Revista Política
"El mundo de ayer (memorias de un europeo)", de Stefan Zweig
Publicado el 17 junio 2015 por José Alfonso Pérez MartínezHe leído con mucho placer esta obra, la considero uno de los diez, o incluso de los cinco, mejores libros que me ha sido dado leer en mi vida . Se trata de las memorias del gran escritor austriaco Stefan Zweig, un habitual en este blog. Pero son unas memorias atípicas: si sólo dispusiéramos de este libro para saber de su autor no sabríamos los nombres de sus padres, ni los de las dos mujeres que tuvo, ni si tuvo o no hijos. Pero, como crónica de una época, y de la evolución espiritual e intelectual de un hombre, esta obra es extraordinaria. Los 50 años (desde 1890 más o menos a 1940) que Zweig relata (de los 61 que él vivió) fueron los años en que Europa más cambio en toda su historia. Nunca un continente ha cambiado más en menos tiempo. A finales del XIX, cuando empieza la narración, Europa es un continente en paz. El centro y este del continente está repartido entre unos pocos imperios: el alemán, el austro-húngaro (en el que nació Zweig) y el ruso. Viena es la capital del arte y de la cultura, de la literatura y de la música. Es un mundo de estabilidad, paz y seguridad. Zweig conoció en ese mundo a grandes poetas como Hofmannsthal y Rilke, al escultor Rodin, a grandes músicos y pintores (en Viena despuntaba entonces el grupo de la "Secesión", con Gustav Klimt a la cabeza). Pero había tensiones que acabaron por provocar, en 1914, el estallido de la primera guerra mundial, y ese mundo de paz y seguridad estalló en mil pedazos. Vinieron luego los fascismos, y la segunda guerra mundial. La generación de Zweig, que conoció todas las calamidades (dos guerras mundiales, el exilio, muchos el hambre o la muerte prematura en campos de concentración) tiene en él a su cronista. Es la crónica desesperanzada de la desintegración de su mundo, de la lucha por la unidad europea. Es la crónica de la unidad de los hombres de la cultura, por encima de fronteras e incluso lenguas, sin hacer caso a los odios despertados por la política. Es un monumento literario que se alza sobre las cenizas humeantes de aquella Europa, es un llamado para que aquella barbarie no se repita más, es el corazón de un hombre, su lucha.