Revista Opinión

El mito de la unidad de las izquierdas. (5) Conclusiones

Publicado el 11 febrero 2016 por Manuhermon @manuhermon
2.- Las conclusiones Ojalá nunca tengas que vivir tiempos de cambio. Son pocos los que han conseguido permanecer fieles a lo que fueron. Svetlana Aleksiévich.
Un velo cubrió la historia de las luchas fratricidas entre las izquierdas, a pesar de existir amplia documentación sobre las luchas internas, su difusión y expansión entre la ciudadanía fue limitada por el mundillo izquierdista, por desinterés o con la justificación de la utilización derechista que se hacía de la difusión de la represión izquierdista. De hecho hoy se sigue negando por mucha gente la realidad de las purgas, campos de exterminio, gulags y represión rusa o china… y ello a pesar de que tras el derrumbe del comunismo muchos archivos que permanecían secretos se han abierto documentando la información conocida y ampliando considerablemente cifras de aquellas brutalidades. La consecuencia es que una y otra vez entre las bases sociales progresistas sigue aflorando el mito de la unidad de las izquierdas, y lo que es peor la utilización del carácter emocional, populista, por parte interesada hace perder posibilidades concretas de compromisos asociados a la fuerza de la racionalidad. Escuchar a un individuo hablar de la unidad de la izquierda no me causa desasosiego, entiendo que se trata de una ilusión, una emoción, tal como desear el fin de la explotación y las desigualdades, o desear el paraíso de los creyentes. Pero cuando oigo, o leo, a un líder de un partido de izquierdas jugar con la emoción de que tal o cual proyecto político supone la unidad de las izquierdas me pongo en guardia, porque suelen pretender que tome partido, o ellos o nosotros,  aunque las opciones pueden ser varias: los dos son peores, los dos son mejores, una parte de uno y otra de otro, al revés, distintas proporciones de unos u otros… máxime si dichos líderes son politólogos, sociólogos o profesionales del estudio, que conocen la historia de las luchas izquierdistas. Entonces mis recuerdos me previenen contra la utilización populista de un deseo que podría ser individualmente digno, pero partidistamente pretende jugar con las emociones para movilizar a los ciudadanos a favor de un proyecto concreto en el que la unidad es secundaria ante la conquista del poder. Ante las dificultades resucitan los mitos, las crisis aumentan la adhesión a las iglesias y creencias esotéricas, ¿podría suceder algo parecido con el resurgir del mito de la unidad de las izquierdas? Los hechos citados en la primera parte son un resumen simplificado de los enfrentamientos cainitas entre camaradas militantes que lucharon por un mundo sin explotación y por la libertad. Lo que se pretende destacar aquí, son los enfrentamientos dentro del mismo bando teórico, incluso entre compañeros que durante un tiempo pelean juntos, el aspecto sobre el que se quiere poner el foco es la violencia interna ejercida contra los cercanos, la protagonizada por izquierdistas entre sí, dejando apartadas las luchas entre revolucionarios y contras, entre rojos y blancos… que pudieran tener otra interpretación. El número de organizaciones citado es un resumen muy simplificado de los grupos protagonistas en cada momento, pero se puede generalizar que en todo lugar y época y en toda corriente ideológica o política, tras un cierto nivel de unidad logrado al poco tiempo se produce una segregación, no mucho después se produce otra fracción de la escisión anterior hacia una parte menor que pretende comenzar nueva andadura y crecer bajo postulados de unidad, siempre utilizando denominaciones tales como: unidad de las izquierdas, unidad de la clase obrera, unidad de los revolucionarios, unidad de…
La importancia de las luchas fratricidas izquierdistas está, en primer lugar, en reconocer que han existido, en toda época y espacio, en períodos de luchas defensivas y ofensivas, en momentos en los que la reacción los perseguía y derrotaba y en momentos gloriosos de victorias revolucionarias. Las luchas dentro de las izquierdas han sido una constante del movimiento obrero. Es necesario admitirlo, sin lo cual será complicado entender a los seres humanos en sociedad luchando por sus intereses con mayor violencia en los momentos críticos en los que perciben que su vida se desmorona y/o se abren puertas a las utopías. Aceptar los hechos, las constantes escisiones y enfrentamientos violentos dentro de las izquierdas, es un primer paso que todavía muchos no asumen tachándolos de falsas manipulaciones. Otra cuestión serán las causas concretas que los provocaron, en parte están argumentadas en innumerables estudios por cada corriente intelectual o ideológica. Continuará...

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