenga su lugar, crezca y pueda avanzar. Ya no me puedo permitir seguir arrastrando lastre del pasado. Estoy teniendo una revolución total en mi forma de hacer y pensar, una evolución hacia un modo de vivir las cosas mucho más enfocado y simple.
¿Y porqué te cuento todo esto?
Pues porque me he dado cuenta de que cuando quieres conseguir tus objetivos es necesario reducir para poder respirar, tomar aire y avanzar. Empeñarse en seguir haciendo las cosas como hasta ahora o pretender evolucionar cuando estás arrastrando un pesado lastre suelen ser sinónimos del miedo al cambio y el principal obstáculo para alcanzar los sueños.
Solemos aferrarnos a las cosas materiales por el miedo a la pérdida, sin darnos cuenta de que es lo que nos impide ganar.
Empezar a reducir tus pertenencias te va a hacer enfocarte mejor en lo que quieres, aprender a priorizar y a seleccionar lo que entra en tu vida y, en definitiva, te va a liberar y hacer más feliz.
Y para eso basta con que empieces pensar en estos dos pasos:
- Deshacerte de las cosas que no tienen un lugar prioritario en tu vida.
- Cambiar tu forma de pensar y enfocate hacia la sencillez.
Yo me lo he tomado muy en serio y en el próximo post te cuento paso a paso mi plan de “reducción masiva” que igual te sirve para orientarte en el tuyo.
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Un abrazo!