Hace algunos años caí en cuenta de los ciclos de vida de los productos tecnológicos. Leía sobre los años que duró el telégrafo reinando como medio veloz en la comunicación, la radio en la información y música, la línea de teléfono fija, la televisión como máximo entretenimiento en el hogar, etc. Y hoy observo al celular, que comercialmente nació a principios de los años 90´s y que se está muriendo, me refiero al teléfono móvil convencional, ese que usamos solo para hacer llamadas y mandarnos mensajes de texto, hoy lo sensacional está en los teléfonos inteligentes, que usamos como agenda, despertador, navegador web, gps, cámara fotográfica, cámara de video, reproductor mp3, computadora, terminal de compra, terminal de pago en algunos países y cientos de miles de aplicaciones más, como recibir clases virtuales, leer libros, ver películas, etc.
En el camino fallecieron las agendas electrónicas, las famosas Palm, los bippers de Skytel, y algo que no hubiéramos pensado ‘cada día necesitamos menos de un reloj de pulso’, y al escribir esto me duele, pues en la última década me gasté un buen dinerito en modelos que hoy me pesan, para que carajos quiero ya un reloj si no me despego la Blackberry de la cintura.
En casa sigo teniendo GPS, pero muy pronto ya no los necesitaré, salvo para lugares donde no haya cobertura telefónica, y todo se empieza a concentrar en los smartphones. ¿que vendrá después de estos?
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