El Mundial 2014: ese que enseño con el ejemplo

No es mi primer mundial, tampoco para tres de mis cuatro hijos. Ellos ya vivieron dos y yo, aunque era todavía pequeña, vi a mi país campeón del mundo.  Aunque no soy muy fanática del futbol el mundialdespierta en mí “otra yo”que debo manejar. 

Ahora, éste Mundial, el que acaba de terminar y con el cual convivimos el último mes, dejó mucho más que futbol. 

Veo ejemplos de líderes negativos a diario, aquellos que buscan el aplauso constante, proclamarse como los mejores, como la única opción posible para lograr llegar a un objetivo deseado. En este momento de mi vida, quizás por ser madre y tratar de enseñar con el ejemplo, me molesta que mis hijos vean a estas personas

No me gusta que se premie al corrupto, al que desafía la ley, al que es un “¿capo?” por vivir buscando el rédito personal a toda costa. Y menos me divierte que los chicos, los jóvenes lo tomen como ejemplo. Porque yo creo que por más que les repitamos lo bien que se tienen que portar a nuestros hijos todos los días, lo que vean que pasa allá fuera, eso les va a quedar. 

Pero cómo hacer para que no relacionen el éxito con lo que el mundo te muestra como una persona exitosa. ¿La que logra zafar, la que puede robar y que no la descubran, la que encuentra el negocio en la ilegalidad? Cómo pretendemos, digo, que los chicos no se copien si nosotras lo hacemos, si el mundo lo hace y no pasa nada.

Y un día llegó una selección de futbol que vino con nuevos valores, de esos que leemos en los libros: trabajo en equipo, humildad, motivación, liderazgo positivo. Esa teoría que tenemos en la cabeza pero implementada en una cancha, con once jugadores que lograron, mejor dicho, demostraron, que unidos, con foco y con pasión, se puede lograr llegar a la cima. 

¿Pero qué vieron los chicos? Algo que espero les quede en sus mentes: que nosotros, como padres, no solo hablamos de las jugadas de los guerreros, sino también de actitudes, de personalidades, de la importancia de estar contentos, disfrutar el momento y dejar todo en la cancha. En cualquier cancha que te toque vivir.  Comparamos éstos chicos con nuestros líderes y deseamos en voz alta que sería interesante que se le parezcan, por lo menos un poquito.