Revista Opinión

El Nacional-catolicismo nos invade de nuevo

Publicado el 25 junio 2011 por Rgalmazan @RGAlmazan

Parece que hay una ofensiva premeditada que prepara la visita del Papa. Se trata de volver a ser más papistas que el ídem, aunque sea forzando las cosas y saltándonos la Constitución a la ligera.

Aprovechando que la derechona meapilas ya se encuentra en su propio feudo, vista las últimas elecciones y las perspectivas de las generales próximas, la Iglesia española y los políticos peperos se han unido en un fuerte ataque a favor de que la Iglesia se ponga, de nuevo, en primera fila de la “vanguardia” de mediados del siglo XX.

Así nos encontramos con una María Dolores de Cospedal, tan chupacirios y tradicional que se colocó una mantilla de aquí te espero para celebrar la fiesta del Corpus, en Toledo. Una fiesta presidida por el arzobispo, donde la banda del ejército tocó el himno nacional y jefes militares estaban vestidos con el traje de gala. Por cierto, por allí andaba el meapilas mayor del reino, el presidente del Congreso, José Bono.

cospedal en mantilla

Naturalmente, a ella que acaba de estrenar reinado, le ha venido al pelo este acontecimiento para ponerse en primera fila de lo que debe ser una política moderna y del s. XXI, esto es, asistir a los festejos religiosos, en calidad de Presidenta de la Comunidad de Castilla-La Mancha, en traje de lujo.

Por otro lado, el alcalde de Toledo al ver a su ama y señora vestida de uniforme tan español, además acompañada por fuerzas del orden y militares en trajes de gala, no ha podido evitar el orgasmo nacional-católico y ha propuesto que el Corpus sea declarado fiesta en toda España.

Y si hubiera sido sólo en Toledo, pero al parecer todavía son muchos los lugares donde alcaldes, alcaldillos, presidentes, presidentillos y demás, copresiden esta fiesta en calidad de cargos públicos.

Porque en definitiva, estos que se llaman españoles, lo son de cartón. Viven como reyes, y les importa un comino la Constitución, los ciudadanos y el sursum corda. Ellos a lo suyo. A recordar tiempos pasados.

Una ofensiva en toda regla que prepara a la catoliquísima España para la llegada del gran jefe. De hecho, poco importa todo lo demás. Así, en la Comunidad de Madrid, sin respetar a nadie, vuelven a utilizar medios y recursos públicos para servir a su Eminencia. Además de los 50 millones de euros que cuesta la dichosa visita --25 directamente de las arcas públicas y otros 25 de multinacionales que desgravarán entre un 80 y un 90% como impuestos—, hay que sumar lo que se gastará en limpieza y orden público, además del uso de colegios públicos que abrirán, a la fuerza, esos días que dure el evento para alojar a los peregrinos que vengan de fuera. Lo que significa que cada colegio tendrá personal a disposición de “la causa”, al que se le está hurtando sus vacaciones en agosto, y obligándoles a trabajar en contra de un convenio colectivo pactado.

En fin, les aseguro que no tengo nada contra las mantillas ni contra fiestas tradicionales, ni en contra de que la Sra. Cospedal asista a esta fiesta. Como les aseguro de que tampoco me importa que celebren las jornadas juveniles católicas en Madrid. Eso sí, ahí si que me tienen enfrente, en que todo esto se haga con recursos públicos y que cargos públicos institucionales participen en nombre de sus representados.

La Sra. Cospedal debe asistir como persona y no como presidenta. Los colegios que cedan sus edificios no deben ser públicos, sino religiosos concertados, y los costes de todos estos actos, incluida la visita del Sumo Sumo, no pueden ser pagados por el contribuyente. Y es que por lo que se ve, si hay alguien a quien no afecta la crisis es a la Iglesia católica cuya pretensión nostálgica es volver a tener el poder de hace unas décadas.

Salud y República


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