Revista Ciencia

El momento del compromiso

Publicado el 19 diciembre 2013 por Ajmasia @ajmasia

HandschlagMe siento estresado! Se trata de una expresión muy habitual hoy en día y viéndolo desde un punto de vista positivo, el simple hecho de reconocerlo ya es un gran paso dado que hay multitud de personas que lo están y sin embargo no son capaces de reconocerlo. Gran parte de dicho estrés procede de los incumplimientos de los compromisos que nosotros solitos adquirimos de forma multidireccional, hecho que nos lleva a pensar en la necesidad de tener que hacer algo al respecto.

Una vez desarrollado el primer hábito productivo que sencillamente consiste es capturar todo aquello que llama tu atención de forma sistemática durante cualquier momento del día, llega el momento de aclarar el significado de todos y cada uno de esos elementos capturados, y lo más importante, dotarlos de compromiso. De alguna manera el ser humano siempre actúa desde la intención hecho que no implica que las cosas salgan siempre bien, ahora, cuando se dota a la intención de conciencia y enfoque, los compromisos que se adquieren son más conscientes y se aumenta la garantía de éxito.

Aclarar que significa cada cosa, pasa en primer lugar por identificar que es lo que realmente tienes delante de ti. Podría ser un mail, una carta publicitaria, una llamada perdida, una idea para un proyecto o bien un pensamiento a cerca de una habilidad que te gustaría desarrollar. Ante esta situación deberías hacerte las siguientes preguntas:

¿Cuál es el resultado que deseo? ¿Qué es lo que me comprometo a hacer con esto en este momento?

Llego el monto del compromiso. Ante la creencia de que ser productivo es hacer muchas cosas, hecho que no es cierto, te inclinarás directamente por el compromiso, hecho que a través del exceso de voluntad te llevara a sobrecargar tu sistema hasta el punto de que llegue a no serte útil dado que complicarás todo el proceso de toma de decisiones a la hora de ejecutar ya que existirán innumerables opciones en cada momento. Por otro lado si actúas desde la responsabilidad, la conciencia y desde el enfoque, serás capaz de determinar cual es tu grado de compromiso idóneo en cada momento.

En los talleres, los alumnos suelen comentar que esto en ocasiones no resulta tan sencillo dado que suelen existir variables externas a nosotros que condicionan la decisión. Yo suelo preguntarles, ¿hay algo que impida renegociar esas variables? Si tienes 8 reuniones esta semana, dos presentaciones, reunión de la APA del colegio de tu hija, llevar el coche a la ITV e ir al supermercado, ¿que sería mejor que ir engordando tu lista de compromisos sabiendo que nos los vas a cumplir? Saber donde te encuentras en cada momento resulta imprescindible para decidir a que ritmo has de avanzar. La revisión semanal es crucial en este sentido.

Las siguientes preguntas que deberías hacerte serían:

¿Cual es la siguiente acción que he de llevar a cabo? ¿Qué es lo siguiente que necesito para avanzar hacia el resultado que persigo?

En el caso que decidas no comprometerte en este momento, la respuesta será que no requiere ningún tipo de acción por tu parte, por lo que procederás a incubar la decisión, es decir, posponerla a otro momento futuro dado que de alguna manera algo ha resultado de tu interés. Si dejas que la creatividad se escurra, estarás desperdiciando todo tu potencial. También podría resultar que pudiese servirte como material de consulta para un futuro por lo que procederás a su archivo, o bien que hayas identificado que se trata de algo inservible por lo que deberá acabar en tu papelera.

En el caso que decidas comprometerte y que por tanto requiera de algún tipo de acción por tu parte, procederás, bien a llevarlo a cabo en el caso que te lleve menos de dos minutos, a delegarlo o posponerlo.

Si quieres mantener tu productividad a un buen nivel y tu sensación de estrés a raya, debes dejar al margen de tu proceso de compromiso, tus deseo y tus creencias y centrarte en la realidad y en lo que es mejor para seguir en movimiento en cada momento, de lo contrario, acabarás saturándote y consiguiendo la sensación contraria a la que persigues, la sensación de eficacia, bienestar y libertad. Cuando consigues que esto sea una realidad en tu día a día, comienzas a sentirte bien con aquello que dejas por hacer. Ponte manos a la obra y comienza el entrenamiento de tu compromiso.

Esta entrada El momento del compromiso has sido publicada por Antonio José Masiá


Volver a la Portada de Logo Paperblog