Revista Cultura y Ocio

El nadador. Joakim Zander

Por Mientrasleo @MientrasleoS

El nadador. Joakim Zander
     "Cada vez que te tengo en mis brazos es la última vez. Lo he sabido desde el primer día. Y cuando volviste, y yo cogí el bebé con manos insomnes, en lo único en lo que podía pensar era en que esa sería la última vez que lo tenía en mi regazo.
     Me miras, ojos purificantes como una promesa de lluvia, y yo sé que tú sabes. Que lo llevas sabiendo el mismo tiempo que yo. Mi traición, ahora, en este mismo instante, tan próxima que ambos percibimos su aliento hediondo, sus latidos, el ritmo irregular de su corazón."
     Hace unos meses se veía esta novela por todas partes. Un debut verdaderamente sonoro el protagonizado por el autor. Por eso decidí darle un tiempo al título, para poder leerlo sin ir pensando en lo que habían dicho de tal o cual parte los anteriores lectores. Pero la curiosidad por esta novela seguía ahí, y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El nadador.
     Nos encontramos en Damasco, en el año 1980. En este lugar una explosión mata a una mujer y deja a un agente estadounidense con un bebé. De este hilo saltamos a uno más actual, en el que un joven, Mahmoud, que se encuentra realizando su tesis sobre la privatización de la guerra verá comprometida su seguridad, comenzando una huida en la que se verá arrastrada una mujer íntimamente relacionada con él, Klara Walldéen.
     La historia, articulada en un principio en torno a estos tres personajes, bebe más de la novela norteamericana que de la nórdica. Construye una historia de espías en la que se habla de temas actuales cuyo punto álgido se encuentra hacia mitad de la historia, momento en el que uno de los personajes se perfila como principal. Narrada a dos voces, he de reconocer que me he sentido mucho más atraída por la voz de El nadador, ese hombre que reflexiona en primera persona contándole a una mujer su vida, recordando, reflexionando... Un hombre al que parece quedarle como equilibrio la natación (de ahí el título).
     Zander, pese a ser su primera novela, se mueve con agilidad entre las historias y los saltos temporales, procurando en todo momento que el lector no se pierda y que la narración le resulte atractiva y fluída, con una buena ambientación y un conjunto de secundarios que ayudan a dar credibilidad a la trama.
     Resulta fácil dejarse llevar por esta historia buscando los puntos de conexión y pasar unas cuantas tardes desentrañando una trama que no da giros bruscos pero sí mantiene pegado a sus hojas. La curiosidad por la forma en que irán encajando las historias de los protagonistas nos lleva a querer saber más hasta llegar a un final que, tengo que reconocerlo, me ha resultado un tanto descafeinado. Sin embargo, quizás porque ya iba advertida, no ha empañado una novela que en conjunto es entretenida y recomendable para estos días en los que el invierno invita a quedarse en casa bajo una manta, escuchando la lluvia.
     Quizás sea yo que estoy desconectada, pero tengo la sensación de que la novela negra ha empujado a un lado a los espías sustituyéndolos por detectives en el panorama literario. Así que decidme, ¿sois lectores de novelas de espionaje?
     Gracias

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