Revista Cultura y Ocio
"El diario Argus, en su número correspondiente al sábado 28 de junio de 18.., daba cuenta del siguiente suceso:
Se dice que la verdad puede en ocasiones superar a la ficción y, ciertamente, el extraordinario asesinato que tuvo lugar en Melbourne la noche del jueves pasado, o más bien la madrugada del viernes, confirma en gran medida la veracidad del dicho. Un asesino sin identificar cometió un crimen muy cerca de las principales calles de esta gran ciudad; crimen que, sin duda, está rodeado de un impenetrable misterio."
Esta novela, cuya introducción es en sí misma toda una historia, se publica el año en que apareciera la primera novela de Holmes, con la diferencia de que ésta fue el libro más vendido frente a la después famosa. Eso hizo que me llamara la atención: la anécdota, el tal vez injustificado desconocimiento del título por mi parte o acaso el olvido al que fue relegada, cambiando el lugar con Holmes. Por estos ingredientes me acerqué sin dudarlo. Y por ello es también que hoy traigo a mi estantería virtual, El misterio del carruaje.
Un hombre aparece muerto en un carruaje de alquiler, asesinado, y el cochero da una descripción parcial del acompañante que tuvo durante una parte de su trayecto. El difunto resulta ser un pretendiente de la joven heredera Frettbly, lo que unido a una imprecisa descripción dirige las investigaciones de la familia hacia su rivalidad con otro pretendiente mejor situado. A partir de aquí, las pesquisas de Gorby y Kilisp junto a un abogado, serán las que desentrañen el misterio que tanto a trastornado a la mentada familia.
Lo primero que demuestra una primera lectura de este título es que los gustos de los lectores no han cambiado tanto pese a los años transcurridos. Una novela de misterio, repleta de personajes, secretos y con un toque de melodrama, fue un éxito hace años y lo sigue siendo hoy en día (sobran los ejemplos que seguro que se nos ocurren en este momento a casi todos). Es fácil dejarse caer en la historia y recorrer las calles de este relato que van desde la sociedad bien situada, hasta los fondos más bajos, mostrando el contraste existente entre estos dos mundos y también las posibles zonas de unión que tenían. No tenemos más que fijarnos en como se cuida el autor en marcar el lenguaje empobrecido de las caseras de los jóvenes solteros residentes en la ciudad, para darnos cuenta de las enormes diferencias sociales existentes en la época. Eso hace que la historia gane en fuerza, que el lector vaya asumiendo los roles sociales pese al tiempo que ha transcurrido desde la publicación y que sea capaz de identificar en todo momento a quién habla y el lugar que ocupa, y este último punto era muy importante en aquella época.
La historia es dinámica, el lector siempre se encuentra siendo testigo de una conversación, una pesquisa, una promesa, consiguiendo de este modo que sea fácil seguir un ritmo marcado por capítulos cortos que provocan ese sentimiento de "un capítulo más" tan apreciado por muchos en este tipo de novelas. Además, Hume adereza la historia con una carga melodramática marcada por los secretos, mezclando así ingredientes que resultan más que efectivos a la hora de despertar nuestro interés. A todo lo dicho, hay que sumarle una buena ambientación, una pequeña dosis de crítica y salpicarlo con un tenue sentido del humor y ya tendremos los ingredientes para construir una de esas novelas que se leen solas y que a la fuerza han de ser tan difíciles de escribir como fáciles de leer. Llama la atención por tanto, que luego fueran las novelas de Doyle las que cruzaran las fronteras temporales para que su fama siguiera vigente hasta hoy en día, y es que, tal vez, lo único que le falte a esta historia para conseguirlo, es haber tenido uno de esos detectives marcados con fuerza página tras página. Hume, en cambio, opta por ser más homogéneo en ese sentido y serán los secretos y el misterio que da título al libro, los grandes protagonistas de su historia.
Una preciosa edición y una novela francamente entretenida que demuestra que los gustos lectores no han cambiado tanto. Nos siguen gustando los buenos misterios.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias