El misterioso virus chino ii.

En la primera parte de esta nota del 14 de febrero, apuntaba que entre las posibles causas del virus podrían encontrarse los laboratorios que investigan el desarrollo de virus y bacterias como armas de guerra de los que disponen todas las grandes potencias, pero he oído algo que todavía lo hace más vomitivo.

Cuando estoy sentado en el ordenador escucho Classic FM una emisora que emite desde Londres solo música clásica, normalmente sinfónica, y cada hora o media hora, dependiendo del momento del día, dan unos 5 minutos de noticias que en ocasiones sustituyen por entrevistas.

Ayer viernes 6 estaba escuchando una entrevista a un periodista, del que no conozco el nombre porque no prestaba atención cuando se inició la entrevista, con el que discutían precisamente lo extraño que resulta que hayan aparecido tantos virus en un país desarrollado en el que además no cae una hoja que no sea con autorización del gobierno y bajo su control, cuando el entrevistado dijo algo que me hizo saltar en la silla hasta casi un palmo de altura.

Según el entrevistado los laboratorios de la guerra bacteriológica dedican una parte importante de sus esfuerzos a asegurar la rápida transmisión del virus por contagio. Un virus “de guerra” que no se propague con total facilidad y rápidamente es inútil, y sin darlo en absoluto por cierto y dejando bien claro que probablemente no ocurrió así, el periodista se refirió a la posibilidad de que se hubiese aplicado un elemento de rápida propagación a un virus benigno para practicar un test real de algo de lo que es imposible efectuar pruebas fiables. Me quedé un buen rato con cara de susto.

Lo que no acabo de entender es que ni un solo político o periodista haya pedido al gobierno chino alguna explicación que justifique los tres virus aparecidos en China en solo 20 años, incluso hay quien ha felicitado a la China por lo bien que trataron el asunto cuando tardaron quince días en hacer pública la aparición del virus.