Antes que Batman, Los X-Men, El Hombre Araña, Spawn, Hulk, Iron Man, Los 4 Fantásticos, Thor, Wolverine, Linterna Verde… existió Superman. Fue el pionero en este tipo de historias que ahora se han propagado en la industria del cine como viables fuentes de dinero para los grandes estudios.
El riesgo enorme que implicó realizar una película de este genero en aquel algo remoto 1978, quedó atrás al involucrarse un gran talentoso grupo de personas que fueron capaces de transmitir un clásico del mundo cómic a la pantalla grande. Su impacto aún se puede ver reflejado en los constantes estrenos que tenemos de superhéroes, siendo ahora considerados más que sólo entretenimiento para niños.
La película no es del todo perfecta. La pésima caracterización de Lex Luttor ( Gene Hackman) junto con sus cómicos compañeros, ponen en dudas la suprema inteligencia del villano al tener un incompetente equipo de asistentes. El mensaje era obvio. La cinta no debía de ser tomada tan en serio, pero eso fue imposible al contener escenas con una fuerza dramática que otros desearían imitar. Existen muchos momentos al respecto, desde el inicio con los orígenes extraterrestres de Kal-El, la muerte de su padre adoptivo y su viaje al polo norte en busca de respuestas; no solo fueron los cimientos de una gran historia, si no de un éxito rotundo con los fanáticos y los críticos de cine. Fue ese perfecto equilibrio de tantos elementos en la trama que en su lectura parecen ridículos por lo fantásticos que resultan y que hasta hoy nadie ha logrado imitar.
Ha sido tan grande su impacto que tampoco nadie se ha atrevido a realizar un reinicio de la saga y no es por nada, pero la emoción que evoca el ver a Superman volar por primera vez en su “Fortaleza de Soledad” no creo que pueda ser imitada. Me dió escalofrió ver a Christopher Reeve suspenderse sobre cables invisibles a la cámara, claramente se ve que es falso el asunto, pero el carisma del actor es innegable. Jamás habrá un Superman como el de Reeve y la nueva producción “The Man of Steel” tiene un arduo trabajo por salir de la sombra de lo que fue la versión del director de Richard Donner.
Claro que existen otros momentos dignos de reconocimiento, sin ser necesariamente explosiones o escenas de acción. Simplemente la primera vez que se conocen Lois Lane y Clark Kent es un gusto tremendo la interacción entre ambos, luego la escena donde vuelan en los cielos como si la gravedad es inexistente es una donde necesitas ya estar preparado psicológicamente para lo incrédulo que resulta. Los rústicos efectos especiales aún logran transmitir su mensaje de destrucción masiva siendo ahora más un caso de estudio en la historia del cine, pero lo sorprendente es que aún con los años representan el esfuerzo tecnico de personas capaces de ir más alla de las limitantes tecnologicas de aquellos tiempos. Porque nadie puede culpar la película su falta de ambición, el director Donner no se como le hizo pero me imagino que cuando vió el libreto ya se estaba rascando la cabeza.
Es innegable el legado que ha dejado en el cine está cinta y por lo tanto una cita obligada para poder observa la evolución del genero cómic en la gran pantalla.