Se aproxima una época de confusión extrema, un nueva Torre de Babel que nos impedirá entendernos ente nosotros y comprender el mundo en que vivimos. Será un mundo empujado por los poderosos, contrario al bienestar ciudadano y acorde con los intereses del poder. Los poderosos, sobre todo aquellos que manejan los hilos desde las sombras, creen que su proyecto de "reseteo" del mundo está a punto de convertirse en realidad dando a luz un mundo nuevo que tiene que reducir drásticamente su población, sus derechos y sus libertades. Todo parece indicar que las altas dosis de inseguridad, miedo, confusión y mentiras, inyectadas desde el poder con la valiosa ayuda de los medios de comunicación comprados y sometidos, están siendo tan eficaces que el mundo está cambiando sin apenas resistencia. Los esclavos pierden derechos y libertades y, como imbéciles, continúan votando a sus verdugos globalistas. Por desgracia son pocos los líderes que se resisten a la gran esclavitud proyectada, que sean capaces de frenar el desastre y de reconducir el mundo hacia los derechos y libertades conquistados con tanto esfuerzo y sangre. Hay una fuerte resistencia en la sociedad, que empieza a traducirse en liderazgos opuestos a la gran consìración, como los que brotan en las llamadas extremas derechas, en El Salvador, en Argentina y en otros países. ---
A pesar de su fortaleza actual, el siniestro plan destinado a fabricar esclavos en serie terminará siendo derrotado.
No todo está perdido y muchos pensamos que aunque lo intenten no podrán conseguirlo. En el "Magnificat" se dice sobre el poder de Dios: "Derribó a los poderosos de sus tronos y encumbró a los humildes. Llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías". (LUCAS 1:52-53)
Dios no va a permitir que "esta sucia mafia" que hoy controla el mundo casi por completo le destroce su plan sobre la Humanidad.
La Biblia enseña que cada ser humano ha sido creado por amor y hecho a imagen y semejanza de Dios, lo que otorga al hombre una inmensa dignidad que no podrá ser derribada nunca por la escoria inmoral y deshumanizada que se ha apoderado del poder en la Tierra. Dios derribó a los poderosos de sus tronos en Sodoma y Gomorra, a los faraones de Egipto y a otros que se creyeron dioses, y volverá a hacerlo con los actuales poderes sombríos que quieren arrebatar al ser humano su enorme dignidad y la libertad que les confiere el hecho de ser hijos del Supremo.
Pronto veremos surgir líderes que proclaman verdades que conmoverán a los pueblos y veremos también la rebelión de los humanos contra la esclavitud que desean los políticos y sus dueños en las sombras. Entonces, la oscuridad será derrotada por la luz.
Ya sé que estas tesis no están de moda y que los hijos de las tinieblas que habitan nuestros palacios y ministerios creen que todo nace y termina aquí y que no hay ni intervención ni justicia en el más allá, pero la Historia está llena de ejemplos de miserables que se creyeron dioses y fueron doblegados: Lenin, Hitler, Stalin, Mao y toda una ristra de emperadores, reyes, sátrapas y jefes de gobiernos, verdugos de sus propios pueblos y de la Humanidad.
El mundo que despunta por el horizonte, de la mano de los poderes sombríos y de sus lacayos en los gobiernos de medio mundo, nunca se hará realidad porque, aunque terde, despertará la resistencia y los emisarios y lacayos del poder serán derrocados por el mismo pueblo, que por fin se dará cuenta que está siendo conducido hacia el cadalso, cuyo diseño final es un mundo habitados por dos grupos, el de los semidioses, que según ellos disfrutarán de casi inmortalidad y todo tipo de privilegios, fuertemente protegidos por ejércitos y policías, y el de las masas de habitantes con nulos derechos y sometidos como esclavos a lo que ellos llamarán "progreso" y "paz", siendo nada más que una esclavitud disfrazada y oscurecida con espectáculos televisados, mentiras, drogas y miedo.
Lacayos del poder oscuro, como el español Pedro Sánchez y no pocos de los actuales líderes de Occidente, deberían prepararse para dos fenómenos que amargarán pronto su existencia: el crecimiento exponencial de la resistencia a sus maldades y abusos corruptos y la victoria final del bien sobre el mal que ellos representan.
Francisco Rubiales