Pero lo hace de una manera interesante: en lugar de contar qué ha ocurrido, parece que condona los disturbios por la existencia de la operación militar israelí y dando publicidad a las declaraciones de Hollande sobre el particular.
Sobra decir que, sin embargo, no hay una sola manifestación sobre la situación de los cristianos en Mosul, donde se les ha hecho elegir entre convertirse, pagar la jizya (impuesto de los no musulmanes) o la muerte.