A las seis de la tarde del 17 de Julio de 1936 tiene lugar en Melilla la primera proclamación del Estado de Guerra por parte de los militares que han conspirado contra el Gobierno de la República. En los días siguientes, la sublevación se extiende y consigue hacerse con medio país, al tiempo que la otra mitad permanece fiel al ejecutivo republicano. Ni los militares consiguen hacerse con el poder ni los republicanos doblegan el levantamiento: el país queda abocado a la Guerra Civil.
En la ciudad de Palencia, el golpe de Estado triunfa con facilidad. Allí se encuentra el regimiento de Villarrobledo, que en las primeras horas del 19 de julio sale a las calles de la ciudad y, tras vencer la débil oposición que son capaces de ofrecer las autoridades provinciales del Frente Popular, se hace con el control de la población.
La efímera ocupación republicana del Monte Bernorio
A comienzos del mes de octubre. después de la llegada a Santander de un importante cargamento de armas a bordo del buque "Azteca", los republicanos deciden lanzar una ofensiva en el frente de Aguilar-Mataporquera. Su objetivo principal es interceptar la línea de ferrocarril que desde Barruelo llega a Quintanilla de las Torres, para impedir así el transporte de carbón desde la población barruelana. Hay que tener en cuenta que el carbón era el combustible principal de la época y que, al quedar la región asturiana en manos republicanas, los nacionales tenían muy limitado el abastecimiento de este mineral. Por este motivo. dificultar la explotación de las minas de hulla del valle de Santullán suponía un objetivo estratégico. La operación efectuada por los republicanos comprende un avance simultáneo de varias columnas a lo largo de una línea de aproximadamente diez kilómetros. Esa línea abarcaba desde el pueblo de Cordovilla, en el extremo oeste, hasta el de Helecha de Valdivia, en el límite oriental. Se trataba, en realidad, de ocupar una tierra de nadie que hasta entonces sólo había sido espacio para las correrías circunstanciales de unos y otros, pero que sin embargo había cobrado un importante valor.
Wifredo Román Ibáñez
Aruz ediciones, 2013
colección de historia montaña palentina