Revista Comunicación

El movimiento America First de Trump crece

Publicado el 18 julio 2022 por Jamesnava123

Durante el tiempo que va desde que a Donald Trump le robaron las elecciones en 2020, mediante un fraude electoral basado en los votos por correo ausente, hasta este verano de 2022, el movimiento America First que lidera no ha dejado de crecer. Y lo que es más importante, sigue creciendo de forma transversal e incorporando votantes procedentes de diferentes estratos sociales, raciales y procedencia. Sin duda, uno de los grupos que más se está adhiriendo a las filas conservadoras es el de los hispanos. Actualmente, hay 62.100.000 hispanos en Estados Unidos, que es más que la población española, por ejemplo, y su horizonte de crecimiento es enorme, al igual que influencia.
Los nuevos datos de votación que hemos ido conociendo reflejan que Donald Trump obtuvo casi el 40% del voto hispano, que es la mayor cantidad para cualquier candidato presidencial republicano en la historia. Un dato en sí mismo muy positivo y que continúa aumentando.
Recientemente, hemos conocido que más de 1 millón de votantes hispanos se han pasado al Partido Republicano de Trump en 43 estados, según los datos de registro de votantes analizados por la firma de datos políticos L2 para The Associated Press. No es el único estudio que demuestra esta tendencia al alza. Todas las encuestas y análisis apuntan al desencanto y la desaprobación de una gran mayoría de hispanos con la Administración Biden y el apoyo masivo a Trump y a los candidatos que respalda de cara a las elecciones midterm y las gobernaturas que se celebrarán en noviembre de este año. Se trata de fenómeno que tiene lugar tanto en estados demócratas como republicanos, y en ciudades grandes y pueblos pequeños.
Es un auténtico terremoto político que va a hundir al Partido Demócrata y consolidará al Partido Republicano como el favorito de los votantes. Los análisis políticos demuestran que decenas de miles de votantes de los suburbios que votaron demócrata durante los últimos años, se inclinan claramente ahora hacia candidatos conservadores y apoyan cada vez más a Trump a la vista de que tenía razón en todo y su presidencia fue magnífica en general y en concreto para los hispanos, a los que beneficiaron sus políticas de empleo y de crecimiento económico.
Es significativo de este cambio profundo en la tendencia de voto el hecho de que sea en los suburbios donde los votantes con una buena educación se están inclinando hacia el Partido Republicano de Trump. Así, de acuerdo a los datos conocidos, durante el último año, cientos de miles de votantes se están cambiando al Partido Republicano en los condados suburbanos desde Denver hasta Atlanta, y desde Pittsburgh a Cleveland. Los republicanos también ganaron terreno en condados alrededor de ciudades medianas como Harrisburg, Pennsylvania; Raleigh, Carolina del Norte; Augusta, Georgia; y Des Moines, Iowa. Sirvan como ejemplo de lo que ya es un movimiento general en todo el país.
Cada vez más hispanos rechazan abiertamente, y con razón, la agenda extremista de izquierda del Partido Demócrata incapaz de enfocarse en los problemas reales de los ciudadanos e incapaz de detener el auge del crimen y la violencia en las ciudades, y la imposición de ideologías absurdas como la teoría crítica de la raza.
Lo importante de esto es la tendencia que podemos ver entre el electorado hispano, cada vez más alejado de los demócratas y más cercano a los republicanos que defienden la agenda America First de Trump. Hoy por hoy, los demócratas no tienen una estrategia para abordar la impopularidad y desaprobación de Biden, que sigue aumentando, y el temor abrumador de los votantes de que el país va en la dirección equivocada con el Partido Demócrata y la Camarilla que lo ayudó a cometer el fraude electoral al mando en la Casa Blanca.

Trump ha aprovechado este tiempo para ofrecer soluciones reales con sus políticas a los problemas que aquejan a los ciudadanos y atraer de forma efectiva a los hispanos, que son un grupo determinante para vencer en muchos estados.
Un año y medio ha sido suficiente para que la comunidad hispana se diera cuenta del desastre de gestión de los demócratas y de la Administración Biden. Padres y madres de los suburbios se han sentido cada vez más frustrados por los cierres prolongados de escuelas y negocios relacionados con la pandemia del coronavirus; el alza de los precios debido a la inflación provocada por Biden, la subida de la gasolina, la escasez de fórmula para bebés, o la imposición ideológica socialista en escuelas, medios de comunicación, universidades, empresas, etc.
El Partido Republicano se ha hinchado a registrar nuevos votantes republicanos en áreas suburbanas en estados decisivos como Ohio, Arizona, Florida, Michigan, Nevada y Pennsylvania.
Tal y como Trump nos recuerda cada día, la Administración Biden y los demócratas están fuera de contacto con las necesidades y problemas del pueblo estadounidense. Esta es la razón esencial de que los votantes acudan en masa al Partido Republicano. En este verano caliente de 2022, la tendencia es que los suburbios tendrán una tendencia conservadora en los próximos ciclos electorales. Trump y sus candidatos de America First están ofreciendo las soluciones más atractivas en temas cruciales como el alza de los precios, de los carburantes, la crisis de inmigración ilegal, la escasez de fórmula para bebés, el aumento de la delincuencia y la tiranía ideológica socialista de los demócratas.
El cambio de voto de los hispanos de demócrata a republicano es ya una realidad en estados clave como Virginia, Ohio, Iowa, Nevada, Arizona y Pennsylvania. En Florida, los republicanos captaron el 58% de los votantes que cambiaron de partido durante los últimos años de la Administración Trump. Ahora, durante este último año, controlan el 70%. En Pennsylvania, los republicanos pasaron del 58% al 63% entre los que cambian de partido. No es sólo que los hispanos estén votando más a los republicanos, es que también lo están haciendo en los estados decisivos para ganar la Casa Blanca. La ventaja actual de los republicanos entre los que cambian de partido se está manifestando sobre todo en los suburbios de todo el país. Los republicanos han aumentado su participación entre los que cambian de partido en 168 de los 235 condados suburbanos examinados (el 72%) durante el último año, en comparación con los últimos años de la Administración Trump. Estos incluyeron condados suburbanos en Pennsylvania, Ohio, Georgia, Virginia, Iowa, Carolina del Norte, Tennessee, Texas, y Washington. Los republicanos también ganaron terreno en los condados suburbanos de ciudades de tamaño mediano: más del 62% de esos condados, 164 en total, vieron un crecimiento republicano. Estos van desde los condados suburbanos al norte de Denver, como Larimer, hasta los del área de Los Ángeles, como Ventura y Santa Bárbara en California. La ventaja republicana es general, pero es más fuerte en algunos lugares que en otros. Por ejemplo, en el condado de Lorain, Ohio, en las afueras de Cleveland, casi todos los que cambiaron de partido en el último año se volvieron republicanos.
El perfil de estos votantes hispanos es el de personas inteligentes, emprendedoras, con un buen nivel cultural, que se están distanciando de los demócratas por sus posiciones políticas y agenda de extrema izquierda. Es representativo de lo que sucede, por ejemplo, el condado de Larimer, Colorado, donde cada vez más gente afirma que ya no puede votar por los demócratas porque son socialistas cada vez más radicales, y eso a pesar de que siempre lo han hecho. La agenda America First de Trump y los valores conservadores son los que están ganando adeptos cada día.
Los demócratas apelan al aborto y las armas para volver atraer a los votantes hispanos, pero tampoco les está dando resultado. Los hispanos apoyan la cultura de la vida en general y también la Segunda Enmienda que nos permite la autodefensa.
La tendencia de los votantes hispanos es un indicador claro de que los republicanos pueden lograr grandes avances en el Congreso y en los gobiernos estatales de todo el país este próximo noviembre y ganar la Casa Blanca en 2024.
Trump está sabiendo jugar magistralmente la carta de los votantes hispanos y su apoyo no ha tocado techo ni mucho menos. Su libro de jugadas puede ayudar al Partido Republicano a ganar millones de votantes hispanos en las próximas citas electorales. Ha llegado la nueva generación de líderes conservadores que adoptan la agenda America First de Trump y que se situarán en primera línea en cuestión de meses. Los tiempos han cambiado a medida que Trump y los candidatos republicanos que respalda, especialmente algunos hispanos, están adoptando su agenda America First y apostando por fronteras seguras, ley y orden, en contra del tráfico de personas y de drogas, independencia energética, defensa de los no nacidos, de la Segunda Enmienda, y de apoyo al emprendimiento empresarial.
El mensaje conservador de Trump centrado en paz y prosperidad para todas las familias, sin importar el color de la piel o las creencias personales, es el que se está ganando los corazones y las mentes de los hispanos. Es lógico que así sea, en tanto que es el Partido Republicano el que realmente comparte los principios conservadores de fe, familia, prosperidad y comunidad con los hispanos.
La campaña de Trump está centrada en un esfuerzo de divulgación inspirador que presenta una opción clara de voto para nuestra creciente comunidad hispana. Al fin y al cabo siempre se ha tratado de estar de parte del Sueño Americano o del socialismo.
Los avances del Partido Republicano entre los hispanos deben animar al movimiento conservador a continuar estrechando lazos con los votantes hispanos aún indecisos y construir una coalición permanente para ganar las elecciones locales, estatales y presidenciales.

Este es el momento crucial porque los votantes ven los resultados de la Administración Trump, que logró que más de 1.500.000 de hispanos salieran de la pobreza, que la tasa de desempleo hispana alcanzara un mínimo histórico con él en la Casa Blanca, y que la propiedad de vivienda y los ingresos familiares entre los hispanos alcanzaran máximos históricos. Las pequeñas empresas prosperaron como resultado de la agenda fiscal y regulatoria que aplicó Trump. Los fondos de elección de escuela ayudaron a los jóvenes hispanos a lograr una tasa récord de graduación de la escuela secundaria. Todo esto lo comparamos los hispanos con el desastre de la Administración Biden, y la elección no es dudosa.
Joe Biden ha basado su apoyo hispano en los votantes de los estados progresistas como California, pero perdió el apoyo de los hispanos en estados clave como Florida y Nevada. A medida que la presidencia de Biden sigue tambaleándose, los votantes hispanos están perdiendo la confianza en él a pasos agigantados. En una encuesta reciente, Biden obtuvo un pésimo 24% de aprobación entre los hispanos, con un 54% de desaprobación., que sigue aumentando mes a mes.
Los problemas reales son los que preocupan a los hispanos también, no las políticas identitarias, raciales, climáticas o de género. Los precios elevados de los alimentos y la gasolina están ejerciendo una enorme presión financiera sobre las familias estadounidenses y la inflación siempre es uno de los principales problemas que determinan elecciones. Así, por ejemplo, en la encuesta reciente de Axios/Ipsos, el 39% de los hispanos están preocupados por la inflación y el colapso de la cadena de suministro. Otras encuestas reflejan porcentajes más elevados de inquietud.
No es extraño, pues, que los republicanos estén ganando terreno entre los hispanos, que creen que son mejores y más resolutivos que los demócratas en la gestión de la economía, la fiscalidad, la educación, la sanidad y la seguridad.
Líderes republicanos que están gobernando bien, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, también se han beneficiado de la inútil gestión de Biden, convirtiéndolo en el favorito para los hispanos, después de Trump.
La conclusión es que el Partido Demócrata se ha desviado demasiado hacia la izquierda y ha traicionado a las familias y las comunidades hispanas. Como resultado de ello, los latinos están abandonando el Partido Demócrata y abrazando al Partido Republicano de Trump.
La política de "despertar" de la extrema izquierda no tiene cabida entre los hispanos, que son votantes de muchos temas, no sólo el de la inmigración. También se preocupan por restaurar la seguridad pública en sus comunidades. La encuesta reciente de Axios/Ipsos muestra que el 44% de los hispanos se preocupa más por el crimen y la violencia armada. La anarquía radical fomentada por las políticas de Biden ha creado una crisis de seguridad nacional en la frontera sur y está llevando a los votantes hispanos al Partido Republicano. Biden ha liberado a más de 2 millón de inmigrantes no examinados en las comunidades estadounidenses y esto se volverá en contra del Partido Demócrata.
Así, los inmigrantes respetuosos de la ley y patriotas que enriquecen Estados Unidos no apreciamos la forma en que los inmigrantes ilegales imponen tremendas presiones económicas, financieras y sociales a los estadounidenses. El ascenso de nuevos líderes conservadores que están ganando sus primarias en Texas, Florida, Virginia y otros estados, proyecta una nueva generación de líderes republicanos que defienden la agenda America First de Trump y rechazan la actual narrativa antiestadounidense de los demócratas. En cambio, comparten su historia personal y familiar, que entronca directamente con el Sueño Americano de libertad, prosperidad y felicidad, y están conectando con los votantes y sus inquietudes reales. Las voces hispanas contribuyen a difundir mejor el mensaje del Partido Republicano de protección de nuestras libertades, amor y respeto a esta nación y las políticas de sentido común de America First.
El auge de líderes y votantes hispanos conservadores es una victoria para todos los estadounidenses que creen que es hora de oponerse a la agenda socialista radical y destructiva del Partido Demócrata y de luchar para que cada niño estadounidense pueda obtener una educación de calidad sin el adoctrinamiento de la izquierda radical y para que cada familia estadounidense pueda vivir en una comunidad segura y próspera.
Ni los medios de comunicación progres aliados de los demócratas pueden ocultar ya la realidad de que casi un tercio de los hispanos vota habitualmente por los republicanos en las elecciones, y que ese porcentaje está aumentando. El mensaje de Trump, enraizado profundamente en creencias sobre el individualismo, las oportunidades económicas y los valores sociales tradicionales, está calando cada vez más en el electorado hispano. Al margen del origen nacional, la clase, la experiencia como inmigrantes y la edad, los hispanos que votan por Trump tienen en común una visión diferente a la de otros hispanos de lo que significa ser estadounidense que conecta con el movimiento conservador. Todo se reduce a unos valores compartidos y a ser independientes o dependientes del gobierno.
A nadie debe extrañar que Trump y los candidatos republicanos que respalda sigan aumentando su porción de votantes hispanos en los próximos ciclos electorales. Mientras Biden y los demócratas reducen a los hispanos a un puñado de estereotipos, como llamarlos diversos tipos de tacos (como hizo Jill Biden hace poco), Trump y los republicanos están sabiendo captar la esencia de lo que piensan y mueve a los hispanos en la vida y están haciendo un buen trabajo al alentarlos a emprender nuevos negocios, buscar mejores empleos y avanzar en su educación. Es decir, los temas que importan a la gente. Donald Trump quiere que todos tengan oportunidades de tener éxito en este país, no se limita a dar limosnas como hacen los demócratas. Sus mensajes centrados en la movilidad económica y el espíritu empresarial atraen con fuerza a los hispanos, que son una comunidad realmente emprendedora, al igual que su compromiso declarado con la elección de escuelas y el aumento de las oportunidades educativas para los hispanos.
Sus planteamientos comprensivos en torno a los Dreamers, y la mano dura contra el tráfico de drogas, el crimen y un mayor control fronterizo, también conectan con los votantes conservadores hispanos, que también apoyan y comparten la agenda de Trump en cuanto a las prioridades económicas, educativas y culturales.
Más allá de los estereotipos demócratas, Trump siempre se ha mostrado orgulloso de impulsar la prosperidad hispana y del trabajo de los hispanos, a los que a menudo se refiere como la columna vertebral de la economía de este país. Trump ha dado voz y relevancia a las comunidades hispanas y nuestros problemas, los desafíos que enfrentamos y las iniciativas que necesitamos.
La agenda de Trump recoge la inquietud por un gobierno federal demasiado grande y defiende una agenda de gobierno pequeño en varios temas que preocupan a los hispanos, a saber: la reducción de las regulaciones comerciales, facilitar que los hispanos asistan a las escuelas chárter, promover un entorno empresarial atractivo, y proporcionar libertad religiosa y de opinión en el ámbito público y privado.
Miles de hispanos se mueven hacia el Partido Republicano de Trump porque es firme contra el socialismo, apoyan los esfuerzos para regular la inmigración, promueve las prioridades social-conservadoras al nombrar jueces conservadores y condena el aborto y defiende la cultura de la vida. Los hispanos que votan conservador no están comprando el mensaje demócrata del racismo sistémico, que es falso, porque creen que las personas deberían poder levantarse por sí mismas y asumir la responsabilidad personal de sus vidas y circunstancias. Ninguno cree las falsas afirmaciones de que Trump sea racista (no lo es ni nunca lo ha sido) y comparten sus ideas sobre el terrorismo urbano que practica Black Lives Matter y Antifa.
Los hispanos están repartidos por todo el país al día de hoy y su influencia es decisiva en muchos de los estados oscilantes que determinan el ganador de las elecciones presidenciales. Los votantes hispanos conservadores están creciendo a un ritmo acelerado y van a ser una de las claves de la victoria de los candidatos republicanos en las próximas elecciones midterm al Congreso y también en las presidenciales de 2024, en las que previsiblemente ganará Donald Trump una vez más.

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