–Pareciera que la industria del comic va camino a convertirse en productora de licencias para películas, videojuegos o merchandising, un proceso que Marvel comenzó en los ’90. ¿En eso está el futuro del negocio?–Es más amplio que eso, y más integrado. Antes la gente pensaba en un comic, en una película o en un videojuego. Ahora se piensa en el conjunto, se buscan modos de expandir la historia a otros formatos, sin importar cuál sea. Cuando hacés una película, tenés un montón de ideas que no podés aplicar hasta que hagas la secuela, entonces los comics te dan la oportunidad de trabajar sobre esas ideas y, a la vez, apoyar el film. Ya no es el mismo mundo que antes, sino uno más integrado. Está cambiando lo que nos pasa por la cabeza y cómo los equipos creativos tratan ahora de abarcar lo más posible.
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