Enseñar ¿no?
Eso es lo que se supone esperamos de una Universidad.
Formar, con un alto nivel, en algún conjunto de materias que permitan ejercer una profesión compleja.
Y quizá, como misión sea así, pero como modelo de negocio... a lo mejor algo está cambiando...
La tecnología digital también está volviendo del revés el mundo de la educación, y no sólo desde el punto de vista de la existencia de nuevas herramientas y de nuevas formas de acceder a los materiales, que, por supuesto, también, sino haciendo que las instituciones educativas, especialmente las privadas, se replanteen su modelo de negocio, cuál es su verdadera proposición de valor y cuál su forma de obtener ingresos.
Ya he visto en varias fuentes la afirmación de que en las instituciones educativas, especialmente en las universidades, se va a producir una gran concentración. Que ahora que vivimos en un mundo globalizado, ahora que podemos acceder a muchos contenidos en Internet, ahora que podemos mantener Webinars o acceder a MOOCs, las instituciones más locales tenderán a desaparecer, y los valores que permitirán sobrevivir serán el prestigio y la escala.
Pero, yendo un paso más allá, y hablando de MOOCs, es decir, de la existencia de cursos gratuitos online, desarrollados y avalados, además, por las universidades de más prestigio mundial, Martin Ford, en su libro 'The rise of the robots' afirma:
The very fact that universities like Harvard and Stanford are willing to give that education away for free is evidence that these institutions are primarily in the business of conveying credentials rather than knowledge.
Es decir, que dado que los materiales educativos y, además, unos materiales educativos de gran calidad, se encuentran accesibles de forma gratuita en la red; dado que, por tanto, los alumnos tienen amplia facilidades para la autoformación, para la adquisición del conocimiento, lo que aportan las Universidades es, realmente, avalar con su prestigio y por medio de los correspondientes títulos y certificaciones, la capacitación real del alumno. Es decir, su foco estratégico estará, por un lado, en su método de certificación y, por otro, en su prestigio, lo que en el mundo más comercial vendría a ser su marca.
Turbulentos e interesantes tiempos éstos que vivimos en que hasta las más venerables y antiguas instituciones como las Universidades se ven desafiadas en los cimientos de su actividad y de su razón de ser...