Por simple que nos parezca un abrazo tiene sus ventajas: Es gratis, beneficia a ambos participantes, nos hace sentir bien, es socialmente aceptado y da buena imagen al que lo da.
Pero los estudios científicos van más allá y profundizan mucho más en los beneficios de un abrazo.
El estudio , publicado en Psychological Science preguntaba a 404 personas cuanto apoyo social percibían de los demás, se les preguntaba también con qué frecuencia eran abrazados y con qué frecuencia tenían conflictos sociales.
Después de esto se les expuso a un virus de resfriado en un laboratorio. Obviamente se les pago sustancialmente por participar. Se les puso en cuarentena para ver si desarrollaban síntomas del resfriado y cómo de graves eran estos.
Las personas con mayores conflictos sociales son peores en resistirse a los virus del resfriado pero además sabemos también que el apoyo social protege de malestar psicológico y se asocia a menores tasas de depresión y ansiedad.
La idea del estudio era averiguar cómo los abrazos afectan a la percepción del apoyo social y si ese apoyo social basta para reducir la vulnerabilidad a enfermedades infecciosas (resfriado) inducida por estrés, es decir, averiguar que parte jugaban los abrazos en esa protección inmunológica.
Los resultados:
Los resultados mostraron que aquellos que manifestaban recibir abrazos con más frecuencia o que percibían mayor apoyo social tenían un menor riesgo de pillar el resfriado. Y aquellos que se resfriaron presentaban menos síntomas o con menor intensidad si eran abrazados más frecuentemente o percibían mayor apoyo social.
Ya solo este beneficio debería animarnos a darlo, sin duda es una buena época para prevenir resfriados.
Otros beneficios de los abrazos:
Como todo contacto íntimo, sincero, el abrazo nos hace liberar oxitocina, esta tiene muchos beneficios a parte de la conocida sensación de bienestar y euforia. La oxitocina disminuye la presión arterial y tiene beneficios cardiovasculares, además nos ayuda a aumentar nuestra autoestima.
También los abrazos regulan los niveles de serotonina y dopamina, estando estos asociados de nuevo a la sensación de bienestar y la regulación emocional, en cierta manera un abrazo produce cierta sedación, tranquilidad.
El abrazo también estimula el transporte de oxígeno a los tejidos del cuerpo, prolongando la vida de las células.
Los abrazos tienen un importante papel en el desarrollo emocional, intelectual y físico de los niños. Son una estimulación necesaria para el correcto desarrollo.
Un abrazo de 20 segundos de duración puede reducir los niveles de cortisol, hormona asociada con el estrés.
Abrazar libera endorfinas, con poderes curativos y que de nuevo nos hacen sentir bien.
Y, aparte, un abrazo mejora las relaciones sociales, se asocian con la empatía, el apoyo, la gratitud, el amor.
Puede parecer una utopía, pero el que da amor, da salud, da felicidad, y la recibe. Un abrazo es mucho más que un simple gesto. Somos seres sociales porque ello entraña beneficios evolutivos.
Más ahora en estas fiestas: ¡Comparte el amor, comparte salud!
Fuente medciencia.com