Revista Asia

El monte Tsukuba

Por Japangaijin @japangaijin

Tuve una estudiante. De las ricas, con tiempo libre los domingos y soltera. Eterna soltera que va probando de flor en flor. Y el otro dia me contrató para unas horas de clase... uf!

- Con el transporte, serán 10.000Y en total- le dije
- No Importa...- contestó por email a los pocos minutos de enviarle

Era en Tsukuba, donde hace ya unos cuantos años se celebró la expo internacional, y donde está la mayor universidad tecnológica de todo Japón.

Para llegar tienes que ir a Akiba, y desde allí subir al Tsukuba express que por 1.200Y y cuarenta y cinco minutos te dejará allí.

Tras las clases, llegó la hora de comar.

- ¿Nos vamos al Tsukubasan?- me preguntó
- ¿Eso es un templo en una montaña?- le contesté incrédulo
- Sí, vamos, que hay que cojer un autobús.

Media hora circulando por carreteras a velocidad de bicicleta. A un lado pasamos librerias de segunda mano estratégicamente colocadas cerca del campus. Restaurantes de carreteras. Edificios abandonados hasta llegar a la falda de la montaña.

La carretera de asfalto prácticamente recta dejó pasar a curvas y más curvas enmedio de la naturaleza. Por suerte, no duró mucho el trayecto. El autobús parecía formar parte de otra dimensión. Era viejo, y en cada subida y giro de ese trayecto, parecía que se fuera a desmontar por la mitad. O a pararse enmedio del camino.

Al final, llegamos a una plazuela frente al gran tori rojo de entrada al monte Tsukuba. Desde allí, empezaba el shotengai repleto de hoteles, restaurantes típicos y tiendas de souvenirs. Y la subida a pie empezó a notarse.

Mount Tsukuba

Todo de escaleras de piedra de palmo de alto. Un templo nos daba la bienvenida. A cada 100 metros habían lugares para centarse. Estábamos a 35º y a 80% de humedad. Cada cinco minutos, teníamos que secarnos el sudor.

Llegamos a otra plazuela frente al funicular. Cinco minutos y 500Y para terminar en lo alto del monte. Desde allí, unas bonitas vistas.

Mount Tsukuba

Resulta que cuando los dioses bajaron de los cielos para, con su lanza, crear Japón, descansaron en un lugar que actualmente es el monte Tsukuba. A un lado, una montaña (la del dios) y al otro lado, otra (la de la diosa, más baja).

Desde allí podías quedarte mirando el paisaje, o ir a la cima de cada una de la montaña. Primero fuimos a la más alta, pero a medio camino nos cansamos y fuimos a la otra, mucho más fácil de subir. ¡Ni punto de comparación!

Mount Tsukuba

Si subir hasta los 1.000m terminó destrozándome, no quiero ni imaginar como sería subir al Fujisan...


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