
Por Luis Herasmewww.elfututo.netSábado, 20 diciembre 2025.
Salvador Nasralla y Nasry Asfura saben perfectamente lo que ocurrió en las elecciones del 30 de noviembre, y el país también lo sabe.
El consejero Marlon David Ochoa Martínez denunció de manera pública y responsable el tollo del proceso electoral. Señaló irregularidades graves que comprometen la legitimidad del proceso electoral.
Habló de actas con datos inconsistentes que no coinciden con los cuadernos electorales, de sumas que no cuadran, de resultados alterados y de actas transmitidas sin firmas ni sellos oficiales, en abierta violación de la ley electoral.
También advirtió sobre la apertura indebida de urnas, la manipulación de material electoral y las rupturas en la cadena de custodia, además de centros de votación con participación inflada, en los que número de votos supera al de electores inscritos, lo que revela comportamientos estadísticos absurdos.
Todo esto no puede calificarse como simples errores técnicos, sino como irregularidades graves.
En ese contexto, el Partido Libertad y Refundación (LIBRE) fue la víctima principal del proceso electoral, al ser el partido más afectado por las distorsiones y anomalías detectadas.
Por esa razón, ni el Partido Liberal ni el Partido Nacional quieren un conteo voto por voto de la totalidad de las urnas.
Nasralla solo reclama un reconteo parcial y cuidadosamente seleccionado, mientras percibe que aún podría superar a Asfura, lo que evidencia que su reclamo no busca transparencia total, sino una ventaja electoral sobre el lodazal.
Sin embargo, si Nasralla llega a percibir que Asfura se impondría de manera definitiva, el escenario cambiaría, y entonces no dudaría en pedir la anulación de las elecciones, no por defensa del voto, sino porque el resultado ya no le sería favorable.
Si se realizara un conteo voto por voto de las urnas, en base a las 19,152 actas electorales, no habría forma de remiendo ni ajuste técnico posible, y la única salida institucional sería la repetición de las elecciones.
Ese es el eventual escenario al que temen Nasralla y Asfura, y eso explica su coincidencia silenciosa frente a una demanda legítima de transparencia que tiene que ser atendida para que Honduras retome el curso de la institucionalidad democrática. Editado en cualquier lugar de la República Dominicana. Contactos: [email protected] [email protected]
