Revista Comunicación

El Ministerio del Tiempo

Publicado el 05 marzo 2015 por Lya
Sigo viva, sigo viva... Es que es comenzar la Cuaresma y complicárseme la vida cosa mala. Eso y que he estado sin ordenadorcito un tiempo por un quítame allá que no me da la gana cargar como las personas normales. O como los ordenadores normales. O como leches sea, pero cargar. Y no, nada. En huelga de carga que se declaró el nene. Y tres veces seguidas al hospital de ordenadorcitos que me tocó llevarle porque siempre -ya sabéis el cariño que me tiene Murphy- el muchacho se estropea en los momentos más cruciales. Pero, en fin, dejemos lo malo atrás.
Ah, tengo tablet sí, pero con ella no me apaño para los menesteres del blog. Especialita que es una.
A lo que iba, El Ministerio del Tiempo. La serie de moda. Española y eso.
El Ministerio del Tiempo
Siendo como soy una whovian de pro no pude por menos que arrugar el hociquillo y sentirme MUY superior cuando se comenzaron a escuchar los rumores sobre un Doctor Who a la española, con viajes en el calendario y tal. Sí, lo confieso. Solté la risa de hiena y me preparé para dar vía libre a toda la mala bilis en críticas absolutamente destructivas sobre la susodicha serie. Podéis llamarme Cruela si queréis.
Pero hace unas semanas todos los gurús tuiteros sobre cosas televisivas entraron en trance a la vez y comenzaron a decir que El Ministerio del Tiempo estaba más que bien. Y la hiena (yo) se abrazó, imaginariamente, a la Union Jack y pensó que deningunadelasmaneras tal cosa podía ser cierta. ¿Española, ciencia ficción y no provoca vómitos? Venga yaa...
Pues no, nada de vómitos. Ni de lágrimas de dolor. Ni de nada que no sean algunas carcajadas y un extraño sentimiento, algo así como un calorcito interno, reconfortante.... como de haber vuelto a casa, como de esto sí, coño, esto sí.... así se hacen las cosas, viva España, leches...
En resumen, El Ministerio del Tiempo me ha sacado de mi exilio interior y me ha traído de vuelta al hogar. O, al menos, lo hace durante un rato a la semana, que ya es bastante.
Y seamos sinceros, tiene sus fallos, sus paradojas temporales complicadas de entender y que plantean mil preguntas... Pero siendo como soy Moffatiana del Nuevo Amanecer, reconozco que no estoy en mi derecho de ponerme tiquismiquis. Que Rory se pasó 2.000 años de centurión romano esperando a Amy y aquí todos callados como campeones. Bueno, casi todos. Yo sí porque Moffat mola. Y PUNTOOO.
Anyway, aciertos de El Ministerio del Tiempo:
1. Alonso de Entrerríos. Aunque anterior en época histórica, es un Alatriste más Alatriste que el propio Alatriste (el de la serie). Hay que fastidiarse... 
2. Julián. El español de a pie, noblote, listo y con cultura de calle. 
3. Las historias. Llevamos dos y dos aciertos. Queremos más Lope de Vega, a todo esto. Mucho más Lope de Vega. ¿Por qué no escriben una serie sobre Lope? Siempre Lope. 
4. La ambientación. ¡Es buena! 
Estoy emocionada, sí. Porque, sin ser la octava maravilla, al menos no da vergüenza ajena y es lo que tiene que ser la tele pública: entretenida e instructiva. Ahora sólo falta que la página web de RTVE funcione los días de emisión para que todos podamos ser felices...

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