Revista Opinión

El mismo día en que la Justicia británica deniega la extradición de Assange a EEUU “por riesgo de suicidio”, Trump propicia el asalto al Capitolio.

Publicado el 10 enero 2021 por Santiagomiro
El mismo día en  que la Justicia británica deniega la extradición de Assange a EEUU “por riesgo de suicidio”, Trump propicia el asalto al Capitolio.Julián Assange.

La justicia británica decidió no extraditar a Estados Unidos a Julián Assange, el fundador del portal de información Wikileaks, que había sido reclamado por la justicia norteamericana por delitos de espionaje que podrían costarle una condena de hasta 175 años de cárcel. Este es el último capítulo de una historia llena de batallas legales y giros inesperados. La jueza Vanessa Baraitser decretaba el pasado lunes no conceder la extradición de Assange al país norteamericano, argumentando que existe un elevado riesgo de suicidio y que Assange padece depresión y alucinaciones sicóticas. Este fallo provocó una gran alegría entre sus seguidores, que celebraron la decisión a las puertas del tribunal. Ahora, el Gobierno estadounidense dispone de 14 días para recurrir el fallo, mientras los abogados del activista solicitan su libertad inmediata bajo fianza, pero la magistrada ordenó que siguiese de momento bajo custodia. La jueza rechazó las alegaciones de la defensa y, de momento, seguirá preso y cumpliendo condena por espionaje en Reino Unido. Desde el verano de 2019 no teníamos novedades del cyberactivista, cuando se supo que el que era por entonces ministro del Interior británico, Sajid Javid, aprobaba la extradición del fundador de Wikileaks a Estados Unidos, si bien tenían que ser los tribunales británicos los que decidiesen el siguiente paso. Assange fue condenado el 1 de mayo de 2019 a 50 semanas de cárcel por un tribunal británico por haber infringido las condiciones de su libertad condicional en 2012. El activista y hacker fue detenido por la policía británica el 11 de abril de 2019 después de que Ecuador le retirara su condición de asilado en su embajada de Londres. Wikileaks habría denunciado desde entonces el espionaje del que habría sido objeto Assange. En la prisión de alta seguridad de Belmarsh, se le aplican unas condiciones de aislamiento propias de grandes terroristas. Se le mantiene 23 horas diarias en soledad y tiene 45 minutos para hacer ejercicio en un patio. 

El mismo día en  que la Justicia británica deniega la extradición de Assange a EEUU “por riesgo de suicidio”, Trump propicia el asalto al Capitolio.La pareja de Assange, Stella Moris, tras el anuncio de la sentencia contra la extradición a EEUU. Detrás de ella, el director de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson

“El sistema ha triunfado... Assange no debería haber sido empujado hasta el borde del suicidio”, advierte Nils Melzer, Relator Especial de la ONU contra la Tortura, tras la sentencia que apoya los argumentos de los fiscales, limitando los derechos de libertad de prensa. “La jueza libra a Assange de la extradición pero avala las imputaciones de EEUU contra el periodismo de investigación”, titulaba en Público Carlos Enrique Bayo el pasado lunes. “Dos hechos probados trágicos el deterioro de la salud mental de Julian Assange tras una década de confinamiento y las brutales condiciones de reclusión en la prisión de máxima seguridad de EEUU (Florence ADX)– han salvado de momento al fundador de Wikileaks de acabar sus días entre rejas tras ser condenado a 175 años de cárcel por una Ley de Espionaje de 1917 que castiga la revelación de secretos de Estado aunque sean crímenes de guerra”… El único motivo que aduce la jueza para no entregar a Assange a la Justicia Militar estadounidense es que los acusadores estadounidenses no la han convencido de que el reo no acabaría suicidándose si fuera sometido a la pena que piden contra él. “La sentencia es una victoria para Assange, pero sus implicaciones para la libertad de prensa son mucho más complicadas”, explica Jameel Jaffer, director del Instituto Knight de la Primera Enmienda en la Universidad de Columbia de Nueva York, tras estudiar el veredicto. “El tribunal deja claro que habría concedido la extradición a EEUU si no fuera por los temores sobre su salud mental y por las durísimas condiciones en las que sería encarcelado allí. En otras palabras, el tribunal avala la acusación de EEUU al mismo tiempo que rechaza la extradición. Y eso plantea una amenaza para el periodismo de investigación. Nos preocupan especialmente los cargos de la imputación que acusan a Assange de haber violado la Ley de Espionaje simplemente por el hecho de haber publicado secretos clasificados. Porque esas imputaciones constituyen un ataque sin precedentes contra la libertad de prensa, calculado para disuadir a periodistas y editores de ejercer sus derechos que la Primera Enmienda debería proteger”, concluye Jaffer. “De hecho, prácticamente, todas las personalidades internacionales del mundo de la comunicación han expresado su grave preocupación por el contenido de la sentencia. Baraitser aduce que no es tarea de los tribunales británicos entrar en el caso del espionaje cometido en la Embajada de Ecuador en Londres por la empresa española UC Global, que grabó secretamente en vídeo las reuniones confidenciales de Assange con sus abogados y médicos. La jueza afirma que no puede valorar esos hechos demostrados y de dominio público porque no tiene acceso al sumario sobre el caso que se instruye en la Audiencia Nacional española, pese a que la defensa del creador de Wikileaks le presentó las pruebas de esa violación del procedimiento judicial secreto contra el acusado y testimonios de que el espionaje de EEUU planeó envenenar o secuestrar a Assange durante su asilo diplomático”. “No olvidemos que agentes norteamericanos planearon asesinar a Julian en territorio británico, sus colaboradores británicos fueron también blanco del espionaje, sus documentos fueron robados y sus operaciones ilegales incluso apuntaron a nuestro bebé de seis meses”, recuerda la pareja de Assange, Stella Moris, refiriéndose al caso de UC Global. “Es repugnante, y también una amenaza para todos. Así que no celebraremos mientras nuestros niños sigan privados del amor y el afecto de su padre”.

El mismo día en  que la Justicia británica deniega la extradición de Assange a EEUU “por riesgo de suicidio”, Trump propicia el asalto al Capitolio.
Pancartas contra la extradición de Assange a EEUU, en la verja de Woolwich Court Court en Londres.

Stella Moris hizo un llamamiento a la defensa de la libertad de Assange porque “los derechos de Julian están entrelazados con los derechos de todos nosotros. Y podemos perder nuestras libertades en un abrir y cerrar de ojos. Por esto, llamo a todos los que conocen los hechos a denunciar el conjunto de ilegalidades que han conducido al encarcelamiento de Julian. Y apelo al presidente de los EEUU a que ponga fin a esta persecución ahora mismo”. La norteamericana Freedom of the Press Foundation (Fundación Libertad de Prensa) también admitió que “la decisión sobre la demanda de extradición no fue tomada en base a la libertad de prensa, sino que la jueza dictaminó, esencialmente, que el sistema penitenciario de EEUU es demasiado represivo como para extraditar” al reo. No obstante, expresó su esperanza de que “sin embargo, el resultado [del veredicto] protegerá al periodismo en todas partes”. Por su parte, el International Press Institute (IP), una red global de editores, directivos de medios de comunicación y destacados periodistas que trabajan por la libertad de prensa, manifestó que “la decisión de denegar la extradición solicitada por el Gobierno de EEUU es una victoria para la libertad de prensa” porque “su procesamiento bajo la Ley de Espionaje habría sentado un peligroso precedente que tendría un efecto pavoroso para el trabajo de los periodistas en Estados Unidos y en el resto del mundo”. Pero muchos otros observadores fueron bastante menos optimistas sobre el futuro del caso y sus consecuencias para la libertad de prensa y el periodismo de investigación. El Relator Especial de la ONU sobre la Tortura, Nils Meyer, subrayó que las argumentaciones del veredicto de Baraitser constituyen “una advertencia para todos los periodistas que cubran crímenes de guerra”. “El sistema ha triunfado... Él [Assange] no debería haber sido empujado hasta el borde del suicidio”, denuncia Meyer en declaraciones a la cadena de televisión Russia Today. “Se ha ganado una batalla, pero el tribunal británico ha ido demasiado lejos en la justificación del argumentario utilizado por EEUU para justificar esas imputaciones, que básicamente criminalizan el periodismo de investigación. Sólo rechaza la extradición por razones puramente médicas, pero mantiene toda la construcción acusatoria contra la libertad de información. Así que EEUU no ha perdido tanto con este veredicto, puesto que, en la práctica, avala que cualquier otro periodista pueda ser extraditado a causa de imputaciones idénticas a las que presenta contra Assange, y la sentencia sigue siendo muy intimidatoria para todos los periodistas en todas partes. Y prácticamente lava la cara de los que han violado sus propias leyes y tratados internacionales para someter a Assange a muchos años de persecución y tortura”, sentencia Meyer. Y Owen Jones, el analista y escritor británico escribe en The Guardian: “La maquinaria de guerra de EEUU depende de su capacidad para maquillar realidades humanas brutales. Si civiles inocentes pueden ser asesinados silenciosamente y sin consecuencias, entonces no habrá nada que pueda evitar que muchas más personas sufran ese mismo destino”.

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     La madre de Assange pide a EEUU que desistan de extraditar a su hijo.

La jueza ha hecho referencia a declaraciones de la CIA, citando a Assange como una persona “hostil”. Un régimen de aislamiento podría dañar gravemente su salud mental, que tiende a la depresión, según ha señalado la jueza. “La situación mental de Assange es tal que sería opresivo extraditarlo a EEUU”. Sin embargo, Baraitser asegura que el derecho a la libertad de expresión no proporciona “una discreción sin límites al señor Assange para decidir lo que va a publicar”. Javier Biosca Azcoiti recuerda en Eldiario.es que la jueza ha rechazado la extradición por el riesgo a la salud que supondría para el acusado. Y que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ofreció el lunes asilo político a Assange. “Voy a pedirle al secretario de Relaciones Exteriores que haga los trámites correspondientes para que se solicite al Gobierno de Reino Unido la posibilidad de que el señor Assange quede en libertad y que México le ofrece asilo político”, anunció el presidente en declaraciones recogidas por la agencia EFE. Estados Unidos acusa a Assange de haber violado su Ley de Espionaje por haber filtrado y publicado secretos diplomáticos y militares en 2010 a través de Wikileaks. En concreto, está acusado de 18 cargos relacionados con la Ley de Espionaje y uno por fraude y abuso informático, lo que podría llegar a 175 años de prisión. “Este caso es indignante y está motivado políticamente para utilizar a Assange como ejemplo. Es el futuro del periodismo y la libertad de prensa lo que está en juego”, afirma Rebecca Vincent, directora de campañas internacionales de Reporteros Sin Fronteras. En 2010, la Fiscalía de Suecia ordenó la detención de Assange, acusado de violación y abuso sexual, y Suecia emitió una orden europea de detención. Reino Unido aceptó extraditarle y Assange pidió entonces asilo en la embajada de Ecuador. Assange dijo que este proceso era una excusa para su extradición a EEUU, donde podría ser juzgado por la filtración masiva de documentos secretos en 2010 a través de Wikileaks. Finalmente, Suecia archivó el caso en noviembre de 2019. Y Nils Meizer, el relator especial de la ONU para casos de tortura, aseguró en una entrevista que Assange no intentó en ningún momento huir de la justicia sueca. “Cuatro países democráticos unieron fuerzas [Estados Unidos, Ecuador, Suecia y el Reino Unido] para aprovechar su poder y retratar a un hombre como un monstruo para que luego pudiera ser quemado en la hoguera sin que nadie protestara”.

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El pasado miércoles la jueza Vanessa Baraitser fallaba que Julian Assenge, fundador de Wikileaks, permanecería en prisión condicional hasta que se resolviese el recurso sobre la extradición a EEUU. Pero EEUU anunciaba que recurriría la decisión. La jueza añadía que Wikileaks asistió a Edward Joseph Snowden, consultor tecnológico estadounidense, en su viaje a Rusia. “Assange debe ser puesto en libertad de manera inmediata, rehabilitado e indemnizado por el abuso y arbitrariedad a la que ha sido expuesto”, denunció Nils Melzer, relator especial de la ONU sobre tortura. “Incluso con un recurso pendiente, su aislamiento continuo en una prisión de alta seguridad es completamente innecesario y desproporcionado. No hay ninguna justificación para impedirle esperar el fallo final en un lugar en el que se pueda recuperar y en el que pueda vivir una vida familiar y profesional normal”.  Melzer asegura que “si EEUU” ofreciese garantías de que Assange será tratado de forma humana, su extradición se podría confirmar en el recurso sin ninguna revisión significativa de las graves preocupaciones legales que plantea el caso”. El recurso sobre la extradición hará que sea el gobierno de Biden el que tenga que gestionar el caso en los próximos meses. Zachary Terwilliger, el fiscal federal que acusa a Assange en EEUU vive sus últimos días en el cargo y ha afirmado que “será interesante ver lo que ocurre con el caso. Habrá que tomar algunas decisiones. Algunas de ellas sobre dónde concentrar los recursos y las energías”, añadió, sugiriendo que puede haber cambios en la posición estadounidense. Melzer aafirma que “con suerte, esta decisión judicial pondrá fin a la persecución y encarcelamiento de Assange como individuo, pero desde una perspectiva más amplia establece un precedente devastador y debilita gravemente la libertad de prensa, la rendición de cuentas y el estado de derecho”.  Multitud de organizaciones internacionales como Reporteros Sin Fronteras, Amnistía Internacional, el Comité para la Protección de los Periodistas, The European Centre for Press and Media Freedom y figuras políticas como la comisaria de derechos humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic, han celebrado la no extradición, pero también han mostrado su preocupación por las consecuencias y el precedente que fija el caso en la libertad de prensa.

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Assange deberá permanecer en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, junto a Londres, en condiciones muy duras para su estado de salud físico y mental. Recientemente se suicidó uno de los reclusos que estaba esperando su deportación en esa cárcel, conocida como “la Guantánamo del Reino Unido”. Durante la vistilla judicial previa, los fiscales británicos y los letrados de EEUU presentaron sus argumentos contra la liberación bajo fianza, aduciendo que “no se puede confiar en que se entregase” en el caso de que, finalmente, fuera concedida la extradición tras juzgarse el recurso contra la sentencia de Baraister. Un proceso de apelación que durará muchos meses. La acusación insiste en precedentes como la ayuda que prestaron “otros en Wikileaks” al analista Edward Snowden –quien filtró las pruebas del espionaje masivo ilegal de la NSA estadounidense– para que lograse escapar al cerco mundial organizado por EEUU y hallar refugio en Moscú. Carlos Enrique Bayo señala en un artículo en Público: “Es interesante que, en este caso, la letrada del Gobierno norteamericano, Clair Dobbin, confirmara que los planes originales de Wikileaks eran que Snowden obtuviese asilo en algún país latinoamericano. Según Dobbin, Assange volvería a intentar refugiarse en otra embajada, como la de México, cuyo presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) le ofreció asilo diplomático en su país tras la sentencia que rechazó la extradición en primera instancia. Y planteó a la jueza que el Reino Unido ya se ha gastado 16 millones de libras (casi 18 millones de euros) en vigilar la embajada donde se asilaba para que no pudiera salir de allí sin ser detenido. Por su parte, los abogados de Assange subrayan que, tras pasar siete años en durísimo confinamiento dentro de la Embajada de Ecuador en Londres, el fundador de Wikileaks no están en condiciones físicas ni mentales para repetir esa experiencia ni de ninguna manera querría hacerlo ahora que tiene pareja y dos niños pequeños de nacionalidad británica”. 

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La letrada del Gobierno norteamericano, Clair Dobbin, confirmó que los planes originales de Wikileaks eran que Edard Snowden –quien filtró las pruebas del espionaje masivo ilegal de la NSA estadounidenseobtuviese asilo en algún país latinoamericano. Según Dobbin, Assange volvería a intentar refugiarse en otra embajada, como la de México, cuyo presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) le ofreció asilo diplomático en su país tras la sentencia que rechazó la extradición en primera instancia. Y planteó a la jueza que el Reino Unido ya se ha gastado 16 millones de libras (casi 18 millones de euros) en vigilar la embajada donde se asilaba para que no pudiera salir de allí sin ser detenido. El defensor Ed Fitzgerald recordó a la jueza que su sentencia sobre la delicada salud de Assange, y su precario equilibrio mental, cambia todo el planteamiento anterior de su situación, puesto que ha permanecido ya otros 15 meses preso en aislamiento solitario una vez cumplida la pena que se le impuso por haber violado la anterior libertad provisional. Y esos 15 meses de prisión se le impusieron en base a una demanda de extradición que acaba de ser denegada en primera instancia. Como Dobbin había puesto en duda la vida familiar de Assange –ya que nunca ha podido residir con su mujer e hijos–, el abogado hizo hincapié en que es precisamente esa convivencia con su pareja y niños pequeños lo que está médicamente recomendado para superar los problemas de salud mental provocados por una década de persecución, aislamiento y campaña mundial de calumnias que ha padecido. El Relator Especial de la ONU sobre la Tortura, Mils Melzer, ha dictaminado que eso equivale a ser sometido a tortura y que Assange padece todos los síntomas médicos de haberla padecido”. Pero la jueza proclamó que Assange sigue siendo un “fugitivo de la Justicia británica y anunció su decisión de negar la libertad de Assange bajo fianza mientras se tramita el recurso de EEUU contra su sentencia. Y el fundador de Wikileaks seguirá sometido a reclusión en solitario, como castigo por haber difundido informaciones auténticas sobre los crímenes de guerra cometidos por el Ejército del mismo Gobierno que ahora exige su extradición para condenarlo a morir en prisión en EEUU.

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El asalto al Capitolio de Washington D.C

El mismo miércoles en que la jueza Vanessa Baraitser fallaba que Julian Assenge permanecería en prisión condicional hasta que se resolviese el recurso sobre su extradición a EEUU, del otro lado del Atlántico y alentados por Donald Trum, cientos de manifestantes irrumpían violentamente en el Capitolio, simbólico lugar que acoge tanto la Cámara de Representantes como el Senado del país, en Washington. Esta última cámara debía certificar la victoria demócrata tras la victoria de los candidatos demócratas en el Estado de Georgia. Pero grupos supremacistas de ultraderecha, como Qanon, The Proud Boys, The Patriots, The Kek Flag, The Three Percenters, el movimiento Stop the Steal, el National Anarchist Movement y otros acérrimos defensores de Donald Trump, desfilaron el mismo día por Washington y acabaron rodeando y asaltando el Capitolio, tras ser alentados por el propio presidente saliente. Así lo cuenta Manuel Ruiz Rico en Público: “El grueso de los asaltantes, de esos ‘terroristas doméstico’, como los llamó, entre otros, Hillary Clinton, provenían, no por casualidad, de esos estados del sur y del Medio Oeste además de California, Arizona y Florida, estados también muy demócratas (Biden ha ganado en los dos primeros y Florida es un estado bisagra) pero donde campan grupos extremistas muy sólidos y de tradición”. Los seguidores del presidente Trump derribaron varias vallas de seguridad y se enfrentaron con la Policía, que se vio superada, provocando caóticas escenas en la capital estadounidense, llegando a acceder no pocos de ellos hasta el interior de la Sala de Columnas del Congreso, lo que generó choques con la Policía y caóticas escenas en la Cámara de Representantes y el Senado, donde los legisladores celebraban la validación formal de la victoria electoral de Joe Biden. El mismo día debía confirmarse la victoria demócrata en las elecciones a senadores por el estado de Georgia. Se decidían dos plazas de senadores en la Cámara Alta. Este triunfo regional hacía que el Senado, quedase bajo el control de los demócratas de Joe Biden, y que, por tanto, los republicanos no pudiesen ya tener ningún contrapoder al futuro presidente.

El mismo día en  que la Justicia británica deniega la extradición de Assange a EEUU “por riesgo de suicidio”, Trump propicia el asalto al Capitolio.

Pero, alentados por Trump en la retaguardia, ahí estaban ellos, parte de sus huestes, aguerridos manifestantes que se enfrentaron a la Policía, que hizo uso de gas pimienta para intentar dispersarlos. Eran las hordas fanáticas de la corriente trumpista, que irrumpieron al Capitolio con sorprendente facilidad. Algunos de ellos, aprovechando las estructuras desplegadas para la toma de posesión del presidente electo, el demócrata Joe Biden, no dudó en acercarse a la escalinata del Congreso y escaló fácilmente el muro, penetrando en un Capitolio débilmente defendido. La Policía del edificio hizo sonar la alarma de emergencia, acompañada con un mensaje en el que se pedía a las personas que estaban en las instalaciones que “buscaran refugio” y “permanecieran en silencio” debido a una “amenaza interna”. En medio del asalto, el vicepresidente del EEUU, Mike Pence, fue evacuado de un Capitolio que terminó siendo domado por los manifestantes. Según la cadena de televisión CNN, algunos de ellos iban armados y se escucharon disparos. Hubo cuatro personas muertas y al menos 14 policías resultaron heridos. 

El mismo día en  que la Justicia británica deniega la extradición de Assange a EEUU “por riesgo de suicidio”, Trump propicia el asalto al Capitolio.
Trump reconoce la derrota, acorralado por las llamadas a su cese y el temor a acabar en prisión.

Veinticuatro horas después de este asalto violento, Trump reconocía su derrota electoral y se declaraba “indignado” por el 'atroz ataque' al Capitolio. Pedro Costa Morata lo comenta en Cuartopoder.es: “Donald Trump, que decidió que le iban a robar las elecciones antes de que se celebraran, se llenó de razones cuando las perdió y, ahora, cuando ha visto rechazadas todas sus reclamaciones por el sistema legal vigente, ha decidido pasar a la acción antisistema, promoviendo el asalto del Capitolio por sus seguidores. Esto es un episodio clarificadoramente neofascista, en sintonía con los tiempos y ampliamente identificable si le prestamos la debida atención, con los fascismos históricos europeos”. Más de dos meses después de las elecciones, el presidente saliente de Estados Unidos reconocía el jueves su derrota en los comicios, ante la amenaza de que se iniciase un proceso de destitución contra él por instigar el asalto al Capitolio de la víspera. En un vídeo publicado en su cuenta oficial de Twitter, Trump emitió finalmente el mensaje sobre los comicios que medio país esperaba escuchar desde hacía dos meses, y condenó el ataque del miércoles que el Congreso le exigía desde hacía más de 24 horas. “El Congreso certificó el resultado (de las elecciones). Una nueva Administración llegará al poder el 20 de enero. Ahora me centraré en asegurar una transición de poder tranquila, ordenada y sin problemas”, afirmó el mandatario saliente. “Este momento llama a la sanación y a la reconciliación”, añadió Trump justo dos meses después de que los principales medios de comunicación informaran de la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre y tras una campaña sin precedentes en la que no dejó de sembrar desconfianza en los resultados, que tachó de fraudulentos sin aportar ninguna prueba. Fue un día después de incitar a miles de sus seguidores a que marcharan al Capitolio para intentar interferir en el proceso de ratificación del resultado electoral. Comenzó su vídeo refiriéndose al “atroz ataque al Capitolio de Estados Unidos”, y se declaró “indignado por la violencia, la ilegalidad y el caos”. Su discurso contrastó con el que emitió mientras sus simpatizantes vandalizaban el miércoles el Capitolio, tardando más de dos horas en pedirles que abandonaran el Congreso y lo hizo de forma cariñosa: “Les queremos, váyanse a casa”. Trump también justificó la violencia en un tuit el miércoles, lo que llevó a que Twitter suspendiera durante 12 horas su cuenta, que el mandatario saliente no volvió a utilizar hasta que el jueves publicó el vídeo. Trump llamó a “restaurar la calma”, pero luego defendió su cruzada contra el resultado de las elecciones que ha inflamado las tensiones en el país: “Mi único objetivo era asegurar la integridad del voto, estaba luchando para defender la democracia estadounidense”.

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La jefa de la Cámara Baja de EE.UU., Nancy Pelosi.

Nancy Pelosi, presidenta demócrata de la Cámara Baja, declaró en una rueda de prensa: “Insto al vicepresidente (Mike Pence) a que destituya de inmediato al presidente, invocando la enmienda 25 –la vía más rápida para despojar a Trump del poder–. Si el vicepresidente y el Gabinete no lo hacen, el Congreso puede estar preparado para salir adelante con un juicio político”. Pelosi indicó que Trump “incitó una insurrección armada contra EE.UU. Una profanación del Capitolio, que es el templo de EE.UU., de nuestra democracia estadounidense y de la violencia que tuvo como blanco el Congreso”. Para invocar esta enmienda, se necesitaría que el vicepresidente Pence y una mayoría del gabinete vote para destituir a Trump, alegando su incapacidad “para ejercer los poderes y deberes del cargo”, en un paso sin precedentes. En una rueda de prensa, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, reveló que Pelosi y él habían llamado a Pence para convencerle de que invoque esa enmienda para destituir a Trump, pese a que solo quedan días para la investidura de Biden, el próximo 20 de enero. “Estuvimos en espera (al teléfono) durante 25 minutos y entonces nos dijeron que el vicepresidente no se pondría al teléfono, así que lo estamos haciendo público, porque debería hacerlo y hacerlo de inmediato (invocar la enmienda 25)”, dijo Schumer. La polémica sobre el asalto al Capitolio ha provocado ya dos dimisiones en el gabinete de Trump: los de las secretarias de Transporte, Elaine Chao, y de Educación, Betsy DeVos, a los que se suma una decena de funcionarios de la Casa Blanca. Mientras tanto, crecen entre los republicanos las voces críticas con la conducta de Trump. Uno de ellos es el senador Lindsey Graham, quien lamentó que los logros de Trump en estos cuatro años se hayan visto ensombrecidos por lo ocurrido el miércoles. El asalto al Capitolio “será una parte importante de su Presidencia. Es una herida autoinflingida. Fue ir demasiado lejos”, opinó Graham. Por su parte, el gobernador republicano de Maryland, Larry Hogan, fue más contundente y aseguró que Trump debería ser destituido.En paralelo, las investigaciones sobre los sucesos en el Capitolio avanzan y este jueves el fiscal general de EE.UU. en funciones, Michael Sherwin, no descartó que Trump pueda ser procesado. Preguntado por un periodista sobre si estaban llevando pesquisas sobre el papel de Trump, Sherwin respondió: “Estamos mirando a todos los actores aquí y a todo el mundo que tuvo un papel, y si las pruebas se ajustan a los elementos del delito, van a ser imputados”.


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Una mujer con una pancarta de apoyo a Julian ssange frente a la corte penal londinense de Old Bailey

En “Instrucciones democráticas para matar a un periodista”, Aníbal Malvar escribe en Público: “A Julian Assange, como a Galileo, lo hemos asesinado por demostrarnos que la tierra gira alrededor del sol, que somos menos demócratas que fariseos, que matamos niños por diversión desde aviones con pantalla de nintendo, que nos espiamos y boicoteamos entre países presuntamente hermanos, que somos unas crudelísimas mentiras con patas y con una carta de derechos humanos que es como la carta a los magos zoroástricos de oriente: una patraña. Todo esto ya lo sabíamos por películas, libros y algunos (pocos) periódicos. Pero observarlo al natural, renunciando al pacto de ficción que tanto tranquiliza, eso no pudimos soportarlo. Espejito, espejito, que decía la bruja de Blancanieves. Así que decidimos asesinar a Rosencrantz y Guildenstern, y hoy Julian Assange es solo un muerto que palpita. Matamos al mensajero como si así pudiéramos borrar el mensaje.  La hoy tan beatificada Angela Merkel es paradigma de este autoengaño sostenido y con cadáveres reales. Los papeles de wikileaks demostraron que ella había sido objeto de espionaje. Que EEUU se infiltró en sus reuniones confidenciales, en sus cumbres presidenciales y seguramente en su cama. Pero la canciller alemana, víctima, no ha levantado ni un re bemol en defensa de la libertad de aquel que le relató su verdad. Serán unos hijos de puta, pero son nuestros hijos de puta. La frase de Franklin Delano Roosevelt nos cataloga muy hermosamente”.

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“El quinto poder”: Los rusos y los americanos siguen a Assange de cerca. Benedict Cumberbatch se tiñe de rubio platino para dar vida a Julián Assange en un thriller que no cuenta con su aprobación.  

“Los juicios falsarios contra Julián Assange han ido constatando la veracidad de sus descubrimientos periodísticos. Han reafirmado que consiguió toda la información respetando cualquier código deontológico. Incluso han desmontado fehacientemente aquellas denuncias de violación en las que nunca hubo violadas denunciantes, colmo de pirueta legal urdida por el vasallo gobierno sueco. Incluso se puso en marcha la más costosa maquinaria hollywoodiense para mancillar la figura del periodista más perseguido del siglo XXI (con permiso, otra vez, de Eduardo Inda). La película ‘El quinto poder’ es un relato falaz que nos representa a Assange como una especie de egomaníaco sin escrúpulos, infantiloide e incapaz de amar, antidemócrata y vacío. El día en que la vi, toda mi admiración por el actor Benedict Cumberbatch se evadió por el retrete. Ningún artista digno de tal nombre aceptaría jamás participar en esa basura, en la que las deformantes caracterizaciones se sobreponen a lo verdaderamente importante: el mensaje de ya inmarcesible relevancia histórica que Assange y sus colaboradores nos legaron. No me extraña que Dreamworks eligiera al director Bill Condon para esta película, pues es una película diseñada como un condón fílmico que nos protege del peligro de embarazarnos con la verdad. Me queda hablar de periodistas, del periodismo que no ha parado sus rotativas en honor del más valiente de nuestros compañeros. Todos los que nos dedicamos a esto sabemos que la libertad de expresión en nuestros paraísos democráticos tiene límites económicos, judiciales e incluso estéticos. O sea, que no es tal libertad. Pero, con Assange, nos están atemorizando e insultando. Ya sabemos hasta dónde podemos llegar en el afán de contar la verdad en Europa y EEUU. Y, que yo vea, seguimos sin hacer nada contundente. Aunque estemos mal pagados, en casa del periodista se está más calentito que en la celda inhumana en la que tenemos encerrado a Assange. Sí: también los periodistas lo tenemos encerrado. Viva la democracia, y viva la inquisición, que es la que nos paga nuestras facturas y miserias.

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Uno de los asaltantes al Capitolio 

Por su parte, David Bollero titula “Insignificantes minorías que ponen en jaque” un artículo sobre la insurrección en el Capitolio: “Donald Trump ha regalado a EEUU algunos de los momentos más vergonzantes de su Historia y miércoles fue uno de los más señalados. Subestimar a los movimientos antidemocráticos, a aquellos que suponen un peligro para las libertades civiles, conduce a situaciones como las vividas en el Capitolio. Quizás por eso, restar importancia a las acusaciones de la derecha y la extrema-derecha, que acusan de ‘ilegítimo’ a nuestro actual gobierno, o hablar de ‘insignificante minoría’ al auge fascistoide y golpista en el seno de nuestras Fuerzas Armadas ‘y Cuerpos de Seguridad del Estado, añado yo– es un error de consecuencias fatales. Negar la realidad o, incluso, tratar de minimizarla, no la resuelve. Lo vimos en EEUU, cuando el propio Trump se impuso hace cuatro años en las presidenciales; cuando se creyó que los episodios de brutalidad policial y racismo en la policía eran puntuales y un año más las calles se han llenado de movilizaciones y protestas; lo vimos cuando, pese a la solicitud de la alcaldesa de Washington un día previo de reforzar el dispositivo policial, no se hizo y asaltaron el Capitolio. La derecha y extrema-derecha no han tardado en delirar, comparando el asalto violento a las instituciones de EEUU con las protestas de Rodea el Congreso en 2016 o las protestas en 2019 en Sevilla durante la investidura del gobierno andaluz. La misma comparación es odiosa y ha de tener el efecto contrario al deseado por los Abascal, García Egea o Rivera, que se sitúan más en la órbita trumpista que en la verdadera democracia. A diferencia del asalto al Capitolio, tanto Rodea al Congreso como las concentraciones en Sevilla fueron pacíficas y no buscaban el golpe de Estado. Se trataba de actos de protesta por el proceder de la clase política, por su alejamiento de la sociedad civil o sus ansias de acaparar poder, aunque para ello sea necesario, como en Andalucía, ceder a los caprichos de partidos fascistoides. No buscaban en modo alguno dar un golpe institucional ni reemplazar a los representantes públicos. Resulta paradójico que quienes llevan años actuando del mismo modo que ahora Trump, esto es, buscando deslegitimar a un gobierno democrático, como el de coalición PSOE-UP, o a partidos defensores de la Democracia con cada vez mayor peso en su región y en el Congreso como EH-Bildu, quieran erigirse ahora como demócratas con estas comparaciones absurdas. Por otro lado, es llamativo que el mismo día que la ministra de Defensa, Margarita Robles, volvió a minimizar el florecimiento fascista en el seno de las Fuerzas Armadas, jaleada por algunos medios de comunicación, sea cuando quienes creían que no sería posible, se llevaban las manos a la cabeza por el asalto al Capitolio. Negar la evidencia, que no es otra que, tanto en el Ejército como en la Guardia Civil y la Policía Nacional, es preciso realizar una depuración democrática cuanto antes, solo puede conducir a situaciones absolutamente indeseadas... indeseadas para quienes defendemos la Democracia, claro”.

Imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:

El mismo día en  que la Justicia británica deniega la extradición de Assange a EEUU “por riesgo de suicidio”, Trump propicia el asalto al Capitolio.
Madrid es la segunda comunidad que menos vacunas pone, pese a la promesa de Ayuso de hacerlo “incluso de noche”.

“Madrid va a vacunar los lunes, los martes, los miércoles, los jueves, los viernes, los sábados, los domingos y los festivos. Mañana y tarde. Con todos los medios disponibles, públicos y privados. Incluso de noche”, decía la presidenta Ayuso la misma tarde del martes.

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Aimar Bretos ha recogido en Hora 25 el sentir de muchas personas con respecto a las cifras de vacunación. Y comenta en Tremending: “Quizá, con 50.000 muertos en España y 20.000 contagios cada jornada, la pregunta no sea si tenemos que vacunar o no en festivos, sino cómo puede ser que no se esté vacunando prácticamente las 24 horas al día”.  Además, Bretos recupera unas palabras de Isabel Díaz Ayuso en las que se quejaba de no recibir suficientes vacunas, mientras que solo se han puesto el el 6% de las que han llegado. 

 6% de las que han llegado. 

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Los periódicos de EEUU ya empiezan a culpar de todo lo ocurrido en el Capitolio a Donald Trump. La portada de The Washington Post, por ejemplo, reza así “La mafia de Trump asalta el Capitolio”, con un breve texto de acompañamiento: “El presidente incita a la multitud a actos de insurrección y violencia”.

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New York Times piden en su editorial la destitución de Trump. The Economist retrata la insurrección como el legado de estos cuatro años de presidencia del republicano.Toda la prensa, incluidos los periódicos de línea editorial conservadora, ha dejado claro que los atacantes del miércoles eran seguidores de Trump. Se habla de “invasión”, “asalto” y “caos”, con imágenes de la policía intentando impedir la entrada con barricadas o con los asaltantes dentro del Capitolio enarbolando banderas de Trump, de Estados Unidos e incluso la confederada.  

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Tremendig cuenta cómo en su portada, correspondiente al mes de junio del 2020, el 'Der Spiegel' acierta siete meses antes con lo ocurrido en el Capitolio. En ella se puede leer: “Diablo de fuego. Un presidente incendia su país”.

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 Otras portadas de Der Spiegel.
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Mitt Romney, senador republicano y una de las voces del partido más críticas con las formas y políticas de Donald Trump, no ha dudado ni un segundo en aprovechar su intervención en la Cámara de Representantes para condenar con contundencia al presidente saliente. “Lo que sucedió en el Capitolio es una insurrección, incitada por el Presidente de los Estados Unidos”, dijo desde el estrado.

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Nazis pro-Trump. Uno de los asaltantes del capitolio, el de barba a la izquierda, con una sudadera que muestra CAMP AUSCHWITZ y una calavera, indumentaria que celebraba el genocidio judío provocado por los nazis, con un mensaje que se congratulaba de la existencia del campo de concentración de Auschwitz.

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¿A qué no sabéis quienes han sido los únicos que no han condenado y sí casi justificado el ataque ultra al Capitolio en EEUU? Que van 4 muertos y 15 policías heridos. Y se han incautado de armas y explosivos... Que hasta Bush y la Le Pen han criticado a Trump....Pues aquí tenemos a los panchitos más pro-Trump del mundo. (Skakeo FanZin)
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Madre mía Donald Trump dando el Golpe de Estado en Estados Unidos. (@Satanislavsky)El Departamento de Estado y la CIA mantienen activas las alertas sobre el posible carácter violento de las manifestaciones en Barcelona, pese a la ausencia de incidentes desde hace meses. Advierten además sobre posibles ataques terroristas.   

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Vox 'patrocina' una moción para que Europa apoye el Nobel de la Paz para Trump. Jorge Buxadé firma una propuesta de resolución junto a otros seis eurodiputados para que el Parlamento Europeo considere y apruebe la candidatura del presidente de EEUU al premio.

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Mairead Maguire, la activista norirlandesa y premio Nobel de la Paz, ha nominado al fundador de Wikileaks, Julian Assange como candidato de este año. La activista fue galardonada con el Nobel de la Paz por su contribución al cese de la violencia en Irlanda del Norte. Ahora, la fundadora del Movimiento de la Paz y Gente de Paz ha pedido que este año debe entregársele a Julián Assange. En esta candidatura y proposición Maired Maguire agrupa, además de Assange, a la exmilitar estadounidense, Chelsea Manning, y al analista de Inteligencia Edward Snowden, todos ellos responsables de la divulgación de documentos secretos que les han acarreado penas de cárcel o persecución por parte de las autoridades británicas y yanquies.
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Ayuso y Almeida, restaurando el orden en Madrid en plena nevada.
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El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Enrique, Eneko, J. R. Mora, Vergara, Manel F., Javirroyo, Pedripol, Ferranmartín, Miki y Duarte… 

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 Año nuevo. Lacra vieja.
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Líbranos del mundo libre.
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 ¡Everybody sit the fuck down!
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Las medidas de Ayuso
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Hacia la modernidad
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Los polluelos.
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Queridos Reyes Magos.
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La vacunita
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La máquina.
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Santa Vacuna.
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Usa, golpe de Estado.
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La luz continúa subiendo.
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Pep Roig, desde Mallorca: ¡Cuidado con las réplicas! Desdemocratizando, Libertad de encarcelar, Todo lo malo, Peligro, Lo imposible…

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Los vídeos de esta semana:

Denegada la petición de libertad bajo fianza de Julian Assange

Justicia británica no extraditará a Julian Assange a Estados Unidos | 24 Horas TVN Chile

La secuencia completa del asalto al Capitolio

Las imágenes más impactantes del asalto al Capitolio

¿Cómo pudo ocurrir? Dimite el jefe de la policía del Capitolio en medio de una cascada de cr…

Grans dones: Joana la boja – Polònia

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