El siempre interesante intérprete Michael Keaton está viviendo uno de sus mejores momentos profesionales. Tras su reciente y celebrado regreso, ahora vuelve también a algo que solo había hecho antes en una ocasión y que le apasiona como es la dirección. Su segunda película como director y también protagonizada por sí mismo es un ejercicio profundamente melancólico y con clara intención de homenajear nuevamente el cine negro.
El método Knox cuenta la interesante historia de John Knox (Michael Keaton) un reputado asesino a sueldo al que le diagnostican una demencia en estado avanzado. Momento en el que decide pasar sus últimos días intentando redimirse de un pasado del que no se siente orgulloso y que ahora ve cómo una nueva oportunidad de ser un mejor padre, ayudando a su hijo (James Marsden) a salir de un lío vinculado a un crimen en el que éste se ha visto envuelto. Pero la cuenta atrás ha comenzado y cada vez le queda menos tiempo lúcido antes de perder la cabeza por completo y esperar su muerte. Keaton demuestra tener una devoción muy grande por el género del cine negro, tratando de rendir homenaje en su segundo trabajo como director, no solo en su estilo y fotografía (una fotografía que más que negra es ocura, tan oscura que por momentos apenas se puede diferenciar lo que ves en pantalla) sino en su trama y sobre todo en sus personajes sombrios y distantes, además de rendir tributo a uno de los fétiches más asociados a este subgenero como es el de las femme fatale.
Una cuestionable decisión narrativa de ir y venir en el tiempo mediante flashbacks, hacen que la película se resienta un poco y resulte por momentos incluso más confusa y difícil de seguir de lo que se intuye que se pretendía a través de un recurso obvio que pretende que conectes con el protagonista y te sientas por momentos tan confuso como él. Algo que hemos visto en películas mucho más celebradas y atinadas como The Father del ganador del Oscar Florian Zeller. Algo que lastra a la película y que unido a algunos agujeros de guión hacen que para llegar a su esperado desenlace, el espectador tenga que hacer al menos uno o dos saltos de fe para acompañar el relato de John Knox, un buen sicario, pero un pésimo padre.
Michael Keaton está bien, como suele estarlo prácticamente siempre y por momentos su propuesta en la dirección es tan clásica que la salva, pero en conjunto resulta fallida al no saber conducir su premisa hasta el sitio correcto. El método Knox presenta a un sombrío personaje envuelto en una lamentable situación, pero no logra que conectes con él o con el viaje personal que su personaje lleva a cabo para tratar de redimirse en sus últimos días de vida. Interesante y algo encomiable intento de abordar el noir desde una premisa poco habitual dentro de este subgénero, pero torpe y ambiciosa a la hora de no saber rematarla dándole un desenlace a la altura de lo que promete.
El método Knox es un interesante y particular ejercicio de dirección que falla sobre todo a la hora de tratar de aportar más dimensiones de las posibles a un guión hierático y simplista de Gregory Poirier que se queda en un intento de homenaje de noir, pero eso, en un intento. Algo que las interpretaciones y una ambientación lúgubre super forzada, pretenden salvar pero que nunca llega a ser algo reseñable o destacable más allá del gusto de ver una vez más al bueno de Michael Keaton en pantalla asumiendo todo el protagonismo.
Título original: Knox Goes Away Director: Michael Keaton Guión: Gregory Poirier Fotografía: Marshall Adams Música: Alex Heffes Reparto: Michael Keaton, James Marsden, Al Pacino, Marcia Gay Harden, Suzy Nakamura, John Hoogenakker, Joanna Kulig, Ray Mckinnon Distribuidora: Diamond Films Fecha de estreno: 08/11/2024