Hoy en esta semana, que se hace llamar santa, en esta época de recogimiento espiritual, de procesiones recordando a nuestro divino maestro Jesucristo, me pongo a pensar, sin ánimo de ofender a nadie: “MALDITAS SOCIEDADES HIPÓCRITAS, UNA Y MIL VECES, MALDITAS SOCIEDADES EXCLUYENTES”. En pleno siglo XXI, en el que se supone, el “ser humano”, ha alcanzado un alto grado de desarrollo tecnológico, científico y humanista; lastimosamente, la maldad, la exclusión social, la discriminación económica y racial, siguen en aumento alarmante; como que si se tratara de actitudes típicas de monstruos desquiciados, que ni se podrían comparar con animales, porque los animales son, incluso, más racionales que los mal llamados seres humanos. A diario, y sin ánimo de ser alarmistas, los titulares en los periódicos, a nivel mundial, están plagados de asesinatos, secuestros, guerras, sequías, destrucción del medio ambiente, etc. Todos estas situaciones críticas de crímenes, pobreza y exclusión social, contrastan con los pocos ricos y millonarios que acaparan fortunas, tan exorbitantes, que “en un dos por tres” , podrían acabar con la pobreza , extrema y relativa, tanto en países tercermundistas como en los del primer mundo, porque, en estos últimos, también hay pobres. No me puedo explicar como, los católicos, pueden estar asistiendo a procesiones, auto llamándose cristianos y salvados por Dios, y si “a la vuelta de la esquina” discriminan a personas que no son de su misma religión, y ésto, también, se da en personas que profesan una religión evangélica o protestante. Esto pseudos cristianos deberían de regalar sus diezmos a personas, realmente pobres, en lugar de dárselos al pastor, quien lo gasta en lujos y mujeres, si no me creen, lean el caso del pastor guatemalteco, Cash Luna ,y conozcan la opulencia en la que vive este señor. También, los devotos que asisten a las misas católicas, deberían dar más limosnas a los pobres, en lugar de regalárselas al cura; si no miren como está el Vaticano de opulento. Todos somos parte de una “corriente”, como la de cualquier río, que nos arrastra, a través o en medio de la basura, el excremento y la podredumbre; no tenemos otra opción que ser contaminados por esta suciedad; al final, la mayoría de personas van a reproducir el caos y desorden en la sociedad. Ojalá fuera de otra forma. Los sistemas económicos mundiales son, altamente, promotores de una desigualdad de clases exagerada, al premiar,a los de arriba, con riquezas millonarias y, a los de abajo, que somos la mayoría, tenemos, nada más, las sobras de dicha riqueza producida por todo el sistema.
Todo está al revés o “patas arriba” en este mundo. No comprendo, la razón que motiva a los gobiernos mundiales a no invertir en el capital humano, en su población más necesitada y, muy por el contrario, gastan millardos de dolares en armas y en hacer más próspera a la partidocracia, a esos asquerosos políticos “de mierda” que se enquistan en el Estado para vivir de él. Todas las “sociedades humanas” son hipócritas, crueles e injustas, en su totalidad, desde abajo hacia arriba; la maldad y la muerte existe en todos los estratos sociales; desde la familia que no cumple con su verdadero rol de formar ciudadanos con valores bien cimentados. Todos somos individuos similares a robots, cumpliendo con nuestra función principal de mantener el sistema por medio del consumismo extremo y convirtiéndonos en seres 100% hedonistas. Mientras la sociedad funcione así, a los poderosos millonarios de la cúspide, no les va interesar acabar con la pobreza, la discriminación racial y económica, los asesinatos, la prostitución, etc. Sólo con que ,Estados Unidos, destinara esa cantidad millonaria de dolares que utiliza para mejorar su arsenal nuclear, a los países tercermundistas y así acabar con la pobreza extrema, evitaría que miles, de “almas”, llegaran a sus fronteras para entrar de manera ilegal; pero eso, no es prioridad en sus agendas. Este es un mundo de la exclusión, de la indiferencia;es el mundo de los que tienen dinero para poder vivir bien; es la realidad de los que compran asesinos a sueldos para matar y el de los que viven del mundo de las drogas y otro vicios. Existen leyes, reglamentos y normas, pero, la mayoría no las cumplen; desde pasarse la luz roja del semáforo hasta evitar matar a alguien por no pagar una extorsión o encontrarse en el lugar y hora equivocados.
En conclusión, considero, que toda esta bazofia de sociedad en la que habitamos, es producto de un decaimiento total en la práctica real de los valores. Las sociedades actuales están ausentes del conocimiento y práctica de los valores que se nos deberían inculcar en la Escuela, la Familia y la sociedad en general; pero la realidad es completamente diferente, pues todo se ha tergiversado; al no querer nadie asumir el papel de transmitir dichos valores. Si los valores humanos se estuvieran transmitiendo de manera adecuada en cada rincón del mundo, por supuesto, no existirían sociedades y sistemas económicos y políticos injustos y violadores de los derechos humanos; pues ,cada persona, sabría, de manera consciente, cual sería su papel correcto dentro de la sociedad. Y ESTO NO ES CUESTIÓN DE RELIGIONES, PORQUE LAS MISMAS HAN DEMOSTRADO QUE NO HAN PODIDO ARREGLAR LA SITUACIÓN ,AL IGUAL QUE LOS POLÍTICOS CON SU PARTIDOCRACIA BASURA.
Tengan un feliz día de ” Semana Santa”.