2.-
Las conclusiones
Ojalá nunca tengas que vivir tiempos
de cambio. Son pocos los que han conseguido permanecer fieles a lo que fueron.
Svetlana Aleksiévich.
Un velo cubrió la historia de las
luchas fratricidas entre las izquierdas, a pesar de existir amplia
documentación sobre las luchas internas, su difusión y expansión entre la
ciudadanía fue limitada por el mundillo izquierdista, por desinterés o con la
justificación de la utilización derechista que se hacía de la difusión de la
represión izquierdista. De hecho hoy se sigue negando por mucha gente la
realidad de las purgas, campos de exterminio, gulags y represión rusa o china…
y ello a pesar de que tras el derrumbe del comunismo muchos archivos que
permanecían secretos se han abierto documentando la información conocida y
ampliando considerablemente cifras de aquellas brutalidades. La consecuencia es
que una y otra vez entre las bases sociales progresistas sigue aflorando el
mito de la unidad de las izquierdas, y lo que es peor la utilización del
carácter emocional, populista, por parte interesada hace perder posibilidades
concretas de compromisos asociados a la fuerza de la racionalidad.
Escuchar a un individuo hablar de la
unidad de la izquierda no me causa desasosiego, entiendo que se trata de una
ilusión, una emoción, tal como desear el fin de la explotación y las
desigualdades, o desear el paraíso de los creyentes. Pero cuando oigo, o leo, a
un líder de un partido de izquierdas jugar con la emoción de que tal o cual
proyecto político supone la unidad de las izquierdas me pongo en guardia,
porque suelen pretender que tome partido, o
ellos o nosotros, aunque las
opciones pueden ser varias: los dos son peores, los dos son mejores, una parte
de uno y otra de otro, al revés, distintas proporciones de unos u otros… máxime
si dichos líderes son politólogos, sociólogos o profesionales del estudio, que
conocen la historia de las luchas izquierdistas. Entonces mis recuerdos me
previenen contra la utilización populista de un deseo que podría ser
individualmente digno, pero partidistamente pretende jugar con las emociones
para movilizar a los ciudadanos a favor de un proyecto concreto en el que la
unidad es secundaria ante la conquista del poder.
Ante las dificultades resucitan los
mitos, las crisis aumentan la adhesión a las iglesias y creencias esotéricas,
¿podría suceder algo parecido con el resurgir del mito de la unidad de las
izquierdas? Los hechos citados en la primera parte son un resumen simplificado
de los enfrentamientos cainitas entre camaradas militantes que lucharon por un
mundo sin explotación y por la libertad. Lo que se pretende destacar aquí, son
los enfrentamientos dentro del mismo bando teórico, incluso entre compañeros
que durante un tiempo pelean juntos, el aspecto sobre el que se quiere poner el
foco es la violencia interna ejercida contra los cercanos, la protagonizada por
izquierdistas entre sí, dejando apartadas las luchas entre revolucionarios y
contras, entre rojos y blancos… que pudieran tener otra interpretación.
El número de organizaciones citado
es un resumen muy simplificado de los grupos protagonistas en cada momento,
pero se puede generalizar que en todo lugar y época y en toda corriente
ideológica o política, tras un cierto nivel de unidad logrado al poco tiempo se
produce una segregación, no mucho después se produce otra fracción de la
escisión anterior hacia una parte menor que pretende comenzar nueva andadura y
crecer bajo postulados de unidad, siempre utilizando denominaciones tales como:
unidad de las izquierdas, unidad de la clase obrera, unidad de los
revolucionarios, unidad de…
La importancia de las luchas
fratricidas izquierdistas está, en primer lugar, en reconocer que han existido,
en toda época y espacio, en períodos de luchas defensivas y ofensivas, en
momentos en los que la reacción los perseguía y derrotaba y en momentos
gloriosos de victorias revolucionarias. Las luchas dentro de las izquierdas han
sido una constante del movimiento obrero. Es necesario admitirlo, sin lo cual
será complicado entender a los seres humanos en sociedad luchando por sus
intereses con mayor violencia en los momentos críticos en los que perciben que su
vida se desmorona y/o se abren puertas a las utopías. Aceptar los hechos, las
constantes escisiones y enfrentamientos violentos dentro de las izquierdas, es
un primer paso que todavía muchos no asumen tachándolos de falsas
manipulaciones. Otra cuestión serán las causas concretas que los provocaron, en
parte están argumentadas en innumerables estudios por cada corriente
intelectual o ideológica.
Continuará...