La música psicodélica
Probablemente la mayor manifestación cultural del movimiento psicodélico la encontremos en la música. Fue en conciertos donde se dieron las congregaciones más numerosas de gente y en conciertos donde se exhibió con mayor claridad la estética y los valores del movimiento. Es de justicia, pues, analizar las momentos musicales más importantes del movimiento psicodélico.
La música psicodélica encontró en EE.UU y Gran Bretaña sus dos bastiones principales. Prácticamente la mayoría de grupos de renombre provienen de estos dos países. Como el resto del movimiento, introdujo algunas innovaciones que rompían con la tradición musical del momento, si bien conservaba algunos de sus elementos. Las características fundamentales son:
- Introducción de instrumentos orientales como el sitar y la tabla.
- Incorporación de la guitarra eléctrica, nacida en los años 50.
- Letras esotéricas y surrealistas.
- Referencias a drogas en las letras.
- Uso de sintetizadores e instrumentos con teclado.
- Énfasis en solos instrumentales e improvisaciones.
El ambiente artístico de la San Francisco de los años 60 atrajo a librepensadores y artistas de todo el país, que se iniciaron en el consumo del peyote, LSD y marihuana, ya fuera por curiosidad o para llamar a las musas. Ellos no fueron los primeros músicos en consumir drogas para inspirarse. Ya antes era habitual el consumo de droga en los ambientes del blues y el jazz. La música psicodélica trataba de llevar a la melodía las experiencias alteradores de la conciencia que producían estas drogas.
El sitar, instrumento originario de la India.
Las primeras manifestaciones de música psicodélica corrieron a cargo de Bob Dylan con Mr. tambourine man y Subterranean homesick blues en 1965, canciones en las que se hacía referencias a drogas. Justo en este mismo año, los Beatles se iniciaron en el consumo de LSD y fruto de ello surgieron temas como Day tripper. Un año antes, grabaron I feel fine, donde introducen el acople de guitarra, que tendría una gran influencia en los posteriores grupos psicodélicos. Con Norwegian wood en 1965 introdujeron también el uso del sitar indio. Sin ninguna duda, los Beatles fueron quienes más contribuyeron a la popularidad de este género. Sin embargo, el primer grupo en autodenominarse como psicodélico fueron los tejanos de 13th Floor Elevators con su album de 1966 The Psychedelic Sounds of the 13th Floor Elevators. También es importante mencionar a los Grateful Dead, grupo fundado en 1965 y que participó en los primeros conciertos psicodélicos californianos.
En los meses sucesivos el movimiento comenzó a expandirse y surgieron bandas de gran envergadura como The Doors, H.P. Lovecraft, Country Joe and the Fish, The Jimi Hendrix Experience y, en Reino Unido, los Cream, Pink Floyd y un largo etcétera.
Los años de apogeo de esta música se suceden entre 1967 y 1969. En el verano del 67 tuvo lugar lo que acabó llamándose The summer of love, cuando más de 100 mil personas se dieron cita en el barrio de Haight-Ashbury, en San Francisco. Más tarde tendremos tiempo de hablar de él. La música psicodélica llegaría a su cénit en 1969 con el festival de Woodstock, en el estado de Nueva York. Allí, durante tres días, se dieron cita más de medio millón de personas, con conciertos de artistas como Santana, Grateful Dead, The Who, Jimi Hendrix, entre otros.
A principios de los años 70, el movimiento psicodélico fue decayendo, debido, en parte, a las muertes de iconos como Jimi Hendrix.
Jimi Hendrix durante su actuación en Woodstock
El movimiento hippie
Hasta ahora hemos visto el desarrollo musical y literario que tomó el movimiento, pero sin duda la psicodelia fue algo más que producción artística. Fue también un estilo de vida, una estética, una forma de pensar y es esto lo que voy a tratar de exponer a continuación, haciendo referencia a lugares comunes mostrados anteriormente.
Podemos buscar el origen del movimiento hippie en los años 40. Es cuando nace el término hipster, que denominaba a una tribu urbana aficionada al jazz y que imitaba algunos comportamientos de las grandes estrellas, como el consumo de marihuana, flexibilidad ante la sexualidad y una pobreza autoimpuesta. También manifestaban una moral apartada de la predominante.
Durante los años 50, como hemos indicado, aparece la Generación Beat, que recoge parte de esta tradición de vida alternativa, si bien no todos patrocinaban drogas psicodélicas. Kerouac era entusiasta del alcohol, Burroughs, de los opiáceos y Ginsberg, de la LSD.
Imagen estereotipada del beatnik.
A finales de los 50, Timothy Leary y Aldous Huxley colaboran junto a otros investigadores en el Psylocibin Project. El éxito de este proyecto atrajo a un buen número de artistas e interesados en el tema. Ante tal aluvión de demanda, hubo algunas posturas encontradas entre Leary y Huxley. El primero defendía democratizar el uso de LSD y peyote; era algo que todo el mundo debía probar para conseguir liberarse. Huxley, en cambio, se mostraba prudente. Había observado la cautela y preparación con la que los pueblos indígenas tomaban las drogas visionarias y creía que había tratar la droga con respeto; debía ser tomada en su contexto para evitar problemas mayores. Aun así tampoco se mostraba elitista al respecto, únicamente defendía un uso responsable.
En 1964 surgieron en California los Merry Pranksters, comandados por el escritor Ken Kesey, que llevaron la psicodelia por todo el país en su bus escolar decorado con colores llamativos. En sus sucesivos viajes por todo el país, realizaron lo que se llamaron Acid tests, fiestas en las que se consumían drogas psicodélicas y se escuchaba música de los Grateful Dead. Kesey quería expandir el uso de LSD para lograr un cambio de mentalidad en la sociedad.
Obra del periodista Tom Wolfe que recogió las experiencias de los Merry Pranksters
Importante fue también el papel que el movimiento hippie jugó en las protestas contra el Vietnam. Acompañados del lema Peace and Love, los hippies protestaban contra una guerra que consideraban de agresión e iba en contra de su lucha por un mundo de fraternidad y amor. Muchos de los sindicatos estudiantiles que participaron en estas manifestaciones afirmaban haber consumido LSD y defendían unos valores similares a los profesados por los hippies. Son conocidos los episodios de quema de tarjetas de reclutamiento para el ejército, que tuvieron lugar en las principales ciudades del país. A pesar del papel de un sector del movimiento en las protestas contra la guerra y la defensa de los derechos civiles, una gran mayoría de hippies permaneció ajena a la política.
Episodio de quema de tarjetas de reclutamiento.
Como se dijo antes, durante el Summer of love, se dieron cita más de 100 mil hippies en Haight-Ashbury. Durante este tiempo se exhibió el estilo de vida alternativo que aportaron: Música, libertad sexual, consumo de drogas, vida en comunidad. Todos estos lugares comunes del movimiento hippie tuvieron lugar en un ambiente de lo más heterodoxo; los había de sesgo más político, otros que preferían la vida comunal y que el gobierno no interviniese en sus vidas, etc.
La cumbre del movimiento llegó en Woodstock en 1969, que marcaría el principio del fin de la psicodelia. Bajo el lema “3 días de música y paz” el paisaje se tiñó de una realidad policromática, tiendas de campaña, hombres barbudos y de pelo largo, mujeres desnudas y música psicodélica.
Influencias
Si bien el movimiento supuso un soplo original e innovador, algunas de las ideas centrales hunden sus raíces en el siglo XIX y principios del XX. Es notable la influencia del filósofo de Massachusetts Henry Thoreau, que vivía en una cabaña fabricada por él mismo apartado de la gran ciudad. En su obra Walden defendía la autosuficiencia del ser humano y criticaba a aquellos que vivían con más allá de lo estrictamente necesario, ideas que más tarde tendrían eco en la crítica al consumismo lanzada por los hippies.
Cabaña del filósofo Henry Thoreau.
También de notable importancia es la influencia de Walt Whitman, poeta considerado el padre del verso libre y que expresó en sus obras una sexualidad abierta, a veces calificada de obscena, y amor por la naturaleza. Allen Ginsberg lo tenía como su mayor referencia y no faltan las menciones a su figura a lo largo de toda su obra.
No podemos olvidar en este punto al movimiento alemán Wandervogel. Este fue un movimiento de estudiantes de clase media que surgió en Berlín en 1896. En un momento de fuerte industrialización, influidos por el romanticismo alemán, defendían volver a formas de vida más cercanas a la naturaleza. Tras la Gran guerra, terminaría transformándose en el movimiento boy scout.
Símbolo de los Wandervogel.
Por último, otro alemán, Hermann Hesse, comenzó a introducir la filosofía oriental en obras como Siddharta, en las que se defendía el abandono de las ciudades y el regreso a la naturaleza.
Es verdad que el movimiento hippie desapareció prácticamente a principios de los 70, pero no puede decirse que su existencia resultara vana. El rock psicodélico supuso el puente entre el blues rock y el hard rock y el heavy metal. El legado musical y literario ha influido notablemente en la cultura de las décadas posteriores. Aunque ya apenas hay hippies en el sentido original, algo de ellos ha pervivido en nuestras actitudes contemporáneas, canalizadas politico-socialmente a través del movimiento ecologista.