Desde la Noche de los Tiempos los registros akashicos describen la existencia de un manuscrito de origen desconocido, el Necrotransportemicón, el Libro de los Nombres Muertos, de las empresas de transporte desaparecidas, de aquellas que incluso con las cifras de explotación a su favor echaron el cierre. Y no se trata solo de una de esas historias de terror a las que H. P. Lovecraft nos tenía tan acostumbrados, es la cruda realidad. Y mientras se hunden más y más empresas de transporte de mercancías por carretera surge de lo más profundo de América la figura del Guardián del Umbral, el gran Cthulhu que ha despertado de su sueño, el inexorable Amazon. Ante el cual se inclinan todos los seres vivos, los operadores de transporte, los de logística e incluso los propios cargadores.
Artículo de opinión publicado en la sección “El Diván del Transporte” (reflexiones sobre el sector) de Diario de Transporte 29 de ABRIL 201
Y si al menos el sector se sintiese apoyado y respaldado por normativas y leyes que garantizasen la viabilidad de sus negocios pues podríamos estar pensando que quizás el bien triunfe sobre el mal, sobre la explotación de trabajadores y la aniquilación de profesionales y empresarios transportistas. Pero no es así, Fomento, aquel que debería ser realmente nuestro Ministerio de Transportes, prefiere acercarse al lado oscuro. Y cuidado con las cercanías… ya nos advirtió de ello Friedrich Nietzsche en su obra “Más allá del bien y del mal”: «Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Si fijamente miras a un abismo, el abismo concluirá por mirar dentro de ti». Fomento, a base de dar tanta cancha a los cargadores y debilitar la fuerza de los transportistas, a dejado suelto a un ser despiadado como Amazon, surgido de las mezquindades de la Gran Distribución y de su insaciable apetito económico.
Y eso que lo veíamos venir
Ya son más que conocidos los casos de cese de actividad patronal de grandes y pequeñas empresas del sector que, de forma misteriosa, cerraron sin motivo aparente de quiebra. Entre los más llamativos encontramos los de Transportes Souto, Transportes Buytrago, Transportes Ochoa o Transportes Cobo, todos ellos con actividad de transporte rentable y que de la noche a la mañana entraron en situación de insolvencia. También sabemos de aquellas absorciones de fuertes empresas de transporte por operadores logísticos que, en esa escalera de subcontrataciones, solo tienen en propietad la marca, como diría aquel, no son dueños ni del bolígrafo con el que firman tu despido. Entre las más conocidas Transportes La Guipuzcoana (por DHL), Norbert Dentressangle (por XPO) o Transportes Cualladó (por UPS). De vez en cuando hay que refrescar la memoria para evitar que se repitan tan fúnebres episodios. Pues bien, con todos estos detalles, con la experiencia adquirida por los golpes al sector por esa ansia inversora de los magnates de empresas de capital riesgo, por el devenir de los costes cada día mayores uno pensaría que los profesionales del sector del transporte ya deberían haberse lamido sus heridas y recompuesto su estrategia. Pero no, todo lo contrario, si es que no aprendemos. Con los medios de comunicación especializados camuflando la realidad, las cifras y los hechos, los transportistas no han tomado las oportunas medidas para evitar ser arrastrados por esa corriente tan negativa de los mercados. Sin haberse entendido entre ellos dejan en manos de Gobierno y empresas cliente el valor de su trabajo con leyes laxas, contratos tóxicos y reglamentos infantiles.
El pez grande que se come al chico
A las cifras nos remitimos. Según el Registro General de Empresas de Transporte por Carretera en abril de 2018 hay registradas 164.680 empresas de transporte de mercancías por carretera, cuando en el año 2007 la cifra era de 212.122, es decir, 47.442 empresas echaron el cierre. Solo desde abril de 2018 al mismo mes de 2017 se contabilizaron 3.578 empresas de transporte de mercancías por carretera menos. Podemos pensar que es un efecto de la “crisis” que esas empresas ya no estén entre nosotros porque no fueron eficientes, no se adaptaron, no contemplaron otras fórmulas empresariales. Pero, si te acomodas en ese pensamiento, amigo transportista, será tu suicidio empresarial. Ayer fue Buytrago, hoy Souto, mañana serás tú. El desprecio de Gobierno y gran patronal a las pymes, microempresas y pequeños autónomos, a los profesionales con humildes, aunque honestas, pequeñas empresas de transporte, tratándoles de “frenos a la economía”, de “empresas atomizadas”, “fragmentadas” y otros epítetos por el estilo delata un discurso que busca convencer a la opinión pública de que sobran todos los peces pequeños, que las que deben prevalecer son las grandes empresas con personal flexible y sin derechos que realicen las tareas más ingratas y peor pagadas. Una vuelta de tuerca a la revolución industrial, toda una involución del sistema empresarial y laboral. El insaciable pez grande ya no tiene reparos en mostrarse tal cual es.
Un plan metódicamente calculado para acabar con el transporte como siempre lo hemos conocido
Ya son 200.000 los falsos autónomos contabilizados en este país, de los que la mayoría se encuentran en los sectores de servicios y transporte. Hace bien poco dos de las más importantes asociaciones intersectoriales de autónomos pregonaban comenzar una campaña para denunciar esta situación. Debe ser que hasta la fecha no se conocía la existencia de falsos autónomos ¿Por qué no denunciar antes? Sospechoso. Algún conocido me comentó que a su curso de renovación del CAP acudieron diez alumnos, él era el único con contrato laboral como asalariado en vigor, los otros nueve eran falsos autónomos que trabajaban para diversas cooperativas valencianas. Estadística que nos sonroja como poco. El Gobierno y sus políticas, tales como la reforma laboral, han facilitado ese caldo de cultivo de falsos autónomos. Algunos empresarios vieron en esta figura una nueva forma de aumentar sus ingresos sin importarles lo más mínimo los derechos de sus trabajadores. Pero viendo que no era suficiente deslocalizaron sus empresas, crearon empresas buzón. Otra forma de ganar dinero, no pagar casi impuestos y rumanizar al trabajador. A lo que el Gobierno tampoco puso trabas. Mientras todo esto acontecía ciertos representantes de los transportistas miraban para otro lado.
Cumplido el sueño de cualquier neoliberal sin escrúpulos se siguió la senda del crecimiento empresarial a base de propuestas que mermaban mucho más la competencia con los pequeños autónomos y pymes: el cabotaje es un buen ejemplo, actualmente el plazo es de 7 días, aunque hay asociaciones de transportistas que quieren elevarlo a 10 o, incluso, liberalizarlo. Pero, aún así no era suficiente. La jugada maestra se encontraba en desvincular el transporte español de la Directiva europea de trabajadores desplazados, ya podíamos seguir teniendo en plantilla a los chóferes de países del este sin pagarles los sueldos que deberían cobrar como cualquier trabajador de nuestro país. Ya es conocido por todos que más del 50% de conductores de empresas de transporte españolas tienen trabajadores extranjeros ¿Son quizás mejores, más profesionales? Más bien porque cobran una miseria y trabajan hasta el punto más inhumano.
Desde Europa con amor
Quizás en Europa, en su parlamento, esté la respuesta. La esperanza del sector o de lo que aún queda de él. De allí se dio un buen revolcón a la política de transporte española cuando fue eliminado por el TJUE el requisito de los tres camiones (disponer de una flota mínima inicial de tres vehículos nuevos para poder acceder a la actividad de transportista) que impedía el acceso a la profesión por una cuestión o barrera económica. Todo en provecho del pez grande. Esperemos que suceda lo mismo con la aplicación de la Directiva de trabajadores desplazados, se impida una flexibilización de los tiempos de conducción y descanso y veamos a los conductores como descansan fuera de las cabinas con cierto confort en pro de su seguridad y salud. Esto que debería ser defendido y reivindicado por las asociaciones de transportistas se lo dejamos al criterio de los despachos de Bruselas, no queda otra. Entretanto, vayamos apretando filas contra lo que Amazon dibuja en el horizonte de las empresas de transporte españolas.
Esperemos que la Comunidad Europea nos libre de seguir aumentando la lista de empresas que cierran día a día, que engrosan el Necrotransportemicón, el Libro de las Empresas de Transporte Muertas.
Xavi Navarro
Director de Transporte News Radio
www.transportenewsradio.com