Después de estos azarosos días de abdicación y protestas, coronación y protestas, es posible que todavía no sepas si te interesa ser “Republicano” o “Monárquico”. Ya te adelanto que da igual, no va a cambiar ni mejorar tu vida elegir una u otra opción. Por supuesto, si ya eres Rey o quieres llegar a ser Presidente de la Republica, es posible que tengas un interés especial en una u otra opción.
Vamos a ver las dos opciones y tu decides en consecuencia. Pasemos a mayores (ya te advierto que el tema es largo, acomódate, déjalo para más tarde o pasa si el tema te interesa poco o nada)…
MONARQUÍA, desde siempre ha sido la opción ideal de los reyes y la nobleza. Aseguras una vida acomodada a tu familia y un “trabajo” vitalicio a tus descendientes, ellos a sus futuros hijos y así indefinidamente. Pero como las instituciones humanas son de todo menos perfectas, hay veces que esa situación ideal se desmorona por problemas externos o internos. Una revolución por ejemplo es un grave problema externo, los ciudadanos se cabrean por una situación determinada (social, económica, etc.) y piden la cabeza de alguien. No se conforman con una cabeza cualquiera, quieren –como mínimo– la cabeza real… y si son varias cabezas mucho mejor, ya sabemos que la sed de sangre del populacho no tiene límites. En esta situación tan “gore” la Monarquía se retira y se instaura una República, con el tiempo es posible que la monarquía vuelva (Restauración). Pero la mayoría de la veces son problemas internos los que hacen tambalearse una Monarquía. A saber, el Rey es incapaz de tener descendientes o en su defecto el descendiente tienes tantas taras físicas o psíquicas (algunas veces ambas) que no sirve absolutamente para nada y le imposibilita para reinar. En estos casos siempre se barajean tres posibles soluciones: procrear un bastardo o utilizar uno ya crecido, poner en el trono a un familiar –a ser posible cercano– o en su defecto (la peor solución) nombrar heredero al miembro de una Casa Real extranjera. Cualquiera de las tres soluciones es mala y da lugar a rencillas internas, motines, alzamientos de nobles y en el peor de los casos una guerra abierta entre las diferentes Casas Reales, interesadas en el puesto vacante. Sea como sea, el populacho siempre se ve involucrado y paga con su sangre el interés de otros. En la actualidad la Monarquía, en aras de sobrevivir como institución, se ha convertido en Constitucional o Parlamentaria conservando muchos de sus privilegios (algunos “chirríantes” en un estado democrático). Pero sus problemas, sobre todos lo internos, persisten. Al histórico problema de no tener descendiente o tener uno con taras, se añade en la actualidad uno anteriormente irrelevante… es cuando el Rey o alguien de la familia real se ven implicados en escándalos financieros, corrupción o cualquier otro tipo de miseria humana.
REPÚBLICA, es más antigua de lo que parece y menos democrática de lo que se cree. Las antiguas repúblicas estaban gobernadas por una aristocracia (“gobierno de los mejores”) y sólo los ciudadanos podían participar (no todos los miembros del pueblo eran ciudadanos, la verdad es que lo eran sólo una minoría). No te sorprendas ni pongas los ojos como platos, hasta hace poco tiempo en países “democráticos” la mujer –literalmente– no tenía ni voz ni voto, independientemente que el país fuera Monárquico o Republicano. Sigamos, en los países de nuevo cuño (caso USA) o independizados (la mayoría de los países latinos, África e incluso Asia) la opción ha sido siempre República. Tiene su lógica, nunca han visto un rey y les es completamente indiferente. Cuando se ha intentado instaurar una monarquía en estos países –tan republicanos ellos–, el resultado a sido desastroso cuando no esperpéntico (véase Máximiliano I en México… de traca gracias a los franceses). ¿Entonces los países republicanos son ejemplo a seguir y paradigma de la democracia?. ¡PARA NADA!. Algunos “Presidentes de Republica” han sido los peores dictadores y tiranos de la historia, como si de una monarquía se tratase han intentado que su cargo fuese vitalicio y hereditario. La ambición humana no tiene límites. Más cosas. La Republica, básicamente pueden ser Presidencialistas (donde el Jefe de Estado y Gobierno son la misma persona) o Parlamentarias (donde Jefe de Estado y Gobierno son personas diferentes). Como curiosidad comentar que en la Parlamentarias (mayoritariamente las europeas) el Jefe de Estado es elegido por las Cámaras que forman el Parlamento. Tienes toda la razón, tiene cierto tufillo “aristocrático”. Cosas de la vieja Europa. Dentro de esta “biodiversidad republicana” hay un denominador común. El Presidente electo desempeña su cargo durante un período de tiempo preestablecido y el número de posibles reelecciones está limitado por ley. El poder reside en los villanos (también llamado pueblo) que lo delega transitoriamente en sus representantes. En la Republica ningún cargo es “para mi, para siempre y mi familia” salvo en el caso perverso de los tiranos antes mencionados. Al mismo tiempo, en la “Republica perfecta”, gobernantes y gobernados son iguales ante la ley, sin que primen privilegios especiales para nadie. ¡Que miedo da a algunos políticos aceptar determinadas cosas!... cosas de la “casta” que dicen algunos. Por desgracia la “perfección” no existe, la “Republica perfecta” tampoco, pero es nuestro deber luchar por ese ideal. Pues ya esta, ahora puedes ser monárquico o republicano con fundamento. Que no hombre, que no… lee más sobre el tema, cosas serias y sesudas, no estas “chuminadas políticas”.
Nota: si tienes interés en estos temas busca libros de historiadores e intelectuales de reconocido prestigio, al ser posibles con diferentes puntos de vista. Pero hazme un favor, no te vayas a lo fácil y te leas el “best seller” del periodista o espabilado de turno. Gracias al autor de la caricatura que ilustra el post, quienquiera que sea.