Hace poco tiempo, mientras revisaba el material fotográfico de mi último viaje a Rusia, reparé en algunas fotografías que realicé en el palacio de Catalina en Tsárskoye Seló, cerca de San Petersburgo, concretamente en las fotos correspondientes a uno de sus salones, conocido como la Cámara de Ámbar. Este suntuoso espacio tiene detrás una historia fascinante y un misterio todavía sin resolver.
La sala actual es una reconstrucción de la original que fue terminada e inaugurada en el año 2003, después de 24 años de trabajo, con motivo del 300 aniversario de la fundación de la ciudad de San Petersburgo. Al acontecimiento asistieron grandes personalidades de todo el mundo, especialmente de Alemania, ya que fueron empresas alemanas las que financiaron las costosas obras.
A principios de siglo XVIII, Federico I de Prusia la mando construir para su Palacio de Charlottenburg en Berlín, con ámbar semitransparente del mar Báltico. Era un regalo para su mujer Sofía Carlota de Hannover, la cual murió cuatro años antes de que estuviera terminada. Por su rareza, el ámbar ya en esta época tenía un precio doce veces superior al del oro.
Tras la muerte de Federico I, le sucedió en el trono su hijo Federico Guillermo I, el cual tenía un gran interés en fortalecer sus buenas relaciones con Pedro I el Grande de Rusia y le ofreció el salón como regalo. Su contenido fue embalado en grandes cajas de madera y enviado al palacio de invierno de San Petersburgo.
Allá por el año 1755, la Zarina Isabel I la vuelve a trasladar, esta vez al palacio de Catalina en Tsárskoye Seló, la "Villa de los Zares", donde es ampliada hasta su máxima dimensión. Es en esta época cuando es conocida como "la octava maravilla del mundo", causando admiración en toda Europa.
En el año 1941 y con motivo de la invasión de la Unión Soviética por las tropas de Hitler, la sala es desmontada por los soldados alemanes en una de sus habituales operaciones de saqueo. Los funcionarios del palacio han intentado ocultarla forrando sus paredes con papel pintado, pero no consiguen engañar a los nazis, que la trasladan una vez más, esta vez al castillo de Königsberg, en Prusia Oriental. Cuando el curso de la guerra empieza a ser desfavorable a Alemania, se decide volver a trasladar la cámara a un lugar seguro. En 1944, las fuerzas británicas bombardean la ciudad de Königsberg y se produce un incendio que arrasa casi toda la población. Es en este punto en el que se pierde la pista de los casi 6.000 kg. de ámbar desmontados por los nazis. Al finalizar la guerra, la Cámara de Ámbar ha desaparecido sin dejar rastro. Empieza la leyenda.
Existen varias teorías sobre cual fue su destino. Algunos creen que desapareció durante el incendio de Königsberg, el ámbar es un material altamente inflamable. Otros apuntan a la evacuación de la sala en un barco alemán junto con otras obras de arte, que posteriormente fue torpedeado y hundido en el mar Báltico.
No obstante la teoría mas plausible, es aquella que apunta a que podría encontrarse en algún lugar de alguna de las vastas redes de túneles que hay en una zona de Sajonia próxima a la frontera con la República Checa. La pista que condujo hasta allí, fue el hallazgo por parte de la policía de un panel de la sala en una casa de la cercana ciudad de Deutschneudorf en 1997.
A día de hoy el paradero de la Cámara de Ámbar sigue siendo un enigma.
Pepe
Follow @@InshalaBlog