Cuántos de nosotros nos hemos encontrado con este miedo tabú al profesional de la salud que se encarga de nuestro sistema nervioso pero desde un punto de vista un tanto diferente al fisiológico puro. Cuando parece que el problema puede estar más allá de una cuestión anatómica o exclusivamente física.
Muchas veces vamos a consultar por un problema particular a un médico, ya sea un dolor, un malestar, o quizás una consulta de rutina para asegurarnos que todo ande marchando sobre ruedas, y nos encontramos con una respuesta clara y concisa; se nos ordenan los estudios que debemos hacer o las medidas que debemos tomar y allí se terminó el asunto.
Pero hay veces en dónde esto puede no resultar así, y al profesional que vamos a consultar se le ocurre sugerir una interconsulta con un colega suyo: el psiquiatra. Probablemente, la persona en recibir esta sugerencia no lo vaya a tomar como un consejo amigable, ni mucho menos. Quizás hasta surjan sentimientos de enojo u ofensa.
Pero esto probablemente sea por los preconceptos que se puedan tener sobre el papel del psiquiatra en el ambiente de la salud: aquel que trata a los locos.
En realidad, la psiquiatría abarca un área muy amplia en la salud mental y no solamente aquellos trastornos a los que tanto se les teme cuando se los ve en las películas de Hollywood.
Lo mejor es intentar desembarazarse de todas las ideas ficticias y reflexionar sobre el hecho de que, si un profesional lo sugiere, podría llegar a ser útil la opinión de un psiquiatra.