Lenguas minorizadas, le dicen. Y ahí van, intentando que resuciten. En este caso, el mirandés, la lengua leonesa que hablan al otro lado de La Raya. Con la Red como aliada y con la red globalizadora también, qué paradojas, como gran enemiga. Las lenguas son una herramienta. Nunca han sido otra cosa. Y frente a lo que piensan los nacionalistas, no sirven para comunicarnos con los antepasados: no sólo porque ya están muertos (a veces hay que repetir lo obvio) sino porque ninguna lengua permanece en el tiempo. Y el castellano de hoy sólo tiene en común con el castellano del XVI una cosa: ambos son latines corruptos.