En un principio la idea era catalogar este reportaje como el Abandonos abandonados que pondría fin al verano de 2014, pero al ponernos con la investigación descubrimos que la batería costera que os presentamos se merecía una entrada propia.
Dejamos si os parece el Abandonos abandonados aparcado hasta el próximo año y nos damos un último paseo por la playa.
La mayor parte de la información, fotografías históricas y documentación aparece por cortesía de “Die Wehrmacht sur la Côte Basque et le Sud des Landes entre 1940 et 1944”, cuya página merece la pena visitar.
La Wehrmacht en el País Vasco francés
Aunque la zona del Muro Atlántico más conocida por todo el mundo es la de Normandía, donde hace ya 70 años desembarcaron las Fuerzas aliadas, mucha gente desconoce que esta impresionante fortaleza; la más grande jamás construida; se extiende desde la costa norte de Noruega hasta el puesto fronterizo hispano-francés de Hendaya.
Precisamente de esta última zona vamos a hablar, pues a pesar de la lejanía con las Islas Británicas los alemanes no quisieron dejar ni un solo resquicio por el que los Aliados pudieran penetrar en la Europa continental.
Entre 1940 y 1944, la costa vasca francesa fue ocupada por los tres ejércitos alemanes y a lo largo de ésta construyeron, desde Contis hasta Behobia, gran cantidad de instalaciones militares de todo tipo.
La Kriegsmarine utilizó intensivamente los puertos de San Juan de Luz y Bayona, la Luftwaffe habilitó el aeropuerto de Biarritz-Parme como base escuela de pilotos de caza y el Heer se encargó de defender esas posiciones mediante la construcción de las baterías costeras que formaban parte del Muro Atlántico.
A este sector de defensa se le asignó el código “Ba” (Bayonne) y la numeración de las instalaciones va desde el Ba1 hasta el Ba69.
Se encargó la supervisión de la construcción a la 276ª División de Infantería y en ella, además, participaron un regimiento de artillería a caballo, tres compañías de zapadores, un batallón de artillería de marina y otro de tierra, un grupo de artillería ferroviaria dotado de dos baterías y la omnipresente Organización Todt a través de la rama local de Bayona.
La batería costera de Capbreton
Para visitar una de las baterías mejor conservadas del Muro Atlántico solamente tenemos que cruzar hasta la vecina Francia y recorrer los apenas 60 kilómetros que la separan de la frontera española.
También está muy cerca del sitio en el que se encontraba uno de los primeros abandonos que publicamos: el Hipermercado E. Leclerc de Saint Vincent de Tyrosse.
Se construyó en 1943 con el nombre de H.K.B. Capbreton Ba14 y durante su etapa en activo estuvo servida por 276ª División de Infantería del Ejército de Tierra (Heer).
Precisamente de Heer viene la H que figura en la nomenclatura de los tipos de búnker, siendo la M del M283 una construcción propia de la Marina de Guerra (kriegsMarine)
Cuartel general (H610)
Los 610 eran un tipo de búnker destinados a servir como cuartel general en las baterías costeras.
Algo más pequeños que los 608, estas fortalezas contaban con una dotación de 12 personas, una torreta tobruk y dos entradas independientes y protegidas por ametralladoras.
Sus dimensiones eran relativamente pequeñas (16,60 metros de longitud, 13,10 de ancho y 5,10 de altura) pero aún así disponía de salas de trabajo, de mapas, de radio, de comunicaciones, oficina para el comandante y diez literas, ocho en el dormitorio y dos de ellas acopladas en las paredes de la sala de trabajo.
En su construcción se emplearon 860 m³ de hormigón.
Independientemente del número de literas es posible que, por motivos operacionales, la tropa se alojara en otros búnkeres 622 adyacentes.
Casamatas (H652)
Esto tipo de búnker, el más conocido del Muro Atlántico, se utilizaba para albergar una pieza de artillería que disparaba a través de una abertura escalonada.
Normalmente en una batería costera se instalaban cuatro casamatas, lógicamente todas ellas en primera línea de fuego.
En Capbreton estas cuatro casamatas eran del tipo 652 y además de la sala de tiro en la que estaba el cañón contaban con dos almacenes de munición, un foso para las vainas utilizadas y un pequeño emplazamiento de ametralladora para proteger la entrada.
Las piezas de artillería utilizadas fuero cuatro cañones Schneider de 105 mm de calibre.
El punto fuerte de este tipo de búnker era la protección que ofrecía a sus ocupantes y armamento gracias a su diseño en escalera, mientras que su punto débil era el ángulo de tiro, de tan solo 120 grados.
Sus dimensiones eran de 18 metros de largo por 16 de ancho con una altura de 5,10 metros y para construirlos se necesitaron, en cada uno, 880 m³ de hormigón.
Como curiosidad podemos apuntar que esta casamata que se encuentra en una posición tan peculiar está así porque los soldados alemanes trataron de destruirla cuando se batían en retirada.
Casamata (H612)
Los 612, a diferencia de los 652, estaban preparados para albergar una pieza de artillería móvil (cañón de asalto) de 75 mm.
Su tamaño en comparación con el resto era bastante reducido, siendo su longitud de 14,60 metros, su anchura de 12 y su altura de tan solo 4,50 metros.
La configuración era muy básica, ya que aparte de la sala de tiro en la que estaba el cañón, sólo tenía una pequeña torreta tobruk para su defensa.
Puestos de control de fuego (H636)
Entre los distintos tipos de búnkeres, el 636 que vemos en Capbreton era uno de los más habituales en el Muro Atlántico, estando presentes en 70 emplazamientos.
Sus dimensiones, 19,60 metros de largo, 16 metros de ancho y 6,20 metros de altura permitían albergar, además de la sala de observación bajo la cúpula circular y la gran sala central de mapas, una habitación para oficiales con dos literas, otra para tropa con nueve literas, una sala de comunicaciones y una sala de radio.
Un localizador posicional instalado en el techo aseguraba la precisión de la telemetría mientras que en caso de asalto la posición era defendida por dos ametralladoras que apuntaban a la entrada desde diferentes ángulos.
La dotación era de once hombres y para su construcción se utilizaron 960 m³ de hormigón.
Búnkeres para el alojamiento de la tropa (H622)
Para albergar a la guarnición que servía la batería se dispusieron dos búnkeres del tipo 622 con una capacidad total de 40 hombres.
Dos accesos independientes protegidos por ametralladoras daban acceso a dos grandes salas no comunicadas entre si.
En cada una, diez literas, dos mesas y cinco armarios para las pertenencias de los soldados.
Una torreta tobruk completaba el conjunto, que, exceptuando la parte posterior en la que se encontraban las dos puertas, estaba completamente cubierto de tierra.
Cada 622 necesitó 660 m³ de hormigón para ser construido.
Búnker de maquinaria (M283)
No es frecuente encontrar en el Muro Atlántico este tipo de búnker, pues sólo un reducido número de ellos fue construido.
Esta construcción es la más pequeña de la batería (si exceptuamos nidos de ametralladoras y otras construcciones auxiliares hoy desaparecidas) con unas dimensiones aproximadas de 8 por 6 metros y una altura de unos 5 metros.
En uno de los laterales podemos ver la chimenea para la evacuación de gases del motor.
Los 283 “sólo” requerían el uso de 210 m³ de hormigón.
La disposición interior, por su parte, era lo más sencilla posible: una sala para el generador y otra para el depósito de combustible.
Texto: Tomás Ruiz
Fotografías: Tomás Ruiz e Iván Jaspe
Fotografía aérea: Jacques Rouaux / Le Blog Bordeaux et l'Aquitaine vues du ciel