La silla vacía de Fariñas
Las sillas están vacías. Vacías están tambien las esperanzas de millones de mentes libres que ven reprimidas sus ansias de expresarse libremente.
La entrega hace unos días del Premio Nobel de la Paz al disidente chino Liou Xiaobo mostro su lado más conmovedor cuando la silla que debió haber ocupado Xiaobo se mostró vacía a manera de protesta por la negación del gobierno chino de otorgarle la libertad y el permiso para poder ir a recibir el premio, lo que es peor aún, bloquearon todo tipo de información acerca de este premio en su país y todo tipo de medio, televisión, radio, internet, prensa escrita, nadie fue capaz de escribir una sola letra al respecto.
Y es que en China a pesar de su gran desarrollo económico aún vive sumergida en un sistema impositivo donde el Partido Comunista norma todo lo que debe hacer el ser humano, de esta manera controla a su nación como si fueran autómatas. Yo creo que en ese país deben haber personas que desean mantenerse bajo el mismo sistema, es el país con mayor población, casi el 20% de la población mundial, pero igual existen muchos que desean expresar su disconformidad con algunas políticas y ese es un derecho fundamental del ser humano.
Al igual que en China, Cuba ha optado por el mismo criterio, Guillermo Fariñas, disidente enfrentado a la dictadura castrista, fue galardonado con el premio Sakharov por la Libertad, igualmente, la silla donde debió haber estado sentado en el Parlamento Europeo se mostro vacía sólo con una bandera cubana sobre ella y es que a Fariñas le fue negado el permiso de salida del País.
Uno de los principales derechos humanos es el de la libertad de expresión, estos países no lo cumplen, otro es el de libre tránsito, muchos países no lo cumplen pero el caso de Cuba es mas que preocupante, para salir del país hay que solicitar permiso al gobierno y este se da sólo a discreción de ellos, ¿Acaso ellos son dueños de los seres humanos que habitan la isla? Ya anteriormente había pasado lo mismo con la blogera Yoani Sánchez, galardonada con varios premios en distintos países por mostrar al mundo la realidad impositiva que existe en Cuba, ella nunca pudo salir y de acabar ese régimen dictatorial no creo que pueda salir de la isla.
La libertad se ve empañada por el impositor, por aquel que pretende controlar la vida de millones de seres humanos a su imagen y semejanza, y el precio es ese, represión contra ellos, muchos pagan cárcel injustamente, otros dieron hasta la vida por esta noble causa como es el caso de Orlando Zapata Tamayo y los miles de disidentes chinos que perdieron la vida en los sucesos de la Plaza Tianamen, no es posible que ya en el siglo XXI se sigan reprimiendo estos derechos fundamentales de los seres humanos.
Pero sólo depende de nosotros mismos, depende de cada nación elegir sus destinos, depende de cada persona lograr su libertad aunque esta nos cueste la muerte, quizás ese sea el precio de esta vida para algunos y quizás el tiempo se encargue de borrar este tipo de prácticas, lo cierto es que muchos se acomodan y ven complacientes como su libertad se va perdiendo al punto de convertirse en marionetas de corruptos, dictadores y xenófobos.