Uno de los elementos que más me fascinan de 2001 Odisea en el Espacio, cuando ya lleva cumplidos los 46 años es que sigue siendo un auténtico misterio. Ha y opiniones de todo tipo respecto a este film. Conozco de gente que se ha acercado a este film esperando leer un libro de filosofía y se han dado con un canto en los dientes. La reacción más frecuente es tacharla de aburrida o de sin sentido. “No la entiendo” dicen. Creo que es la reacción de alguien que esperaba encontrar en ella alguna escena que les explicara la película.
Desde luego confío plenamente en que Stanley Kubrick no hizo una tomadura de pelo. Pero tampoco quería que la gente terminase de verla con una frase que la definiera. Fue en 1968 una auténtica revolución técnica y de estilo. Aún hoy es una gozada visual que no ha envejecido nada mal. Sigue planteando preguntas y arrojando luces a interrogantes. ¿Cuándo empezó el hombre a ser hombre? ¿Qué nos hace únicos y diferentes de los otros? ¿Tiene la ciencia todas las respuestas? ¿Qué es la muerte? El espacio es. por lo mucho que abarca y lo poco que lo conocemos, un territorio para explorar y plantear nuevos paradigmas.
La figura de acción que no puede faltar esta Navidad
Mucho se le critica al monolito su importante papel en la película. ¿Qué es? ¿Qué significa? ¿Es un mcguffin que le sirve a Kubrick para dar por concluido un sinsentido? ¿Es un alardeo de autosuficiencia del artista? ¿Es el absurdo del arte contemporáneo? ¿Es una gilipollez? ¿Por qué cño estamos hablando de esto? Kiero comer.
Cuando alguien no entiende algo reacciona echándole la culpa. Es un mecanismo de defensa que tenemos. En el caso del monolito ocurre lo mismo. Está claro que usar un monolito negro no es la forma más acertada de explicar algo si se quiere ser claro como el agua. El monolito en 2001 da pie a cientos de interpretaciones (unas más acertadas que otras, claramente). Pero lo cierto es que es una figura clave en la trama de la película. Aparece en tres ocasiones que marcan cambio de época, avanzan la historia y resuelven tramas.
Estos son los momentos en los que aparece siempre como algo misterioso que se aleja de nuestra comprensión:
1. En una comunidad de simios. Se acercan, le tienen miedo porque resulta extraño. El jefe finalmente se atreve a tocarlo y los demás siguen su ejemplo. Las siguientes escenas muestran como los simios aprenden a emplear un hueso como arma. Es el amanecer de la humanidad.
2. El monolito ahora está escondido en un planeta y es descubierto por unos investigadores que no logran darle sentido porque no parece hacer NADA y por lo tanto no aporta datos para la investigación. Los astronautas deciden al menos hacerse una foto para pasar a la historia por semejante descubrimiento. Sin embargo, un agudo pitido les impide la foto oficial como queriendo resaltar que el hombre no puede burlarse de él.
3. Es la aparición más desconcertante. Ante una sala futurista un moribundo le tiende la mano al monolito negro y se intercalan tomas de un útero materno con un feto dentro.
Esta es la descripción de las escenas. Kubrick no es un filósofo ni un escritor. Es un cineasta que trabaja con imágenes y sonidos. Es alguien que sugiere, que crea emociones (sí, dormirse es el resultado de una emoción), que une imágenes, que extiende las cartas para que el espectador piense y participe del trabajo del director, no dándoles un sentido sino descubriendo su sentido. Y creo que es la solución más inteligente para hablar de algo que no conocemos y que solo vislumbramos en la oscuridad del espacio. Es para mí la prueba de que Kubrick era un hombre apasionado con la vida y que de alguna manera compartía su pasión a través del arte de sus películas.