En un mundo donde el ruido avanza cada instante y hace que nos sintamos acompañados virtualmente. En un mundo donde los sonidos del whattsapps y de los motores y tubos de escape contaminan el día a día. En un mundo donde los murmullos y chismes superan con creces a las conversaciones de calidad. En un mundo donde hay palabras que son solo un ruido vacío que no deberían romper el silencio. En un mundo donde los dedos y los teclados del móvil y del ordenador quieren imponer su ley frente al aroma del buen café y la buena compañía. En un mundo donde tenemos prisa por llegar a todos los sitios y resoplamos una y otra vez. En un mundo donde en ocasiones nos importa más el sonido de nuestra voz que el de cualquier otra persona. En un mundo que impone la cultura del trabajo por encima de nuestra salud personal. En ese mundo hay otra opción, una forma de contemplar, una visión distinta que puede aportar tranquilidad y sosiego, que aborda nuestra inquietud personal y búsqueda de sentido a qué hacemos y cómo vivimos. En ese mundo está el silencio.
En esta cuarta semana del #Reto47Libros2016 he leído “Biografía del silencio” de Pablo d´Ors. Una maravilla que nos invita al silencio y la quietud mediante la meditación. Y lo he hecho porque además he tenido la fortuna de poder acudir a una conferencia que ofreció Pablo d´Ors en ASNIE titulada “El arte de la meditación. Silencio y aventura interior”. Así que entre el libro y la conferencia he pensado que podía dar una visión diferente y original que añadieran valor al post dándole un enfoque mucho más completo al tener la oportunidad de beber de dos fuentes del propio autor.
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Y es que creo que nos hace falta más silencio en nuestras vidas. Creo que lo que hacemos en determinadas ocasiones es romper ese silencio porque no sabemos o no queremos escucharlo. El silencio puede ser atronador y el miedo siempre busca un papel protagonista en nuestras vidas.“Lo difícil no es meditar. Lo difícil es querer meditar”. Sabemos que en el silencio vamos a encontrar nuestras sombras, pero a través de ellas también hallaremos nuestras luces. Si nos paramos un minuto a pensar en el día a día, ¿Cuándo estamos en silencio? ¿No lo necesitamos?
“Vivimos en una sociedad de tantos estímulos sonoros y visuales donde es muy difícil evadirse. Precisamente por esto hay que encontrar espacios de silencio. El ruido puede acabar destruyéndonos, el silencio acabará construyéndonos”.
“Tenemos hambre de silencio en esta sociedad del ruido. Nos estamos dando cuenta de que nos estamos perdiendo la aventura esencial, la aventura interior”.
Pablo D´Ors comenta que solo empezamos a dar frutos cuando dejamos de construir castillos en el aire. Que la realidad es el eje central, que no hay nada que sea ajeno a ella y que cuanto más familiarizados estemos con la realidad, sea cual sea, será mejor para nosotr@s.
Y es que nos cuesta asumir la realidad. Parece que no nos demos cuenta de que las cosas suceden por algo. Algunas veces serán para avisarnos de que no vamos por el camino adecuado y otras ocurrirán para alcanzar nuestros sueños o hundirnos en el fango. La realidad acaba imponiéndose.
“Para meditar se necesita silencio y quietud. Es fundamental tener una actitud sapiencial y no intelectual. La diferencia estriba en que la intelectual quiere entrar en la realidad para comprenderla y la actitud sapiencial no quiere entrar en la realidad sino que permite que la realidad entre en nosotros”.
Me gustó mucho esta frase de la conferencia: “Hay que perder la reputación. Esto es esencial porque si tenemos una reputación que salvar estamos más preocupados por nosotros mismos que por el mensaje que queramos transmitir”.
¿Por qué es necesario el silencio? Porque fomenta la concentración. Y lo que uno experimenta cuando se queda quieto y en silencio es que se siente inquieto.
“La clave de casi todo está en la magnanimidad del desprendimiento”. Pablo d´Ors.
Quizás haya llegado el momento de encontrar nuestro tiempo para el silencio, lejos de la maraña del ruido, de los altisonantes sonidos, de la verborrea atronadora y de nuestros soplidos angustiosos derivados de las prisas y del quehacer diario. Puede que te ocurra a ti, puede que no, pero es hora de comenzar nuestra propia "Biografía del silencio".
“En todo camino vital hay disciplina. Hablar de disciplina es hablar de autodominio y hablar de autodominio es hablar de libertad”. Pablo d´Ors.
Gracias.
La vida continúa.Protagonízala.
Miguel Ángel García.@alienaragorn