Crees haber estado ya en esa calle.
Crees haber oído ya esa historia.
Crees haber vivido ya ese mismo momento con anterioridad.
El déjà vu es un fenómeno conocido y común. Al menos dos tercios de la población lo experimentan alguna vez en su vida. Sin embargo, poco se sabe de las causas que desencadenan la sensación fugaz de estar reviviendo algo que nunca sucedió.
Habitualmente se ha creído que el déjà vu consiste en falsas memorias creadas por el cerebro, pero ahora el primer estudio con escáneres de imagen por resonancia magnética parece descartar esa hipótesis. Las conclusiones que deja la nueva investigación sugieren que nuestro cerebro está, en realidad, revisando su banco de memoria, de una forma parecida a cuando tú revisas la carpeta en la que guardas tus fotos en busca de una imagen concreta.
Un equipo de la Universidad de St Andrews (Escocia) encabezado por el psicólogo Akira O’Connor ha estudiado el fenómeno en el laboratorio. Los investigadores usaron un método estándar para originar ‘falsas memorias’. Ese proceso consiste en leer a una persona una lista de palabras relacionadas —como cama, almohada, noche, sueño, etc.—, pero sin mencionar la palabra que las conecta a todas, en este caso, dormir. Curiosamente, cuando más tarde se le pregunta a esa persona por las palabras que ha escuchado, tiende a creer que también ha oído “dormir”.
Cama, almohada, noche, sueño… ¿dormir?
Así se implanta una falsa memoria, pero no es lo mismo que la sensación de dèjá vu. Por eso, para desencardenar esa sensación, los investigadores diseñaron un experimento con un paso añadido. En primer lugar, les leyeron a los voluntarios la lista de palabras relacionadas omitiendo “dormir”. Luego les preguntaron si habían escuchado alguna palabra que comenzara por “D”. Los participantes contestaron que no. Después, les preguntaron si habían oído la palabra “dormir”. Esa simple pregunta trajo confusión a sus cabezas.
E n línea con los resultados del experimento original, sentían que habían oído la palabra dormir. Pero a la vez sabían por su respuesta a la pregunta anterior —la que les inquiría sobre si habían oído alguna palabra que comenzara por “D”— que no podían haberla oído. Y aún así sentían que sí, su cerebro les decía que sí “recordaba” haberla oído. Los participantes “informaron que habían tenido esta extraña experiencia de déjà vu”, señala O’Connor.
Los voluntarios se encontraban en el interior de una máquina de imágenes por resonancia magnética mientras se realizaba el experimento, de manera que los investigadores pudieran observar su cerebro. Esperaban que regiones cerebrales involucradas con la memoria, como el hipocampo, se activaran. Sin embargo se encendieron las áreas frontales.
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O’Connor y su equipo sostienen que lo que se produce en el cerebro durante el déjà vu es en realidad un proceso de toma de decisiones o de resolución de conflictos. El cerebro estaría haciendo “fact-checking”, revisando su base de recuerdos igual que verificamos datos, y enviando señales cuando encuentra algún tipo de error, algún conflicto entre lo que ha experimentado de forma efectiva y lo que creemos que hemos experimentado.
Que se activen las áreas frontales del cerebro podría sugerir que el dèjá vu es una señal que sirve para detectar errores de memoria
En este sentido, indican los investigadores, el déjà vu sería un indicio de que el sistema de control del cerebro está funcionando bien. Esto podría explicar además por qué el déjà vu lo experimentan sobre todo personas jóvenes y no se suele dar en edades más tardías, momento en el que la memoria comienza a deteriorarse.
De momento, las conclusiones del estudio son una mera interpretación, una hipótesis que necesita ser refrendada. Aún así, aporta una nueva perspectiva a un fenómeno que sigue envuelto en misterio: el déjà vu como una especie de verificación de hechos de nuestra propia biografía.
[Vía NewScientist]