El muchacho entre mundos (The Boy Between Worlds) de la escritora holandesa Annejet van der Zijl, es una conmovedora novela biográfica de dos amantes poco convencionales que desafían el fanatismo de su época, solo para ser víctimas de fuerzas aún más grandes en el marco de la Segunda Guerra Mundial.
Waldemar Nods es de Surinam y es enviado a Holanda para recibir educación. Al haberse criado en Surinam en una familia que es casi blanca y que pertenece a la clase alta, Waldemar no tiene la misma actitud hacia los blancos que otros negros. Se siente tan bien, si no mejor, que otras personas. Esta actitud le serviría durante su vida.
Hendrika Wilhelmina Johanna van der Lans o Rika nació en los Países Bajos, hija de un comerciante de papas católico y madre ama de casa. Su papá no estaba mucho, ya que viajaba por negocios. Las cinco chicas fueron criadas estrictamente en la Iglesia Católica Romana. Rika parecía estar destinada a ser la fiel asistente de su madre; pero había una veta rebelde en ella. Ella quería algo diferente. Estaba decidida a seguir su propio camino.
A los 17 años, se enamora de Willem Hagenaar. Él es hijo de padres protestantes, por lo que el matrimonio entre ambos parece imposible. Sin embargo, Rika y Willem insisten y él va al internado al que ella asiste, y se la lleva. Una vez en casa, su reputación estaba arruinada, por lo que sus padres ceden a su pedido de matrimonio. Sin embargo, ni ellos ni sus hermanas ni hermanos asisten. Para frustrarlos, ella y Willem conducen su carruaje de recién casados en frente de la casa para que sus padres vean ver su vestido.
Después de llevar una vida agitada con Willem y tener cuatro hijos, Willem es enviado a una austera isla en Holanda. Un sitio demasiado aburrido para Rika, así que un día toma al niño más pequeño y se marcha. Le pide a Willem el divorcio y los hijos. Establece una pensión para ganar dinero para ella y sus hijos. Finalmente, Willem se lleva los niños cuando ella queda embarazada debido a un romance con su huésped, Waldemar.
A partir de allí comienza otra historia:
La difícil situación de Rika y su segundo marido, Waldemar, mucho más joven, y el destino de su único hijo, Waldy, después de que sus padres fueran asesinados en el campo de concentración nazi por albergar judíos en su pensión. Es sencillamente inolvidable.
La historia y la actitud que ella y Waldemar adoptan son fascinantes. Definitivamente es una historia maravillosamente escrita que necesita ser contada una y otra vez. La historia de dos personas de carne y hueso que resistieron al holocausto nazi en los Países Bajos en lugar de frías estadísticas. Muy recomendable.
Annejet van der Zijl