¿Me golpeé fuertemente la cabeza y he perdido por completo la razón? ¿A quién demonios se le ocurre decir que un partido que quedó 6-6 y sin un equipo ganador ha sido el mejor de la temporada?
El empate 6-6 entre Cardinals y Seahawks es uno de los partidos que más he disfrutado en los últimos 5-7 años. Para empezar aprecio mucho las actuaciones a la defensiva y tanto Arizona como Seattle nos dieron una gran cátedra de cómo jugar en esa posición. ¿Qué es un buen partido de NFL?
Para mi, un gran juego de NFL debe tener los siguientes elementos:
- Emoción. Debe ser un partido que me mantenga enganchado, sobre todo al final.
- Jugadas grandes. Esto no quiere decir bombazos de 50 yardas o escapadas. Las defensivas y los equipos especiales también cuentan.
- No se sabe quien va a ganar hasta el final. Es decir, un duelo cerrado.
- Un final del que vamos a hablar por mucho tiempo. Ya sea por polémica, errores o jugadas espectaculares. Un gran partido se queda en la memoria por muchos, muchos años.
Con base en mi personal criterio, el juego de anoche entre Cardinals y Seahawks cumple todas estas expectativas. Tal vez no sea el espectacular football ofensivo que muchos están acostumbrados. También es cierto que fuera de algunos chispazos, las ofensivas no brillaron.
Pero las defensivas y los equipos especiales fueron las estrellas de la noche y para mi ese es uno de los mejores argumentos para hablar de un equilibrio de tres fases, la clave para un equipo ganador en la NFL.
¿Cuándo fue la última vez que un juego los tuvo al borde del sillón (cama, silla o donde sea que ven un partido de la NFL? ¿Cuál fue el último partido que les hizo gritar a la tele en tantas ocasiones?
Durante los primeros 60 minutos Arizona y Seattle estuvieron en una guerra defensiva sin tregua. Los Cardinals pudieron mover el balón, pero en los momentos clave siempre llegó un sack de Cliff Avril o Michael Bennett (quienes probablemente sean el mejor dúo de pass rushers de toda la NFL). La defensiva de Seattle tuvo jugadas grandes cuando se le exigió, en cuartas oportunidades, al final de la primera mitad, durante todo el partido. Les metieron 443 yardas de ofensiva total y estuvieron defendiendo por 46 minutos y aún así sólo permitieron 6 puntos.
El tiempo extra fue algo fuera de este mundo. Esto era lo que tenía la NFL en mente cuando cambió la regla para darle oportunidad a los dos equipos en esta situación. Arizona aprovechó una cansada defensiva de los Seahawks y se puso adelante 6-3. Russell Wilson despertó y logró empatar el juego. En este momento el drama y los nervios de ambos equipos estaban al máximo. Arizona tuvo una increíble oportunidad, estuvieron a una yarda del TD del triunfo… Seattle los frenó y vimos probablemente dos de las jugadas más sorprendentes de esta temporada. Primero Chandler Catanzaro falló un intento de 24 yardas donde estrelló el ovoide en el poste izquierdo.
Seattle avanzó 70 yardas para que Stephen (no Steven, todo mundo estaba diciendo mal su nombre pero él no quiso corregir a nadie) Hauschka pudiera darle el triunfo a su equipo, pero su intento de 28 yardas se fue muy desviado a la izquierda… el juego terminó 6-6
Tal vez a ustedes el empate los deje con una sensación de vació o de que el partido se quedó incompleto. Y probablemente pase en muchos empates en la NFL, pero en un duelo divisional es diferente. Este empate, el cual dejó una sensación de sorpresa y revancha en todos los jugadores y coaches de los dos equipos, sólo va a hacer que el segundo partido entre Seattle y Arizona sea mucho más entretenido.
Probablemente esté mal de mi cabeza, pero el empate de anoche es el mejor partido de esta temporada de NFL… hasta el momento.