El monstruo de la depresión

La depresión es una enfermedad que sólo puede comprender quien la ha sufrido. Es devastadora, se introduce en tu mente, sin darte cuenta, y te arrebata cualquier sentimiento de alegría o recuerdos felices que tengas o hayas tenido. Se presenta con motivo o sin él arrastrándote a un agujero negro en el que sólo hay oscuridad, indiferencia y tristeza.

Suele atacar a todo tipo de personas y en cualquier circunstancia. Cuando la víctima siempre ha sido una persona positiva y alegre, no entiende el porqué de esa obscura sensación que la oprime, la agobia y se siente vacía sin ver ni una pequeña luz a su alrededor. Se niega a aceptarlo, observa a su alrededor y su mundo ha cambiado, todo lo que le hacía disfrutar y ser feliz se ha transformado en una oscura caverna. No se aísla, aunque lo desea con todas sus fuerzas, para no preocupar a sus seres queridos, habla con ellos y actúa como si todo siguiera igual; pero sus ojos y la expresión de su cara la delatan.

En este momento piensa que es hora de vencer al monstruo que está destruyendo todo lo que ama. Empieza a expresar su estado, no se oculta para llorar, sabe que tiene el apoyo de todos y escucha los consejos que le dan.

No es fácil, primero lo intenta sola confiando en su voluntad y carácter intentando centrarse en su vida. No es suficiente, necesita la ayuda de un especialista que la saque del pozo, pero sabe que aunque sea injusto, acudir al psiquiatra significa todavía «estar loco».
Olvidándose de los absurdos prejuicios, se entrevista con él y durante la conversación percibe que conoce todo el proceso sin dudas ni falsedades. Le receta leer un libro y unas pastillas hasta la próxima entrevista.

Sale aliviada y, poco a poco, empieza a ver la luminosidad. El monstruo de la depresión cada vez está más débil. Toda la agonía se transforma en fortaleza para derrotarlo. Ni puede, ni quiere ser su presa.

La alegría, la luz, las ganas de vivir disfrutando de su encantadora vida, regresan con una fuerza que jamás había imaginado poseer. No está dispuesta a desfallecer porque tiene demasiado que ofrecer.
Ha vencido al monstruo de la depresión y no está dispuesta a que vuelva a atacar a personas indefensas como ella.

Cada persona es única y sabe que otras han podido con él sin acudir a especialistas. La forma de derrotarlo varía, pero lo más importante es su desaparición y los resultados. La luz absorbe la oscuridad, la alegría eclipsa la tristeza, la fuerza supera la debilidad, las ganas de vivir triunfan sobre el hastío, lo positivo anula lo negativo… tantas emociones adversas, han dejado de serlo.

Sabe que a lo largo de su vida, habrá momentos difíciles; sin embargo, se siente capaz de superar cualquier obstáculo, siempre está al acecho para evitar que vuelva a aparecer y esta segura de que ahora no la sorprenderá y, si lo intenta, tiene las armas suficientes para eliminarlo.