Revista Opinión

El mercado europeo de la nube, una mina de oro para Silicon Valley

Publicado el 14 abril 2022 por Juan Juan Pérez Ventura @ElOrdenMundial

Una gran plataforma público-privada que acabe con la dependencia tecnológica de la Unión Europea. En 2020, más de veinte empresas alemanas y francesas anunciaron la creación de Gaia-X, una compañía paneuropea para poner en marcha una infraestructura de computación en la nube independiente de las grandes tecnológicas estadounidenses. La plataforma cuenta con el apoyo de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, quien anunció que la iniciativa recibiría parte de los fondos de recuperación NextGenerationEU.

Casi dos años después, sin embargo, el proyecto parece estancado y miles de empresas e instituciones europeas todavía dependen de Amazon, Google o Microsoft. Aun así, las discrepancias entre Bruselas y Silicon Valley, que incluyen multas millonarias por contravenir el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y contenciosos por concentración monopolística, no han evitado que Europa siga siendo un negocio lucrativo para las big tech. En 2020, Amazon batió el récord de ingresos en su filial europea, mientras que la de Microsoft declaró un beneficio de casi 260.000 millones de euros.

El negocio de los contratos públicos

En un nuevo punto álgido entre los reguladores europeos y las tecnológicas, una parte de los ingresos de las big tech en el continente llega de contratos y licitaciones públicas, desde lo local hasta las instituciones europeas. Según cifras del Diario Oficial de la UE, tanto Amazon como Microsoft han logrado desde 2016 cerca de 207 millones de euros a través de seis contratos públicos de la Comisión y otras instituciones comunitarias. En la mayoría de casos, bajo concursos restringidos o sin posibilidad de competencia.

El problema de Europa: la dependencia tecnológica de Estados Unidos y China

El principal beneficiado del sistema de licitación de la UE ha sido Microsoft, con cinco contratos por casi 148 millones de euros. Amazon consiguió entrar en la red en 2020, con un contrato confirmado que asciende a casi 58 millones. Las cifras en la versión digital del Diario Oficial de la UE solo llegan hasta 2016, pero la relación de Bruselas con los gigantes tecnológicos es larga. En 2011, la publicación Computer Weekly ya informaba que la compañía de Bill Gates había conseguido seis grandes contratos de la Comisión desde 1993, para los otras compañías tampoco habían podido concurrir.

En el caso de Amazon, un estudio del sindicato UNI Europa demostró que la presencia de las grandes tecnológicas en la red de contratación pública europea va mucho más allá de las instituciones comunitarias. Entre 2018 y 2021, por ejemplo, la empresa de Jeff Bezos logró hacerse con al menos 1.300 millones de euros en contratos públicos en todo el continente, la mayoría de ellos en el Reino Unido.

La computación en la nube como punta de lanza

En Europa, el nuevo negocio clave para las tecnológicas estadounidenses es la computación en la nube. Estas compañías absorben cerca de la mitad de la oferta global y han encontrado en el Viejo Continente una mina de oro. Según un informe de la firma Synergy Research Group, el mercado europeo de la nube se ha cuadruplicado desde 2017, con beneficios cuatrimestrales cercanos a los 7.300 millones de euros. Pese a que las empresas europeas han mejorado sus resultados, las big tech lo controlan cada vez más: 

computación en la nubeEl mercado europeo de computación en la nube.

De acuerdo a esos datos, la cuota de las empresas europeas en el sector de la computación en la nube ha caído más de diez puntos en los últimos cuatro años, del 27% al 16%. La compañía europea con mayor penetración es Deutsche Telekom, con apenas un 2% de cuota, mientras que Amazon, Google y Microsoft han logrado acaparar cerca del 70%. Amazon Web Services, de hecho, logró más del 90% de esos contratos públicos, según el informe de UNI Europa.

La dependencia tecnológica, un riesgo para la privacidad europea 

El oligopolio que los gigantes tecnológicos están levantando en Europa alrededor de la computación de la nube no es la única dependencia para las instituciones comunitarias. Sin ir más lejos, el Supervisor Europeo de Protección de Datos (EDPS, por sus siglas en inglés) investiga desde hace tiempo los contratos que las instituciones europeas han firmado con las big tech.

En 2018, cuando se aprobó el RGPD, el organismo de supervisión puso en marcha una guía sobre el uso de servicios de computación en la nube para los organismos comunitarios. Desde entonces, rara vez no ha alzado la voz de alarma cuando se adjudican estas licitaciones. En abril de 2019, por ejemplo, el EDPS abrió una investigación sobre los contratos de la Comisión Europea con Microsoft, y las conclusiones preliminares ya ponían en duda su capacidad para respetar las nuevas leyes de protección de datos.

1.300 millones de euros en multas: la batalla de la UE contra las big tech por la protección de datos

Esta postura se ha visto reforzada por la sentencia de la Corte de Justicia de la Unión Europea de julio de 2020, que anulaba por falta de garantías el Privacy Shield, el mecanismo legal que se usaba para transferir datos entre la Unión Europea y Estados Unidos. Amparándose en esa decisión, el organismo regulador solicitó a las instituciones europeas que informaran de la transferencia de datos a terceros países, y en mayo de 2021 anunció dos investigaciones sobre los contratos de la Comisión, tanto de software como de gestión de la nube, con Amazon y Microsoft. Ya en aquel momento, el órgano apuntaba la dependencia que sufre la UE con unas “instituciones que cada vez confían más en el software y la infraestructura en la nube de los grandes proveedores de TIC”, en especial los radicados en Estados Unidos.

Los gigantes de Silicon Valley conocen esa realidad de sobra: mientras que proyectos europeos como Gaia-X se encuentran en fase primigenia y arrastran problemas para ponerse en marcha, las big tech ya son el actor que más dinero destina a hacer lobby en Bruselas. Las instituciones europeas, mientras tanto, cerraron en marzo de 2022 un acuerdo con las autoridades estadounidenses para crear un marco de intercambio de datos que sustituya al Private Shield. Las dudas sobre su capacidad para proteger la privacidad de los europeos siguen siendo las mismas.

Este artículo, publicado bajo una licencia CC BY-SA 4.0., forma parte de la European Data Journalism Network (EdjNet), un consorcio periodístico internacional que cubre temas paneuropeos usando periodismo de datos, y el proyecto Panelfit, apoyado por el programa Horizon 2020 de la Comisión Europea (acuerdo de financiación n. 788039). La Comisión no ha participado en la producción del artículo y no es responsable de su contenido.

El mercado europeo de la nube, una mina de oro para <i>Silicon Valley</i> fue publicado en El Orden Mundial - EOM.


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