Hay portadas que no sabes muy bien porqué te atraen irremisiblemente, como si de un potente imán se tratara, si esa portada va acompañada de frases gancho contundentes que te noquean, el resultado es, verlo es quererlo, y no parar hasta conseguirlo. A mediados de junio Ediciones B empezó la promoción de este libro, y desde el primer momento supe que caería en mis manos, lo que no esperaba es que llegara a mis manos antes de su publicación, y que todos las fuerzas del universo se confabularan para que lo terminara después de la misma y cuando la blogosfera ya andaba bastante inundada de opiniones no unánimes. Eso unido a mi escaso tiempo me hizo posponer mi reseña, reflexionar mis impresiones, porque me había dejado sentimientos muy encontrados y temía ser injusta con la novela.
La novela es original, muy original, puesto que pasa de la posición de una victima algo distinta a lo habitual, que acaba por convertirse en verdugo por su mente prodigiosa y muy retorcida. Nuestra protagonista Lisa es una sociópata no diagnosticada, una mujer fuera de serie con nervios de acero y emociones controladas en exceso, madura para sus dieciséis años y tremendamente manipuladora, una gran conocedora de la mente humana, con un cerebro científico, analítico, que le lleva a no dar puntada sin hilo, a atesorar todo aquello que le pueda ser útil en una hipotética huida, es el verdadero puntal sobre el que se vertebra esta novela.
A pesar de todo lo que he comentado hasta el momento la novela no termina de ser redonda, la campaña de marketing llevada a cabo por la editorial hizo que mis expectativas estuvieran altas, muy altas, rozando las nubes y cuando eso sucede me gusta tener tiempo para bajarlas, para acomodarlas, al disponer de un ejemplar promocional no considere oportuno aplazar su lectura, no se muy bien que esperaba, pero lo que si se es que me encontré con una novela contada años después de que sucedieran los hechos, con prácticamente un único enclave, la habitación en la que estaba recluida la chica, y tal como para ella le debió resultar esa rutina del paso de los días que estuvo secuestrada, a mi me llegó a aburrir tanta repetición, tanta enumeración de recursos, tanta rutina, y aún así la novela se pegó a mis manos y se negó a soltarme hasta que leí la última línea dejándome con más preguntas que respuestas.
La autora:
Shannon Kirk es abogada y profesora de Derecho. Asistió a las Universidades de West Virginia y St John, se graduó en la facultad de Derecho de Suffolk y ejerció como letrada en Chicago antes de trasladarse a Massachussets. Ha sido nominada en tres ocasiones por la Faulkner Society para la William Faulkner-William Wisdom Creative Writting Competition. Vive en Massachussets con su marido, físico de profesión y su hijo.
El método 15/33 es su primera novela y ha ganado el Premio National Indie Excellence a la mejor novela de suspense de 2015. Se han vendido los derechos de traducción a 19 países y Next Wednesday Productions ha adquirido los derechos cinematográficos.
Sinopsis:
Imaginad a una chica de dieciséis años, embarazada, vulnerable, a quien acaban de arrancar de la tranquilidad de su hogar para arrojarla dentro de una furgoneta destartalada. Raptada...Sola...Aterrorizada.Ahora, olvidaos de ella.
Imaginad en cambio a una prodigiosa manipuladora de dieciséis años que, desde los primeros instantes de su secuestro, se centra, con tanta serenidad como determinación, en dos cosas: salvar al niño que lleva en su seno y vengarse.
Metódica y calculadora, pone a punto un plan organizado de manera casi científica en el que nada está librado al azar. Su férrea voluntad y su ingenio serán sus mejores armas contra la brutalidad de sus raptores, y lo único que le falta por hacer es esperar el momento ideal para lanzar su ataque.
Mis impresiones:
Hace mucho tiempo que escribí las primeras líneas de esta opinión que por falta de tiempo deje en la carpeta de borradores, quería poner en orden mis ideas, y creo que lo he conseguido. A mi la novela no me pareció tan redonda como a otros lectores y no porque no me pareciera original, que eso no se lo puedo negar, si no porque me costó creerme a la protagonista, se que no todo el mundo está preparado para encontrarse a una mujer como Lisa, a mi incluso me aterraría convivir a diario con ella, sin embargo si me encuentro en una situación comprometida me gustaría tenerla a mi lado.
Voy a intentar ser lo menos caótica posible, nos encontramos ante una trama cuyo desenlace creemos que conocemos, al menos en parte así es, pero es que eso no es lo importante en esta historia, por eso la autora no tiene inconveniente en presentarnos a nuestra protagonista muchos años después, ni que sea ella quién narre aquellos días de cautiverio de una forma tan detallada como si lo estuviera viviendo en ese mismo momento. Si el lector piensa que la novela ha perdido su interés no puede estar más equivocado.
Sin embargo, yo lo perdí, pensé que utilizar la primera persona para relatar un cautiverio vivido cuando se es una adolescente y encima se está embarazada, no era la mejor forma de abordar una novela. No podía estar más equivocada, y menos mal que seguí leyendo, no haciendo caso de ese primer impulso que me pedía a gritos que abandonara su lectura.
El principal pilar de esta historia es Lisa, una joven de dieciséis años, muy madura para su edad, con un coeficiente intelectual muy elevado, una mente analítica y científica a la que somete cuestiones tan poco racionales como el amor, unos nervios de acero y control sobre sus emociones fuera de lo normal, capaz de apagar los sentimientos que puedan bloquear su mente ante situaciones difíciles. Lisa es todo aquello que no esperaríamos encontrar en una familia formada por una abogada agresiva que siempre está de viaje y que no da ningún caso por perdido y un padre ex marine dedicado a la física del que ha heredado su pasión por la ciencia.
Dos cosas llaman la atención en ese ambiente familiar, primero que Lisa sepa defenderse tan bien, y sepa encarar la adversidad de esa forma tan admirable y segundo que sus padres no fueran capaces de darse cuenta del embarazo de la hija hasta bien avanzada la gestación, y más aún que su única reacción sea la decepción por no haber confiado en ellos. La única medio normal la abuela, para mí la única humana de toda esta historia y a penas se la vislumbra.
Con estos antecedentes no es difícil entender que cuando Lisa es secuestrada, metida en una furgoneta, amordazada y asegurada a un sillón mediante cinta americana la mente de la chica comenzara a maquinar una venganza y la forma de escapar de sus captores. Por desgracia pronto se da cuenta de que no es un secuestro normal, y que su carcelero no es un hombre excesivamente inteligente y ahí llega la parte que a mi llegó a aburrirme. La forma que tiene Lisa de no desmoronarse, de seguir adelante y buscar un modo de salir de allí y además vengarse es mantener su mente en constante funcionamiento matemático, hacer acopio de todo cuanto está a su alcance por insignificante que parezca, todo se convierte en un recurso que podrá utilizar en su plan de fuga. Todos los días son iguales en esa habitación, día tras día Lisa repite la misma rutina para aprovechar cualquier descuido de su captor, y día tras día nos enumera cada nuevo recurso que le ponen a su alcance sin mencionar muy bien que puede hacer con él.
Paralelamente nos encontramos otra trama, también contada en pasado y en primera persona por el agente del FBI Roger Liu, un policía que tiene un don especial, una visión fuera de lo convencional que junto con su compañera Lola dotada de un gran olfato forman un grupo fuera de lo común, que se enfrenta al secuestro de jóvenes embarazadas. No conseguí que me atrapará esa parte de la narración, hubo momentos sobre todo en los frecuentes flash backs de Roger en los que perdía todo interés, yo desconectaba de la lectura, no entiendo todavía que aportaba eso a la trama, para mi sobraba, hasta el punto de querer volver de nuevo a esa habitación, a esa mente analítica a esa sucesión de días todos iguales.
Lo bueno llega con la vuelta de tuerca que la autora introduce hacía mitad de libro o un poco más que cambia el rumbo de la acción, a mi me dio oxigeno, pegó el libro a mis manos y ya sólo necesitaba saber si la autora iba a ser capaz de dar con un final digno que borrase las dudas que todavía albergaba. Confieso que el final para mí estuvo a la altura, muy trabajado, sin introducir elementos innecesarios y usando el mismo recurso que durante toda la historia la mente y la frialdad de Lisa, que en muy pocas ocasiones nos deja ver su humanidad, ni siquiera en las constantes reflexiones.
La autora utiliza un lenguaje directo, a veces duro sobre todo cuando pone voz a los secuestradores, dosifica el suspense y también la acción que en algunos momentos vuela y otros simplemente parece que se estanca que no pasa nada. Sin embargo, si hemos dicho que Lisa no da puntada sin hilo, tampoco lo hace la autora todo nos va llevando hacía ese desenlace final, sin que el lector sea capaz de sospecharlo si quiera, cualquier nueva aparición tiene su porque, y aún así se deja flecos sin cerrar, de ahí que haya terminado con más preguntas que respuestas, porque estas martillean mi mente de forma machacona.
Es difícil enfrentarse a la lectura de una novela tan reseñada sin que se pierda parte de la sorpresa, pero también es harto complicado reseñarla cuando no quieres desvelar nada que pueda comprometer a un futuro lector. Por eso creo que este es el mejor momento para terminar esta opinión, si quieres saber como consiguió Lisa salir del embrollo en el que la metieron y si consiguió o no venganza tendrás que adentrarte en las páginas de este thriller sicológico que a nadie ha dejado indiferente, aunque no a todos ha gustado por igual.
Conclusión:
Nos encontramos ante una novela original, tanto en su planteamiento como en su forma de contarlo, nada sucede tal y como esperaríamos, comenzando por las reacciones de su protagonista, y siguiendo por la forma en que se desarrolla toda la trama. Un final a la altura la salva de esas pequeñas lagunas y desconexiones que he tenido a lo largo de su lectura.
A pesar de todo es una novela que se lee sola, que se pega a las manos y que avanza muy rápido, un page turner en toda regla, y un soplo de aire fresco para la novela de suspense, negra, policíaca y con todas las etiquetas que le queráis poner, a las que no soy nada aficionada. Ahhh y una autora a seguir de cerca, si ha sido capaz de esto con su Opera Prima que nos deparara el futuro...