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El misterio de la décima musa

Publicado el 04 mayo 2022 por Snow30759
El misterio de la  décima musa
Los antiguos griegos no eran especialmente conocidos por su amor hacia la igualdad de género. Las mujeres rara vez eran consideradas como iguales o tratadas como tal. Mucho menos en el mundo artístico, donde los hombres reinaban y las figuras femeninas eran atribuidas a seres mitológicos Pero existió una mujer, cuyo talento fue tan grande, que ni siquiera los misóginos griegos pudieron ignorarlo. Se llamaba, Safo de Mitilene. 

  Platón la consideró a la par de las musas, y fue incluida en el olimpo de los poetas Hoy en día es considerada la mejor poetisa de Grecia antigua. Platón era ateniense, y su ciudad poseía una de las opiniones más pobres sobre el género femenino, así que al declararla como la "décima musa", demostraba el gran aprecio y admiración que sentía por obra. 

Muy poco se sabe con claridad de su vida. Resulta difícil discernir entre lo que fue realidad o lo que son meras interpretaciones de los propios comentaristas griegos. Entre las pocas certezas, encontramos que nació alrededor del año 630 a.C en Mitelene, la capital de Lesbos. Procedía de una familia aristocrática. Su formación en la literatura y la música fue un privilegio poco común, pues las mujeres de aquella época no recibían nunca tales instrucciones. 

 Tras algunos años de exilio en Siracusa, debido a rivalidades políticas de su familia, Safo regresó a Lesbos y se entregó por completo a la poesía lírica. Liderando una comunidad que ofrecía una educación artística y religiosa bajo el amparo de la diosa Afrodita. La poetisa permaneció al frente de esta comunidad durante 10 años, desde su regreso a Lesbos, hasta su trágico suicido. 

 Cuenta la leyenda que su muerte prematura se debió a un amor no correspondido, pero poco podemos saber si sería esta la causa. De la interpretación de la obra de Safo nace la creencia de que mantenía relaciones amorosas y sexuales con sus discípulas.  Tanto así que, dio origen al término "lésbico"- originalmente gentilicio- como sinónimo de atracción entre mujeres. 

 La obra de la poetisa esta repleta de manifestaciones amorosas y eróticas hacia otras mujeres, sin embargo es imposible saber si se consumaban en realidad. La sexualidad de Safo es desconocida, se teoriza que pudo ser bisexual, pues según varios de sus comentaristas también tuvo amantes masculinos, e incluso estuvo casada y dio a luz a una niña. Lo que se conoce con certeza es que las relaciones homosexuales tenían un rol social entre los hombres de algunas ciudades griegas. No era raro que un hombre adulto, el erastés iniciara e instruyera en el sexo a un amante adolescente. el erómenos. Por lo tanto no sería extraño que una mujer que era considerada socialmente igual que los hombres, mantuviera también esta estructura con sus discípulas. 

Platón la consideró la mejor poetisa griega y la nombró "décima musa", pero fuera de su patria, Safo no fue muy popular. Escribía en dialecto eolio, pero el dialecto clásico empleado en la literatura griega era el ático, lo que hacía muy complicado el entendimiento de su obra. 

A pesar de la gran importancia que tuvo para los griegos, la obra de Safo, se conservan muy pocos de sus escritos. La mayoría  ha llegado a nuestros días por referencias de terceros, que vivieron un siglo después de ella. 

Parte de la perdida se debe a los numerosos incendios que sufrió la Biblioteca de Alejandría, donde se

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conservaban muchos de sus manuscritos. La otra parte es responsabilidad de la Iglesia, que persiguió activamente su obra, por considerarla inmoral. 

En el siglo IV un arzobispo colérico, llamado Gregorio Naciaceno, hizo quemar todas las obras de Safo que pudo encontrar. Más tarde en el siglo XI el Papa Gregorio VII ordenó destruir todas las copias que se encontrasen de sus poemas. 

 El tema principal de los escritos de Safo, era el amor. Los poemas explícitamente eróticos, eran minoría  y en sus versos la poetisa abarcaba un gran abanico de sentimientos, como la nostalgia, los celos o la añoranza .  Su trabajo fue condenado por tratar el amor homosexual. En aquel contexto la iglesia consideraba el deseo femenino pecaminoso por naturaleza, mucho más si era hacia otras mujeres, por lo que se emprendió esta absurda persecución a sus letras. El odio y la incomprensión diezmaron la obra de Safo, y nunca podremos conocer muchos de los pensamientos y sentimientos de la mujer que fue considerada la mejor poetisa de la Grecia Antigua. 

  


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