Revista Sociedad

El menos malo de los gobiernos

Publicado el 05 noviembre 2019 por Salva Colecha @salcofa

Pues sí, yo también fui de esos que siguieron el debate, en la 1, pero la verdad es que creo que me equivoqué de canal o algo debió pasar porque lo que salió de mi tele un espectáculo bastante distinto de lo que se ha leído después por ahí. Y no se porque extraña pirueta de mi cerebro me saltó a la cabeza mi abuela cuando El menos malo de los gobiernosdescubría que habíamos hecho alguna fechoría y nos lanzaba su zapatilla que debía tener algún sistema de termo dirección o algo parecido (mucho antes que los misiles de la OTAN) porque daba igual si corrías mucho o poco o si te escondías, la zapatilla te encontraba y te daba en el cogote, inevitable. Añoré aquella zapatilla, me hubiese encantado tener una para lanzarla a los candidatos que salían de la pantalla. Los mismos “señoros” que no dejan paso a ninguna compañera, los mismos gestos, las mismas carencias de ideas, palabrería vacía vistos los motivos que nos han llevado a votar de nuevo. El menos malo de los gobiernosTodo igual, ellos siguen luchando por mantenerse en el chollo a pesar de unas encuestas nada halagüeñas mientras nosotros continuamos haciéndolo por sobrevivir. Nada nuevo bajo el Sol, más de lo mismo, sin novedad. Ellos están en su pedestal y nosotros en el nuestro  y en medio, un abismo del tan temido bloqueo que ellos mismos fomentan pero que padecemos nosotros, especialmente los más vulnerables. Entonces es cuando sale Einstein y te dice aquello de “Si sigues siempre los mismos pasos seguro que encuentras los mismos resultados” o algo así. Así no hay quién se motive

Reconozco que visto el percal se atraganta eso de volver a las urnas pero  ya sabéis que tengo fe ciega en la democracia (un día de estos, a este paso voy al oculista). Siempre he creído en Churchill cuando decía que “la Democracia es la

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forma menos mala de gobierno entre los hombres”. Igual por ello para mí es muy importante que todas las opciones posibles estén dentro del repertorio entre el que elegir a la hora de acercarse a las urnas, derechas, izquierdas, centros y hasta algunas opciones que resultarían incompatibles con los derechos más básicos (ahora es cuando se oye la voz de mi amigo Paco gritando que no entiende como justifico la presencia de Vox en las mismas urnas que ellos quemarían). Si no existiese la posibilidad estaríamos recortando la libertad de elección de un grupo de ciudadanos que también tienen sus derechos legítimos, aunque sepamos que ellos no nos los reconocerían a nosotros. 

Hace un rato me preguntaron quién creía que había ganado el debate. Yo diría que, como mucho, el hartazgo. El HARTAZGO que padecemos todos al ver estos candidatos que hablan y hablan pero no avanzan. No puedo decir estos o

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aquellos son los mejores porque es una decisión personalísima de cada cual dentro de su libertad y allá cada uno con su conciencia. Lo que sí puedo manifestar es que la democracia nos ha costado  muchos siglos años de lucha y mucha sangre derramada. No deberíamos traicionar la memoria de los que han luchado por ella. Vota, vota al que quieras, vota nulo, vota bailando, vota disfrazado o tapándote la nariz como hicieron los franceses para evitar la llegada de LePen (padre) al Elíseo o si quieres vota para después poder criticar. Hazlo por tí, por tus antepasados y sobre todo por los que vendrás después de ti. No te quedes en casa, no oigas a los que te dicen que no vale la pena, por favor, vota este domingo. Lo necesitamos todos.


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