Si este partido se hubiera jugado aisladamente, y pensando en la Liga, obviamente el mejor resultado posible hubiese sido una victoria, pero si analizamos el mismo como el primero de una serie de cuatro, este empate es el mejor resultado posible para el Barça.
Primero, porque con este empate la Liga queda sentenciada, con una ventaja de ocho puntos más el goal-average, cuando sólo quedan por disputarse dieciocho.
Segundo, porque si la lógica dice que ganar los cuatro clásicos es muy difícil, no ha hecho falta gastar una victoria para sacar provecho de este partido.
Tercero, porque este empate rebaja la euforia culé de cara a la final de Copa del próximo miércoles y hará que tanto afición como equipo lleguen mucho más precavidos de lo que una victoria, aunque hubiese sido por la mínima, hubiera supuesto.
Cuarto, porque el Real Madrid, tras su planteamiento de equipo pequeño y rácano, seguirá confiando en que ese es el planteamiento para jugarle al Barça, y probablemente optará por un planteamiento similar el próximo miércoles. Y si el partido transcurre con normalidad, con un arbitraje normal y con un césped normal, seguramente el resultado será diferente al de hoy.
Ver un partido entero a todo un Real Madrid encerrado atrás, buscando la contra, cediendo todo el dominio del partido al Barça y esperando sólo una falta o un penalti para poder crear peligro, dice mucho del Barça y muy poco del Madrid. Y aunque el empate final seguirá alimentando de razones a aquellos que aún defenderán que el fin justifica los medios, si yo fuera madridista hoy me iría muy triste a casa, no sólo por haber perdido la Liga, sino porque la evidencia de la diferencia abismal que separa a un equipo de otro tiene mucha más trascendencia que la que un resultado puntual en noventa minutos pueda ofrecer.
El primer título del año ya está virtualmente en las vitrinas del Barça. Ahora falta por ver si alguno más le acompañará, empezando por la final de Copa de Valencia donde quizás sea el título más abierto de los tres, porque en una eliminatoria a doble partido, visto lo visto hoy, el Barça parte con una ventaja considerable.
Veremos a final de temporada que dice el palmarés de uno y otro, pero ver a mi equipo dominar al Real Madrid en su casa, con la superioridad que lo ha hecho, pero sobre todo con la inferioridad que lo ha hecho su rival, es una sensación que ningún palmarés ni ningún resultado podrá borrar de mi memoria.
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