La infancia y adolescencia rizomática.
Nuestro compañero Antonio Garrido me sugiere que al hablar de la infancia en red en la Sociedad del Conocimiento, y al analizar los efectos de la gobernanza, le seduce el modelo rizomático (Deleuze y Guattari) para dar cuenta de la nueva realidad comunicativa y de construcción del conocimiento por parte de la infancia (lógica colectiva, transversal, múltiple, que fluye, descentrada, en forma de nodos y red de redes...). "El rizoma no es una raíz, sino un tallo subterráneo. Se extiende bajo la tierra adquiriendo formas imprevisibles, estalla sobre la superficie regalando una planta, y otra, y otra. Varios metros separan, a veces, una mata de sus múltiples vecinas, conectadas todas a un mismo rizoma. Bajo la superficie, el rizoma de pronto forma bulbos, de pronto, tubérculos. También se proyecta hacia arriba, hacia abajo. Si es cortado en alguno de sus tramos, se lanza nuevamente a la aventura de crecer. Tiene formas diversas, desde su extensión superficial ramifica en todos los sentidos hasta sus concreciones exteriores e interiores... Es múltiple. Lo múltiple hay que hacerlo. Y se hace quitando siempre uno, no agregando. El rizoma le sustrae lo único (la unidad) a la realidad. La botánica parece ser rizomorfa, o lo es cuando forma bulbos, tubérculos, tallos subterráneos con pluralidad de salidas y entradas terrestres. La zoología también forma rizomas: manadas de ovejas arremolinándose, pájaros migratorios desplazándose, ratas huyendo y atropellándose, roedores subterráneos construyendo madrigueras. También hay ciudades rizomáticas, como Ámsterdam o Venecia. Las favelas y las villas miserias forman asimismo rizoma. La investigación rizoma, como el pensamiento rizomático, pretenden ofrecer mapas conceptuales y deseantes de porciones de lo real.".
Su insinuación me ha motivado para indagar sobre los autores (Guilles Deleuze y Félix Guattari) y sus aportaciones, y he leído su obra denominada Rizoma, y la verdad que es sumamente interesante y ajustada a la realidad que queremos significar de una red de niños y adolescentes, en la que cada uno de ello se comportan como sujetos únicos pero a la vez múltiples. Para aclararnos, incorporamos los caracteres generales que destacan los autores sobre el modelo rizomático:
a) Principio de conexión y de heterogeneidad: cualquier punto del rizoma puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo. b) Principio de multiplicidad. Una multiplicidad no tiene ni sujeto ni objeto, sino únicamente determinaciones, tamaños, dimensiones que no pueden aumentar sin que ella cambie de naturaleza.c) Principio de ruptura asignificante. Un rizoma puede ser roto, interrumpido en cualquier parte, pero siempre recomienza según ésta o aquella de sus líneas, y según otras. Es imposible acabar con las hormigas, puesto que forman un rizoma animal que aunque se destruya en su mayor parte, no cesa de reconstruirse. Todo rizoma comprende líneas de segmentaridad según las cuales está estratificado, territorializado, organizado, significado, atribuido, etc.d) Principio de cartografía y calcomanía. Un rizoma no responde a ningún modelo estructural o generativo. Es ajeno a todo eje genético, como también a estructura profunda.
Resumen del modelo rizomático: a diferencia de los árboles o de sus raíces, el rizoma conecta cualquier punto con otro punto cualquiera, cada uno de sus rasgos no remite necesariamente a rasgos de la misma naturaleza; el rizoma pone en juego regímenes de signos muy distintos e incluso estados de no-signos. El rizoma no se deja reducir ni a lo Uno ni a lo Múltiple. ... No tiene ni principio ni fin, siempre tiene un medio por el que crece y desborda....”El rizoma es una antigenealogía, una memoria corta o antimemoria. El rizoma procede por variación, expansión, conquista, captura, inyección. Contrariamente al grafismo, al dibujo o a la fotografía, contrariamente a los calcos, el rizoma está relacionado con un mapa que debe ser producido, construido, siempre desmontable, conectable, alterable, modificable, con múltiples entradas y salidas, con sus líneas de fuga.”
Rizoma por Guilles Deleuze y Félix Guattari