El milagro de Nemat Safavi

Un grupo de carcamales (digo de cardenales) se ha puesto a rebuscar bajo sus faldones y al final lo han encontrado: las virtudes heroicas de Juan Pablo II.

Esta es la última noticia del proceso de beatificación del anterior papa.Ya desde el próximo diciembre podremos llamarlo «venerable».

No dicen los carcamales (digo los cardenales) que integran la Congregación de la Causa de los Santos cuáles son esas «virtudes heroicas» del interfecto, de modo que trataré de adivinarlas aquí.

La primera quizá sea llevar a la Iglesia única y verdadera por la senda de la regresión. Pablo VI fue muy liberal, lo mismo hasta masón, y claro, eso hay que corregirlo. Como el papa es el representante de Dios en la Tierra da igual lo que haga, tire hacia adelante o hacia atrás. Eso es lo que manda Dios porque Dios nunca se equivoca.

Y por ello Juan Pablo II (en adelante JP2) persiguió a la Teoría de la Liberación, que no era, ni más ni menos, que el grito de protesta de los pobres de solemnidad de América Latina. Pobres y creyentes. Eso sí, pero de protestones, nada. Por eso JP2 intentó triturar esas ideas tan nocivas y persiguió a sus teólogos.

En realidad persiguió a todos los teólogos que no fueran San Pablo. Todos calladitos y detrás del pastor.

La segunda de las virtudes debió de ser la de proteger a los sacerdotes que participaron en las matanzas de hutus y tutsis en Ruanda. Eran criminales, sí, pero investidos del poder de Dios porque para eso son curas. Es el caso de Emmanuel Uwayezu, un curita de etnia hutu que en 1994 era director de una escuela y se le acusa de encerrar en el edificio a ochenta alumnos de etnia tutsi, con edades comprendidas entre los 12 y los 20 años. La escuela ardió con los niños dentro. Lo que no sabemos es quién encendió la cerilla. El Vaticano lo protegió y lo ocultó en un parroquia deFlorencia hasta que lo descubrieron y Ruanda pidió la extradición. (Dicen las crónicas que a raíz del comportamiento de los curas católicos en Ruanda la mayoría de la población se está haciendo musulmana)

La tercera virtud quizá seala de proteger al padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, la organización más retrógrada vinculada a la Iglesia Católica. Parece que Maciel, ya fallecido, fue un presunto pederasta (de niños, no de niñas), además de tener unos cuantos hijos por ahí perdidos. JP2 no hizo caso nunca a las denuncias y solo al final de su vida (la del papa) abrió una investigación que culminó nuestro inefable B16<¡Ah, cuánto tiempo sin hablar de él!) apartando al abuelo Maciel de decir misas, por malote.

¿Y digo yo que por qué la Iglesia, en lugar de andar buscándose el punto G para orgasmearse con los muertos no hace algo por los vivos?

Por Nemat Sefavi, por ejemplo, ese chico que los colegas iraníes del Vaticano quiere colgar solo por ser homosexual. Si la Iglesia no puede mirar hacia dentro porque da verdadero asco y apesta con los casos de pederastia que tiene pendientes, ¿por qué no mira hacia afuera y hace algo por los demás? Así podría lavarse la cara (en lugar de las manos) después de negarse a apoyar en la ONU la iniciativa que reclamaba la abolición de la pena de muerte para los homosexuales en aquellos países donde todavía se mantiene, como Irán.

¿Por qué no ordena a todos sus seminaristas ociosos que en lugar de andar buscándose la cosita bajo la sotana, llamen a las embajadas de Irán para preguntar por Nemat? Rouco, toma nota y llama tú también. Hoy es jueves, un buen día para ello.

Para declarar beato a JP2 ya solo les falta acreditar un milagro. Dicen que hay una monja por ahí que se curó de Parkinson solo de pensar en el difunto papa. A mí también se me curó un grano igual.

Pero que mejor milagro para atribuir al futuro «venerable» que la salvación de la horca de un gran pecador como Nemat Sefavi. Eso sí que sería un milagro de verdad. Incluso el chico hasta se bautizaría en agradecimiento.

Señores carcamales (digo cardenales) por favor, hagan campaña ustedes también para que JP2 obre el milagro de Nemat y llamen, llamen, llamen a las embajadas de Irán, ustedes que coinciden en la ONU en condenar el crimen nefando, tengan un poco de caridad, ¡mecago en la hostia!

Para quien desee leer una biografía alternativa de JP2, aquí.