El molesto Hipo

El molesto hipo

El hipo lo podemos padecer todos, desde que somos unos bebés hasta que somos ya adultos de la tercera edad. Es inofensivo pero la mayoría de las veces muy molesto y no lo podemos controlarlo. Hasta el día de hoy no se sabe qué lo provoca y no se sabe a ciencia cierta que lo detiene.

Si buscamos la definición médica del hipo, encontraremos que es una contracción espasmódica, involuntaria y repetitiva del diafragma y los músculos intercostales que provoca una inspiración súbita de aire. Es más el hipo ya tiene un nombre específico científico, es “Singultus”, la mayoría de las personas ignoramos de ésta definición y nombre científico para el tan común hipo.
Pero a pesar de todas esas palabras médicas, el hipo es algo que nos produce vergüenza e incomodidad socialmente hablando. Dado que no existe un remedio como tal para acabar con el hipo, hemos tenido que recurrir a los tantos remedios “caseros” que conocemos. Existen una infinidad de consejos para contrarrestar el insistente hipo, podríamos mencionar algunos como aguantando la respiración lo más que se pueda, que alguien le provoque un susto, introducir la cabeza en agua durante varios minutos, pararse de cabeza, en los bebés se dice que ponerles un hilo de color rojo sobre la frente pegado con saliva funciona, tomarse un vaso de agua al estar de cabeza, en fin. Podríamos seguir mencionando muchas más, pero científicamente no se ha encontrado ninguno que siempre funcione.
Así que nos vemos obligados, a que cada vez que tengamos hipo, nos pongamos a probar todos los remedios caseros que conozcamos con la esperanza de que alguno o varios de ellos nos ayuden a aliviarnos del hipo.