Te voy a confesar algo, y es mi evolución en la vida:
Cuando empecé a ganar el dinero justo para sobrevivir me sentía culpable, luego…
Cuando dejé de trabajar 16 horas al día, me sentía culpable, luego…
Cuando ya no tenía que trabajar todos los días, me sentía culpable, luego…
Cuando por fin pude trabajar cuando quería, me sentía culpable, luego…
Cuando podía elegir descansar un día entre semana, me sentía culpable.
Ahora…
Cuando me tomo una cerveza y ni siquiera sé qué día es, ni qué hora, y lo único que sé es que todo el mundo a mi alrededor está trabajando, y yo en ese rato gano más dinero de lo que ellos ganarán en todo el mes…
Siento que gano poco y que merezco más.
Ya sé, soberbio. Y egoísta. Y misógino francopantano.
Y cuánto más veo a la gente hablar y hacer, más lo pienso y más seguridad tengo de que lo que gano hoy es insignificante en comparación con lo que ganaré dentro de un mes, un año, tres.
Y si algo me hace sentir eso por encima de todo lo demás es la incapacidad de vendedores y empresarios de conectar con la conversación mental de sus clientes.
En el newsletter descuartizaré el anuncio más penetrador de la historia.
El anuncio empotrador, podríamos llamarlo.
Dos párrafos que marcaron un antes y un después en la historia de las ventas.
76 palabras que enseñaron a cualquiera que quiera usar su cerebro para ganar dinero, el camino para introducirse en la sesera de su cliente y provocarle un orgasmo desde dentro.
Un mensaje que acompañara el resto de sus vidas a quienes lo escuchen porque ya nunca podrán olvidarlo y aplicarán en cada email, cada llamada, cada reunión.
Está todo explicado si te apuntas ahí abajo. Y está tan bien explicado que si me preguntas una duda entenderé que no tienes el menor interés en aprender y, por tanto, no te contestaré:
Acepto la política de privacidadLa entrada El motivo por el que al año que viene ganaré mucho más dinero se publicó primero en Luis Monge Malo.
